9.4. LUCES ANTINIEBLA.

LUCES ANTINIEBLA DELANTERAS.

La misión de los faros antiniebla delanteros es mejorar la iluminación de la calzada cuando la visibilidad es mala, tal es el caso de situaciones como niebla, nevada, lluvia fuerte o nubes de polvo.

Referente a la óptica de estas luces nos podemos encontrar las siguientes soluciones:

Reflector parabólico:

Un relector parabólico, con la fuente luminosa situada en el foco geométrico de la parabola, refleja la luz en un haz paralelo al eje que gracias al cristal de dispersión se extiende en una banda horizontal, el principio es el mismo que se utiliza para el alumbrado de carretera. Un diafrgama limita la radiación luminosa hacia arriba.

Reflector con técnica CD:

Con la ayuda de los nuevos métodos de cálculo (CAL Computer Aided Lighting) se pueden diseñar los reflectores de manera que dispersen la luz directamente a la calzada sin necesidad de tallado en el cristal de dispersión y generando un límite nítido entre la zona iluminada y la oscura (delimitación entre rayos luminosos de dirección alternante), sin usar ningún medio de oscurecimiento separado. La dirección alternante (convergente-divergente) de los rayos de luz condujo a la técnica CD.

Por el gran contorno de la lámpara se obtiene un volumen de luz muy elevado con una anchura de dispersión mayor que en la solución anterior.

Reflector polielipsoidal:

Con esta técnica se minimiza el deslumbramiento propio del conductor cuando hay niebla. El diafragma, que con ayuda de la lente se proyecta sobre la calzada, genera un contrate máximo del límite entre la zona iluminada y la oscura.

Los faros antiniebla adicionales se montan uno a cada lado del vehículo generalmente colgados debajo del paragolpes o bien formando un conjunto con los propios faros. Por motivos de diseño o aerodinámicos, actualmente, lo más frecuente es adaptar los faros a la línea de la carroceria como unidades incorporadas o hacerlos formar parte de un bloque óptico.

La mayoria de los faros antiniebla están preparados para luz blanca. No existen fundamentos psicológicos que respalden posibles ventajas de la luz amarilla.

La acción luminotécnica de los faros antiniebla depende del tamaño de la superficie luminosa y de la distancia focal del reflector. A igual superficie luminosa y distancia focal, las formas redondas o rectangulares de los faros sólo presentan diferencias luminotécnicas insignificantes.

Se permiten dos faros antiniebla, de color blanco o amarillo, facultativo para el fabricante. Podrán encenderse o apagarse independientemente de las luces de carretera y cruce, siendo el testigo obligatorio.

LUCES ANTINIEBLA TRASERAS.

Las luces antiniebla traseras tienen por misión hacer reconocible a tiempo el vehículo en marcha normal a los conductores que lo siguen, cuando la visión está dificultada por la niebla u otras circunstancias.

Se admite el ensamblaje con cualquier otra luz trasera. La combinación con otras luces no está permitida. En cambio, se permite la inclusión con luces traseras o luces de estacionamiento.

Es obligatorio el montaje de una o dos luces de niebla traseras, de color rojo, siendo obligatorio el testigo en el cuadro de indicadores. Puden encenderse cuando las luces de carretera, cruce o antiniebla delanteras son encendidas. Asi mismo, pueden ser apagadas independientemente de cualquier otra luz.

ESQUEMA.

En los vehículos actuales, el interruptor de las luces antiniebla suele incorporarse en el propio mando de luces generales, que dispone de dos posiciones opcionales, de las cuales una de ellas da salida a la corriente para los faros antiniebla delanteros y la otra para estos mismos y para los pilotos antiniebla traseros.