Pequeña encontrada

El sábado 8 de octubre, al abrir la puerta de mi casa estaba una pequeña de cuatro patitas. No se asustó con mi salida, al contrario, se acercó a pedirme ayuda. Me siguió a casa de mis papás y siguió pidiendo ayuda con su mirada. No pude negarme. Esos ojitos hermosos y cariñosos pedían agua y comida. Le di ambas y esperé. Se acercó a mí y no quiso irse más. No podía dejarla seguir vagando a su suerte.

Ha sido una decisión muy difícil pero no tuve corazón para dejarla. Así entró a la casa de mis papás, donde pasó unos días esperando que encontremos a su familia, encontrar una familia que la quiera o decidirnos adoptarla.

Se vacunó, desparacitó y esterilizó.

Es una pequeña muy cariñosa y dócil. Aunque estaba medio loquita.

Tomó un poquito de tiempo, pero ahora es una gran hermanita para Frijolita. Es una beba llena de amor. Se llama Kate, aunque yo le digo Katalina.