RnRCDMMX2017

El Medio Maratón Rock 'n Roll Ciudad de México 2017 se convirtió en un gran reto. 2017 fue su tercera edición. En la primera llegué lastimada de hombro, rodilla, tendones de Aquiles y tocó ser muy mesurada y caminar en las subidas. En su segunda edición, llegué con secuelas de infecciones de vías respiratorias que me tenían muy debilitada, así que tomé la decisión de no correr los 21 km, sino sólo los 11 km. Aun así tuve un par de ataques de tos. Esta última edición, entré en pánico al no sentirme preparada física y mentalmente para este nuevo reto.

La fecha se acercaba y aumentaba la ansiedad y el terror de lo que sería. Imaginaba la ruta y mis rodillas dolían de pensar en las subidas. Ellas recordaban que al menos había tres subidas largas que las hacían sufrir. No corrí más de 8 km en un entrenamiento, lo demás fueron carreras cortas desde el 1 de enero. Había cuidado rutinas de fuerza, pero llevaba desde el último medio maratón en noviembre pasado de no entrenar en gimnasio, ni tomar clases de nada, todo ha sido por mi cuenta y en casa. Los trotes de entrenamiento fueron con Kate y con Frijolita, aunque en el último mes tocó bajar un poquito el ritmo para que Kate pudiera seguirlo sin extenuarla. En pocas palabras, no me sentía preparada. Había que tomar una decisión, hacerlo o no. Siempre se puede echar uno para atrás.

¿Qué implica una decisión así? Quizás nada. Es simplemente una carrera recreativa, no vas por un premio o un lugar. Entonces, ¿cuál es la importancia? Para mí las carreras no son un mero pasatiempo, no son