MARX (1818-1883)
Karl Marx desarrolla su filosofía en la segunda mitad del siglo XIX. Es una reacción contra el idealismo absoluto de Hegel, pero también es hija de su tiempo. El XIX es un siglo muy agitado y las estructuras del Antiguo Régimen se tambalean dando paso a una nueva sociedad. La generalización progresiva de la revolución industrial en los países europeos, importada desde Inglaterra, da lugar a la sociedad capitalista industrial y a una nueva división de clases sociales: frente a la burguesía capitalista surge un proletariado industrial que se organiza para defender sus derechos. El siglo está salpicado de tensiones sociales entre el movimiento obrero y la burguesía que controla el poder político tras derrocar al absolutismo, impulsar la revolución industrial y haberse lanzado a la colonización del planeta. Europa, con Inglaterra a la cabeza, se reparte el mundo. Pero las estructuras sociales no son un ejemplo de la igualdad, libertad y fraternidad que los revolucionarios franceses reclamaron. No todos pueden participar en los sistemas políticos. Incluso, en muchos países se producen involuciones para restaurar los regímenes monárquicos. Tampoco todos disponen de los mismos medios económicos. Las diferencias de clase son muy agudas. Especialmente mala es la situación del proletariado industrial, con ancianos y niños obligados a trabajar en las industrias durante largas jornadas laborales a cambio de salarios de hambre.
Karl Marx nació en 1818 en Tréveris (Prusia) y murió en 1883 en Londres. Le tocó vivir la Restauración, que significó la reacción contra la Revolución Francesa: el restablecimiento del llamado Antiguo Régimen y el consiguiente absolutismo, el retorno de la aristocracia y de la tradición y la restricción del liberalismo. En Prusia sobre todo, esta reacción fue especialmente dura con un gobierno autoritario y represivo que impuso una censura muy estricta y provocó el exilio de muchos intelectuales de ideas liberales y democráticas. Marx se exilia a Paris en 1843 y allí entra en contacto con revolucionarios socialistas y comunistas; con asociaciones de obreros alemanes exiliados, con filósofos de la llamada izquierda hegeliana, como Heine, Proudhon, Bakunin, etc.; comienza además su amistad con el que será compañero inseparable de trabajos y luchas, Friedrich Engels. En esta etapa francesa redacta Crítica a la Filosofía del Estado de Hegel y Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel (1843). Después, Los manuscritos de París, conocidos también como Manuscritos económico-filosóficos (1844), en los que hace la crítica de la economía política de los ingleses Adam Smith y David Ricardo.
EL MATERIALISMO HISTÓRICO:
MARX es expulsado de Francia y se instala en Bruselas, en donde publica Tesis sobre Feuerbach (1845) donde realiza la crítica de la filosofía materialista de Feuerbach, después La miseria de la filosofía (1847) en donde realiza la crítica del socialismo utópico (Proudhon, Owen, Fourier, Saint Simon). Marx analizó después los fracasos de la Revolución de 1848 y de la Comuna de París (1871) en los que él ve el avance del movimiento obrero y la mayor organización del proletariado como clase social. Después se marcha a vivir a Londres en 1849 en donde realiza una frenética actividad política e intelectual, entre otras la organización de la primera Internacional obrera a pesar de las penurias y las enfermedades. Aparece entonces su Contribución a la crítica de la economía política (1859), cuyo prólogo es un texto base de su pensamiento y en esta obra expone una formulación ya madura del “materialismo dialéctico”; más tarde empieza la redacción de su obra fundamental El Capital (1867).
El marxismo es un pensamiento complejo en su significado debido a las diversas fuentes de donde toma su base, que se comentarán en el apartado siguiente, y al contexto social convulso, caracterizado por el desarrollo del proletariado como clase social surgida de la Revolución Industrial y del sistema capitalista, que vivía en unas horrendas condiciones de penuria y de miseria, descritas por ejemplo por el francés Emile Zola en su novela Germinal.
De aquí se derivan tres sentidos principales del término “marxismo”:
a) En sentido crítico filosófico el marxismo es ante todo una crítica y negación de la filosofía de sus contemporáneos, sobre todo del idealismo hegeliano y del materialismo mecanicista de Feuerbach. A partir de esta crítica, negando el idealismo y el materialismo mecanicista, Marx propone un nuevo materialismo.
b) En sentido económico-social el marxismo es un análisis crítico de la sociedad capitalista, del “modo de producción capitalista” y de las “relaciones de producción capitalista”. Esto empieza con la crítica del pensamiento del liberalismo económico de Adam Smith, David Ricardo y Malthus, y esta crítica de la sociedad le lleva a analizar la historia para entender los orígenes y las causas históricas de esa estructura social capitalista, para rechazarla.
c) En el sentido político el marxismo pretende la construcción de una práctica o acción política revolucionaria dirigida a transformar las estructuras socioeconómicas y políticas. Esta posición lleva consigo la crítica del socialismo utópico de Owen, Fourier, Proudhon y Saint Simon, tanto en sus posiciones teóricas como en sus prácticas políticas.
En el término marxismo también se pueden describir tres niveles:
1. La obra de Marx.
2. La obra conjunta de Marx y Engels, especialmente la sistematización que hizo Engels de las tesis de Marx, dando lugar a una filosofía teórico-práctica.
3. Las interpretaciones del pensamiento de Marx-Engels: Lenin y la “Escolástica Soviética”; Althusser, J. P. Sartre, la Escuela de Frankfurt (Adorno, Marcuse, E. Fromm), Lukács, E. Bloch, Gramsci y otros. En este tema nos centraremos sólo en el pensamiento de Marx y en la obra conjunta de Marx y Engels.
Es importante destacar que el marxismo no es una filosofía meramente especulativa sino una filosofía enraizada en la sociedad y en la política, siguiendo en esto la orientación socrática y platónica según la cual la filosofía debe ser hecha para construir una sociedad que disuelva las desigualdades y erradique la pobreza.
3.1 HEGEL Y LA IZQUIERDA HEGELIANA: LA CRÍTICA AL IDEALISMO
Friedrich Hegel es uno de los filósofos que más ha influido en la filosofía contemporánea, nació en 1770 en Stuttgart, capital del Ducado de Württemberg, en el sur de Alemania. Hegel vivió la desaparición del Antiguo Régimen, simbolizada en la toma de la Bastilla en París y todos los grandes cambios derivados de este acontecimiento y sus consecuencias. La Revolución Francesa parecía lograr la emancipación del hombre respecto de las servidumbres del pasado. Parecía permitir la recuperación de la libertad y de la armonía que Hegel veía estudiando la civilización griega. Pero las guerras napoleónicas fueron dejando de ser guerras liberadoras o guerras para la libertad, y se convirtieron en guerras imperialistas, es decir, en guerras de conquista y de rapiña. En este contexto debemos situar la obra de Hegel, el filósofo más difícil de leer y comprender de todos los grandes y uno de los más citados y criticados por los pensadores posteriores a él. Deben citarse como obras fundamentales: Fenomenología del Espíritu (1807), que es su obra principal, Enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio (1817), y Filosofía del Derecho (1821), donde expone sus ideas políticas sobre Alemania. Tras dedicar muchos años a la enseñanza muere a consecuencia de una epidemia de cólera en Berlín en 1831. Poco después sus alumnos publican ordenadamente sus “lecciones de Filosofía” impartidas en la universidad de Berlín sobre filosofía de la historia, filosofía del arte, filosofía de la religión e historia de la filosofía, recogidas bajo el título: Lecciones sobre la Filosofía de la Historia universal. Son múltiples las aportaciones de Hegel a la filosofía contemporánea pero nos centraremos únicamente en dos conceptos claves para la filosofía marxista posterior. Una de las grandes innovaciones que Hegel propone y que nadie va a poder dejar de lado a partir de su obra es el protagonismo que acapara la Historia para explicar la realidad. La cuestión es la siguiente: Hegel, mirando al pasado y analizando la historia, observa que hay un desarrollo en ella que se mueve en una dirección siguiendo un proceso que no es una mera sucesión de acontecimientos al azar. A este proceso lo denomina proceso dialéctico. Veámoslo con un ejemplo: si nos fijamos en la sociedad griega antigua, observamos con claridad la armonía que existe entre individuo y sociedad, entre los deseos individuales y las necesidades sociales, entre el deseo y la razón. Pues bien, según Hegel, Sócrates rompe esta armonía cuando comienza a poner en duda el orden establecido preguntándose qué es la justicia o qué es la virtud. La búsqueda de respuestas saca a la luz que muchos de los conceptos socialmente admitidos no son más que convencionalismos sin fundamento. Este es el origen de la conciencia individual que alcanza su plenitud muchos siglos después en la Europa protestante. Pero esta fase resulta también inestable como podemos observar con la Revolución Francesa y la época de terror posterior.
Llegará, por tanto una tercera fase (que estaba comenzando en su época, creía Hegel), que superará y armonizará ambas tendencias. Este proceso de Tesis → Antítesis → Síntesis está presente en la historia y es su motor continuo.
La dialéctica es, por tanto, la clave para entender la historia y los conflictos que en ella se generan; y la historia es clave para entender la realidad. Y lo más curioso es que este proceso no es sólo una sucesión de acontecimientos sino el camino que la razón humana (El espíritu) va siguiendo hacia una mayor libertad y un creciente autoconocimiento porque, para el autor alemán, la historia es precisamente la progresión de esos principios de libertad y autoconocimiento. A la muerte de Hegel sus discípulos se dividieron en dos ramas, la derecha y la izquierda. La derecha pretendía usar las ideas del maestro para justificar los conceptos concretos de la religión cristiana. La izquierda, especialmente Feuerbach (1804-1872), explicaba la religión como mito o relato imaginario elaborado en una sociedad. Según Feuerbach en Esencia del cristianismo (1841) la religión es el modo principal de la alienación humana (se explicará este concepto un poco más adelante), porque consiste en proyectar o construir un Dios o ser superior que en realidad sólo es la expresión de lo que es el hombre, de sus mejores cualidades. Según Marx, Hegel es la cima del pensamiento cristiano-burgués, y como tal la obra con la que debe medirse cualquier pensamiento vivo. Hegel aporta, como ya hemos dicho, algunos elementos decisivos que Marx asume, pero invirtiendo su significado (como la concepción dinámico-dialéctica de la realidad). El dato fundamental que rechaza de Hegel es su pretensión de que la auténtica realidad es espíritu, razón, conciencia; lo que, según Marx, crea una filosofía invertida que pone al hombre a caminar sobre su cabeza. De ahí se derivan todos los errores de la filosofía hegeliana. El idealismo hegeliano conduce también a una concepción abstracta del hombre, reduciéndolo a mera autoconciencia, cuando para Marx es, ante todo, un agente, un ser transformador. Pero Marx va a criticar también el materialismo de Feuerbach. Frente al materialismo mecanicista de los antiguos, frente al de los ilustrados y al de Feuerbach, presenta un materialismo dialéctico: sólo existe la naturaleza y el hombre que la transforma, que expresa la visión dialéctica de Hegel pero aplicada a la naturaleza y a los hombres como realidades materiales. El materialismo de Feuerbach es rechazado por Marx porque no concibe el mundo ni la sociedad como un proceso histórico en desarrollo constante, sino como algo inmutable. De esta visión de Feuerbach surge una concepción del hombre como un ser meramente especulativo o contemplativo de esa realidad sin asignarle ningún papel activo sobre la naturaleza. Marx concibe al hombre como ser activo que transforma la realidad.
3.2 EL SOCIALISMO UTÓPICO.
Los socialistas utópicos como Fourier, Owen, Proudhon y Saint Simon eran las fuerzas “progresistas” de la primera mitad del siglo XIX, frente al conservadurismo de los positivistas como A. Comte. Este defendía la sociedad capitalista y los socialistas utópicos la criticaban duramente y actuaban creando comunidades de trabajadores que cooperaban entre sí por intercambio de productos. Algunos de ellos intentaban reducir a lo mínimo posible la autoridad central y otros intentaban desarrollar una tecnología e industria a gran escala para producir gran cantidad de bienes bajo control centralizado. Criticaban la propiedad privada como causante de la desigualdad y de la injusticia, así como la división del trabajo que alienaba al trabajador. Del mismo modo denunciaban la injusticia de que los obreros vivieran en la miseria mientras unos pocos vivían en la abundancia. Todos resaltaban el papel importante de los trabajadores en la Revolución Francesa.
Marx recogió estas actitudes revolucionarias pero descubrió en ellas la carencia de una base teórica en los planteamientos, es decir, que les faltaba una filosofía en la que apoyar la acción revolucionaria. El materialismo histórico (y dialéctico) opuesto al idealismo dialéctico hegeliano es la base que desarrolla Marx para esa acción revolucionaria, en la que consideraba imprescindible la participación de los movimientos obreros, y de ahí el eslogan ¡Proletarios del mundo, uníos! El marxismo supuso la unión de teoría y práctica o acción política, porque, parafraseando a Marx, no basta con interpretar el mundo sino transformarlo.
3.3 LA ECONOMÍA POLÍTICA LIBERAL (CAPITALISTA) Autores como Adam Smith y David Ricardo, máximos representantes de la emergente teoría liberal de la economía, habían señalado la importancia del trabajo a la hora de valorar una mercancía y exponían las leyes de la economía capitalista como si fuesen leyes naturales. Marx propuso la idea de que el trabajo es, en cierto sentido, la esencia de la vida humana en cuanto acción dirigida a la producción de mercancías necesarias para la vida. Pero afirmó que las leyes que regulan la producción y la distribución de mercancías no son leyes naturales, inmutables y necesarias, sino leyes impuestas por el sistema de propiedad privada que convierte al hombre en mercancía y que por ello lo empobrece y lo aliena. Según Marx la historia confirma que tales leyes de producción y distribución de mercancías no son las mismas desde siempre, no son eternas, y muestra cómo son trasformadas por medio de una revolución.
4.1 ANTROPOLOGÍA.
Concepto clave en la teoría de Marx es el de alienación. Pero para entender bien la caracterización que el filósofo hace de este concepto es necesario tener en cuenta la concepción que Marx tiene del hombre. El hombre no tiene una esencia como muchos filósofos anteriores habían pretendido buscar; se hace a sí mismo transformando la naturaleza, a través de la historia y en la sociedad. Así pues, el hombre es, ante todo, un ser activo, práctico, siendo el trabajo su principal actividad. El trabajo pone al hombre en relación con la naturaleza y con los demás hombres. Es en el trabajo donde el hombre, en principio, debería realizarse como hombre. El verdadero ser del hombre, lo que lo caracteriza es, por tanto, su capacidad creadora y trasformadora: el trabajo. El hombre lo es todo gracias al trabajo. Mediante el trabajo, crea su propia identidad, se relaciona con los otros hombres, consigue lo necesario para vivir, adquiere un modo de vida determinado, se auto-realiza.
CONCEPCIÓN DEL HOMBRE
Es un ser concreto, sensible, corporal (negación del alma o esencia)
Trasforma el mundo: homo faber, no homo sapiens
Se autorealiza a través del trabajo
Es eminentemente social
Es un ser histórico
4.2 ALIENACIÓN
Pero el hombre, cuando participa en el modo de producción capitalista vive constantemente en estado de alienación. Esto es así en la medida en que el hombre, al ofrecer sus servicios a los propietarios de los medios de producción se queda sin lo que es suyo (el producto de su trabajo), pone fuera de sí el fruto de la actividad a la que está entregando su vida; el hombre se desposee rápidamente de lo que le es propio, de su esencia, cayendo así en el estado de alienación. En palabras del propio Marx este estado consiste en lo siguiente: “Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo el trabajador no se afirma, no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo, arruina su espíritu (...) Su carácter extraño -alienado- se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste(...) En último término para el trabajador se muestra la enajenación del trabajo al no ser este suyo, sino de otro; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro”. En resumidas cuentas, podría decirse que la alienación con respecto al trabajo se produce en dos sentidos: en la medida en que el trabajador no puede quedarse con el producto de su trabajo; y en la medida en que el hombre no se siente realizado al desarrollar su trabajo. Por lo demás, Marx postulará que esta alienación referida al trabajo, o sea, la alienación económica, que es la más básica y fundamental, promueve otras formas de alienación: la social, la política, la filosófica y la religiosa.
La alienación social viene causada por la división en clases separadas, de las cuales una es propietaria de los medios de producción y la otra es la que vende su fuerza de trabajo y se desposee de sus productos y de sí misma, y por lo tanto la raíz de esta alienación son unas determinadas relaciones de producción.
La alienación política es causada por la separación entre sociedad civil y Estado, porque éste se apodera y domina la sociedad civil, los trabajadores, dado que el Estado burgués sirve, según Marx, para mantener la división de clases y la alienación.
La alienación religiosa como sometimiento a un ser superior y como esperanza de otra vida, según Marx, no es un constitutivo del ser humano sino una elaboración “ideológica” que pretende justificar y defender la estructura socioeconómica, al remitir al hombre a un ser superior que supuestamente hizo las cosas así como están y orientando al hombre hacia una vida en el más allá en el que se liberaría de las penalidades de esta sociedad. Según Marx, la religión es la válvula de escape para el hombre oprimido, es el opio del pueblo porque le aliena de su verdadero ser y de su verdadera existencia. Para Marx, no hay ningún sitio para un ser que esté por encima de la naturaleza y del hombre. Marx estaba convencido de que la lucha por la transformación de esas estructuras sociales alienantes acabaría con la religión y con la falsa dimensión religiosa del hombre, porque el hombre no es por naturaleza un ser religioso, contrariamente a la posición de Feuerbach, sino un ser productor y transformador de la naturaleza.
La alienación filosófica viene dada por el hecho de que hasta ahora, dice, la filosofía se ha limitado a interpretar el mundo o la realidad y lo ha hecho falsamente, ha sido ideológica, por lo que piensa que ya es la hora de ponerse a trabajar para transformar el mundo además de interpretarlo. La filosofía deberá realizar la labor de descubrir los engaños ideológicos de la sociedad y crear la base teórica para la acción revolucionaria, es decir, la filosofía ha de ser un saber crítico, no ideológico, y la vez ha de ser acción transformadora de la sociedad capitalista.
La propiedad privada es la consecuencia última de toda alienación: acabar con la alienación es la finalidad del comunismo .
1.3.3. FORMAS DE ALIENACIÓN
La alienación económica es la alienación radical, alienación estructural de la sociedad capitalista, pero promueve otras, como la social: división de la sociedad en clases antagónicas, la política: mediante la división entre sociedad civil y estado, y esas tres se ramifican en otras dos:
la alienación religiosa: un modo de existencia falseada, una proyección del ser humano, una cura del desgarramiento, un opio; sirve como justificación ideológica de la organización económica y socio-política. La transformación práctica de las condiciones materiales de vida acabará con la religión.
Es opio delpueblo
Es expresión de la miseria del hombre y protesta contra la miseria real.
La concepción del mundo o de la realidad se denomina materialismo dialéctico. La idea central del materialismo dialéctico es que fuera de la naturaleza y del hombre no existe nada. El marxismo es un no al idealismo que sostiene que las Ideas o el Espíritu son la raíz desde la que se desarrolla necesariamente toda la realidad natural y el hombre. Se afirma contrariamente que la realidad es una totalidad en proceso formada por elementos interrelacionados, es decir, es una realidad dialéctica, pero que tal realidad es material, de forma que fuera de la naturaleza y de los hombres no existe nada. De esa realidad material y dialéctica deriva todo, incluso aquellas realidades consideradas espirituales. La materia es dinámica y contiene en sí la ley de su futuro desarrollo.
Nada sucede por azar, sino en virtud de tres leyes:
a) Ley del salto cualitativo. Pequeños cambios cuantitativos producen un cambio cualitativo, por ejemplo, cuando por cambios cuantitativos -aumento de la temperatura- el agua se calienta, cambia de cualidad y se hace vapor.
b) Ley de la unidad y lucha de contrarios. La realidad es esencialmente contradicción, oposición, juego de contrarios, como dijo Heráclito. Los contrarios son el motor que dinamiza la materia, cada estado de la materia lleva en sí su contrario. Por ejemplo, la semilla y el árbol.
c) Ley de la negación de la negación. La oposición de los contrarios se supera mediante la negación de la negación. Por ejemplo, huevo -tesis- y germen - antítesis- se superan con la aparición del polluelo, síntesis superadora). A través de este proceso dialéctico de tesis, antítesis (negación de la tesis) y síntesis (negación de la negación), evoluciona y progresa el universo.
La concepción marxista de la historia, el llamado “materialismo histórico”, constituye el núcleo central del pensamiento de Marx. La expresión materialismo histórico expresa una teoría, que pretende ser científica, sobre la formación de la sociedad y sobre las leyes de su desarrollo y de su transformación. La idea fundamental del materialismo histórico es que la historia depende, se explica o tiene su causa en el fenómeno de la producción de bienes, y más específicamente, en la relación de los trabajadores con los medios de producción. El desarrollo de la especie humana, su situación real actual y el proceso por el que ha llegado a ella, solo puede ser entendido si se analiza cómo se ha ido caracterizando la producción de los medios de subsistencia a lo largo de los tiempos.
TESIS FUNDAMENTALES
1. El hombre es el protagonista de la historia.
2. Las relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con otros hombres son relaciones materiales: producción, distribución, intercambio y consumo de bienes.
3. Estas relaciones (fundamentalmente la producción) son el origen de la ideología y la estructura jurídico-política del estado.
4. Esas relaciones (infraestructura económica) siguen un proceso dialéctico. El conjunto de las relaciones de producción es la base real, la estructura sobre la que se cimenta la historia. A partir de esta se construyen las superestructuras o ideologías de tipo político, religioso, filosófico, etc. Las manifestaciones “espirituales” como el lenguaje, la religión, el arte, etc., son superestructuras que se apoyan y emergen desde la estructura económica de la sociedad o infraestructura. Es decir, que tales relaciones de producción de recursos para alimentarse, vestirse y resguardarse de las inclemencias son las que condicionan o determinan las superestructuras.
6.1 La estructura social: infraestructura y superestructura.
El modo de producción es la forma de producir los distintos bienes necesarios para la subsistencia.
Está formado por:
1) Estructura económica o infraestructura: Es el factor fundamental del proceso histórico y determina el desarrollo y el cambio social; o dicho de otro modo, cuando cambia la estructura económica, cambia el conjunto de la sociedad: las relaciones sociales, el poder, las instituciones, etc. La componen las fuerzas productivas y las relaciones de producción. De ella depende la superestructura.
a) Fuerzas productivas: son el conjunto de medios que cada sociedad utiliza para obtener los distintos bienes necesarios para la subsistencia. Entre las fuerzas productivas podemos distinguir tres elementos básicos: • Medios de producción: son la materia sobre la que se trabaja y todos los medios que se emplean para trabajar, instrumentos, herramientas, máquinas, etcétera. • Fuerza de trabajo: el hombre con su propia capacidad de producir. • Productos como bienes de uso, de consumo y de cambio. Las fuerzas productivas evolucionan con el paso del tiempo y aumentan con el progreso científico y tecnológico. Son la fuerza motora del desarrollo histórico y determinan las relaciones de producción y sus cambios.
b) Relaciones de producción: son las relaciones que se van fijando en el proceso productivo en función de la relación que los hombres guardan con los medios de producción y el lugar que ocupan en el sistema productivo. Así parece claro que ha de haber algunos hombres que posean los medios de producción, mientras que otros, la mayoría, no tendrán más posesiones que su fuerza de trabajo. Es más, las relaciones establecidas en torno a la producción constituirán las relaciones de propiedad, la división del trabajo y la división entre las distintas clases sociales.
2) Superestructura: se levanta sobre la estructura económica. Está compuesta por las instituciones jurídico-políticas y por las estructuras ideológicas, el conjunto de ideas morales, políticas, religiosas, estéticas, filosóficas, etcétera. Todas las instituciones jurídico-políticas, precisamente por el lugar que ocupan con respecto a la infraestructura, juegan un papel predominante en la lucha de clases. O dicho de otra forma, todas están en manos de la clase dominante. Así, Marx presenta al Estado como un instrumento de represión y de dominación, un instrumento que está en manos de la clase dominante para asegurar el dominio sobre la clase dominada. Por su parte, la estructura ideológica reproduce nuestra visión del mundo y el papel que los hombres jugamos en él. Marx y Engels afirman que las ideas dominantes de una época siempre han sido únicamente las ideas de la clase dominante. La ideología es, así, un conocimiento falseado, deformado, que presenta el interés particular de una clase como si fuera el interés general de la sociedad. Analicemos un poco más la crítica de Marx a estas estructuras ideológicas.
6.2 CRÍTICA A LAS IDEOLOGÍAS.
Para encubrir la alienación se construyen ese conjunto de ideas y representaciones llamado Ideología o conciencia, para mantener y justificar el estado de la sociedad, ocultando y falseando la verdadera situación. Se producen desde el momento en que el hombre elabora un conjunto de representaciones ideológicas que pone por encima de sí a fin de que le proporcionen una solución a los problemas con que se encuentra en la vida real, en vez de intentar resolverlos valiéndose de sí mismo. Marx considera como ideología a un conjunto de “ideas”, “formaciones nebulosas” o “sublimaciones” que dan una imagen falsa de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los seres humanos. Por eso las ideologías, según él, deben ser criticadas y eliminadas. El hombre comienza a crear ideologías en el momento en que sacraliza las fuerzas naturales; en el momento en que para explicarse los fenómenos que tienen lugar en la naturaleza, recurre a la elaboración de relatos de tipo religioso. Aunque las ideologías propiamente dichas nacen con la división del trabajo y la división de la sociedad en clases, los propietarios de los medios de producción recurren a ellas para “justificar” la realidad social que a ellos les resulta favorable y a los demás perjudicial. Las principales ideologías son de carácter político, religioso y filosófico. Las ideologías políticas presentan al Estado como el árbitro de las diferencias entre los ciudadanos cuando, en realidad, el Estado no es imparcial, sino un instrumento opresor en manos de la clase dominante. Las ideologías políticas, sean del signo que sean, tienen como finalidad justificar los intereses, el modo de producción y el dominio de las clases privilegiadas. La ideología religiosa, por otro lado, juega un doble papel. De una parte, es una creación del pueblo que tiene como objetivo ocultar la realidad, embellecer el sufrimiento, mantener al pueblo resignado ante las calamidades que lo abordan pensando en una vida ultraterrena en la que será recompensado por su sacrificio. De otra parte, la ideología religiosa sirve de justificación para la explotación que la clase dirigente lleva a cabo sobre la clase obrera. La diferencia entre la ideología filosófica y la religiosa es solo de grado: la primera es más primitiva, menos evolucionada que la segunda. Las ideologías desaparecerán, al entender de Marx, solo cuando se instaure la sociedad sin clases.
6.3 LA EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD.
Esta es la razón por la que Marx afirma que la historia real y la ciencia histórica se mueve y gira en torno a las relaciones de producción de recursos. Las contradicciones que surgen en estas relaciones son las que mueven la historia de las sociedades humanas. En último término, lo que mueve la historia es la lucha de clases, “la historia es historia de la lucha de clases”, dice El manifiesto comunista. Los cambios históricos son de naturaleza dialéctica y todos ellos van dirigidos, según Marx, hacia el establecimiento de una sociedad sin clases. Marx entiende la historia como el paso de unos modos de producción a otros. Son las contradicciones existentes en el seno de un modo de producción las que hacen avanzar la historia. Estas contradicciones se producen cuando entran en conflicto las fuerzas productivas y las relaciones de producción, cuando las relaciones de producción ya no sirven para asimilar un aumento determinado de las fuerzas productivas. Pero estas contradicciones, aun siendo en última instancia contradicciones materiales, se reflejan en las conciencias y producen luchas sociales. Por eso, Marx entiende la historia de las sociedades como lucha de clases. Marx y Engels han clasificado las sociedades a partir de los distintos modos de producción. La clasificación que proponen es la siguiente: a. Modo de producción asiático: Es una sociedad rural en la que no existe aún la propiedad privada. La propiedad está en manos del déspota o del consejo formado por los jefes de familia, que controlan la propiedad con vistas al interés común. b. Modo de producción antiguo o esclavista: Es la organización social de la antigua Grecia y de Roma. Se forma por la agrupación de varias tribus. El poder está en la ciudad, no en el campo. En su origen la organización social es militar y la propiedad de la tierra se obtiene con la guerra. Junto con las tierras propiedad del Estado aparece la propiedad privada. El Estado es expresión de los hombres libres o ciudadanos. Las clases sociales fundamentales son la de los ciudadanos y la de los esclavos. c. Sociedad feudal o modo de producción feudal: Sociedad de origen rural, aunque pronto se hace también urbana. La tierra está en manos de grandes propietarios (señores feudales) y la trabajan los siervos. d. Sociedad capitalista burguesa o modo de producción capitalista: Aparece como consecuencia del desarrollo del comercio y de la industria. Existe un gran desarrollo técnico y una fuerte división del trabajo, lo que da lugar a clases sociales muy diferenciadas: burguesía y proletariado. Por tanto, según el modo de producción y las relaciones que de él se deriven, así será la estructura social. Cuando en una sociedad no todos sus miembros trabajen, es decir, no todos participen en la producción, esta sociedad estará dividida en clases sociales, una de las cuales será la explotadora y otra, la compuesta por los trabajadores, explotada. Así, en la Antigüedad había amos y esclavos; en la Edad Media había señores y siervos, y en la Edad Moderna capitalistas y proletarios. El sistema capitalista actual, señala Marx, hace que la vida del trabajador sea penosa; el trabajador es reducido a un eslabón dentro de la cadena de producción y su función queda relegada a un segundo plano; a fin de cuentas el trabajador es una mercancía más. Ahora bien, ¿qué factores desencadenan esta situación?
Marx distingue tres elementos:
1. En primer lugar, la aparición de la máquina, que hace que el papel del hombre en la producción quede relegado y deje de tener valor en sí mismo; la mano del hombre es importante en cuanto pone en marcha, cuida y hace funcionar la máquina.
2. En segundo lugar, las leyes del mercado, la oferta y la demanda, que obliga a abaratar los costos de producción para poder competir.
3. Por último, la propiedad privada, que permite al empresario disponer de los medios de producción de forma que al obrero sólo le queda su fuerza de trabajo, expropiada del mismo fruto que produce. Para Marx, el mal no radica en la máquina, sino en las leyes de la economía y en la propiedad privada. Es necesario transformar estas y ponerlas al servicio de todos los hombres.
En la introducción a su obra El Capital, se plantea el estudio de la mercancía por ser esta la forma elemental de riqueza del sistema capitalista. En toda mercancía, Marx distingue entre su valor de uso y su valor de cambio: El valor de uso es la utilidad que, en virtud de sus propiedades, tiene una mercancía para satisfacer determinadas necesidades; el vestido, por ejemplo, tiene un valor de uso, que es el servicio que presta al hombre al satisfacer sus necesidades de abrigo. El valor de cambio de esa misma mercancía es la proporción cuantitativa por la que se cambia (bien por otra mercancía, bien por dinero). Este valor no atiende a la naturaleza misma de las mercancías, sino al valor que esta tiene en el mercado; es el valor monetario de la mercancía, el cual depende de muchas circunstancias exteriores, principalmente de la escasez o de la abundancia de la mercancía. Es decir, el valor de cambio está sujeto a la ley de la oferta y la demanda y, por tanto, fluctúa constantemente. En el sistema capitalista, según Marx, el valor de cambio supera al valor de uso. Pero ¿a qué es debido esto? El sistema capitalista supone una transformación del esquema de producción preindustrial. En el esquema preindustrial el ciclo de la forma de intercambio tiene como punto de partida una mercancía y como punto de llegada otra. Responde a la fórmula M-D-M, es decir mercancía, dinero, mercancía. Aquí el dinero es sólo un signo de intercambio universal. Por el contrario, en el esquema capitalista, el dinero, que no era más que un simple medio, pasa a ser fin en sí mismo. En este caso la mercancía es únicamente un medio para obtener dinero. La forma completa de este movimiento es D-M-D, es decir, dinero, mercancía, dinero. El dinero se convierte en un fetiche, lo que interesa es obtener dinero, valor de cambio universal. El dinero obtenido en este tipo de economía es igual al dinero dado al comienzo más un excedente; a este excedente es a lo que Marx llama plusvalía (margen de beneficio que obtiene el capitalista por el trabajo ajeno). Marx cree que la doble ley que rige la historia, la que lleva a la concentración del capital en unas pocas manos, al crecimiento de la plusvalía y al empobrecimiento progresivo del proletariado, plantea una tensión dialéctica que inevitablemente se resolverá con la llegada del nuevo orden social, el comunismo. La sociedad capitalista quedará destruida por sus contradicciones internas. Pero para que esto llegue a ocurrir es necesario un proceso revolucionario constituido por las siguientes fases:
a. Etapa democrática. Se caracteriza por la dictadura del proletariado como consecuencia de la toma del poder político por parte de los trabajadores.
b. Etapa socialista. En esta etapa se fomenta el desarrollo de los medios de producción, de la riqueza social, y se tiende a la abolición gradual de las clases sociales y sus antagonismos.
c. Etapa comunista. Representa la culminación del proceso revolucionario y se caracteriza por la abolición de la propiedad privada y la desaparición total de las clases.
VOCABULARIO: ALIENACIÓN, DIALÉCTICA, FUERZAS PRODUCTIVAS, HOMO FABER, IDEALISMO/MATERIALISMO, IDEOLOGÍA, INFRAESTRUCTURA (BASE ECONÓMICA), LUCHA DE CLASES, MATERIALISMO (HISTÓRICO, DIALÉCTICO), MARXISMO, MODOS DE PRODUCCIÓN, PLUSVALÍA, PROLETARIADO, RELACIONES DE PRODUCCIÓN, SUPRAESTRUCTURA, VALOR DE CAMBIO/VALOR DE USO
1.1. Alienación en Hegel
Hegel afirma que lo infinito es la realidad única de la que mana lo finito, como manifestación de ello. Lo infinito es una razón única y objetiva. La naturaleza es fruto de la alienación del Espíritu absoluto: Todo lo real es racional. Pero como no hay distinción esencial entre Espíritu y Naturaleza, las ideas no sólo explican el pasado, sino también el porvenir: Todo lo racional es real.
La realidad es espíritu. La idea o espíritu rige, determina y origina las diferentes formas de realidad o naturaleza. Y esta realidad es un sistema racional. El pensar determina y rige el ser. La realidad es producto del pensar. Lo verdadero es el sujeto como espíritu.
Para Hegel la realidad es la Idea. Esta idea, la realidad, es dinámica, está en movimiento, en proceso. Esa dialéctica se produce debido a que lleva en sí misma una contradicción que la lleva a salir de sí misma, a alienarse. Es decir, se produce un proceso que pasa por tres fases:
Primer momento: Espíritu objetivo. Ser en sí. Estar en sí de la idea (tesis).
Segundo momento: Espíritu subjetivo. Ser para sí. Salir de sí. Es la etapa de Negación o contradicción. Sale fuera de sí, está alienado. Se convierte en objeto (antítesis).
Tercer momento: Espíritu absoluto. Ser en sí y para sí. Negación de la NEgación. Vuelve a sí, se reconcilia consigo, supera la antítesis (síntesis).
La alienación es necesaria para poder llegar a la síntesis, a la superación de la negación, para que se dé el movimiento y para que pueda haber conocimiento.
¨ La esencia de la realidad es la materia física. La naturaleza tiene primacía ontológica sobre la Razón.
¨ Lo infinito ha de ser interpretado como emergente desde lo finito. Así, Dios (infinito) es producto del hombre (finito):
- La fantasía del hombre pone fuera de sí todas sus cualidades y determinaciones.
- Luego abstrae los límites de esas cualidades, dando lugar a la idea de Dios.
- Esa Idea de Dios es objetivada (alienación), dando lugar a la creencia de que existe el ser que enuncia.
La teología se reduce a antropología.
Para Feuerbach la realidad no es la idea, sino la materia, y más en concreto el hombre, pero un hombre genérico, el ser humano.
Este hombre necesita conocerse, saber quién es, y para ello se propone a sí mismo como objeto de su conocimiento. ¿Cómo lo hace?: proyectándose a sí mismo fuera de sí, pero eso que proyecta, sus cualidades, las sitúa en un ser exterior, afirma que las posee un ser que no es él, que es Dios. Se produce entonces la alienación, el hombre queda fuera de sí si se queda en ese paso, si no vuelven a sí sus cualidades. Es una alienación religiosa cuando el hombre se da cuenta de que ese ser no existe, que es creación suya y reintegra en sí mismo sus cualidades.
CRÍTICA
Marx critica tanto el idealismo como el materialismo de Feuerbach.
Contra Hegel: la historia no es desenvolvimiento del espíritu en un progreso social. Eso lo contradice la aparición del proletariado como consecuencia de la revolución industrial. Contra el idealismo: el hombre no es autoconciencia, espíritu, razón, es el hombre concreto.
Contra el materialismo: el materialismo no considera el mundo como proceso, es mecanicista y el hombre es considerado como un ser contemplativo, no práctico. Feuerbach descubre esa alienación, pero su filosofía no es práctica y revolucionaria, porque no efectúa un análisis histórico y dialéctico de las causas de la alienación. Para Marx, la filosofía no es sólo conocimiento, es también práctica, transformación de la naturaleza.
Hay que conseguir una teoría antropológica que se ajuste a la realidad histórica. Hay que ajustar el método dialéctico hegeliano y el punto de partida materialista de Feuerbach, evitando la consideración del hombre como abstracción, que se desvincula del hombre de carne y hueso.
1.3.1. La antropología marxista. Humanismo marxista
La clave para la constitución de esa nueva antropología está en la consideración de las relaciones económicas y laborales como constituidoras de la naturaleza humana. El hombre no es sólo un ser teórico, sino también práctico. El hombre es homo faber y es pensamiento subordinado al trabajo. Por eso el hombre no tiene esencia, sino que más bien hace su esencia.
La Naturaleza material es el conjunto de las condiciones materiales con las que el hombre puede satisfacer sus necesidades.
El trabajo pone al hombre en contacto con la naturaleza y con los demás hombres: origina la sociedad humana y los bienes que en ella son objeto de mercancía: La Naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre. Por el trabajo construye el hombre la sociedad, y entra en relación con los otros, de manera que "la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo, es, en su realidad, el conjunto de las relaciones sociales".
Así, el hombre en Marx es un ser activo, concreto, real, viviente y que intenta realizarse en su trabajo.
Características del hombre en Marx:
Ser material: La esencia del hombre es materialista, consiste en la vida natural, la vida física, la vida intelectual, la actividad humana, el placer humano.
Es dinámico: el hombre no es una cosa terminada, sino en constante desarrollo a su plenitud.
El trabajo constituye la esencia del ser humano. La producción, la actividad práctico-productiva es lo que diferencia a los hombres de los animales. La praxis es concepto central en el marxismo:
- Mediante ella el ser humano se abre al mundo y a la realidad.
- Mediante ella realiza su ser en la historia.
- La vida social es eminentemente práctica.
Es un ser llamado a transformar la realidad. La praxis es la actividad que desarrolla el hombre para transformar la realidad social. Esto requiere unión del pensar y del hacer.
§ La naturaleza del hombre consiste en la producción de su vida, que lo constituye en una doble relación, con la naturaleza (relación natural) y con los otros hombres (relación social). Se puede afirmar que la esencia humana es en realidad el conjunto de las relaciones sociales.
El marxismo es un humanismo porque:
Promueve una crítica y lucha contra la alienación el ser humano. Intenta que el hombre deje de ser cosa y llegue a ser auténtico hombre.
En tanto que niega a un ser distinto y superior a la naturaleza y al ser humano. Este es el que ha de desarrollar sus potencialidades.
El humanismo marxista tendrá estas características:
Ø Ético: El hombre es el valor absoluto, habrá que rechazar lo que menoscabe su dignidad.
Ø Ateo: La absolutidad del hombre es contraria a Dios. El hombre debe confiar en sus propias fuerzas. Si Dios es señor el hombre ha de ser esclavo. Si Dios existiera haría imposible la tarea del hombre.
Ø Materialista: La religión aparta de los deberes terrenos, de la transformación de la naturaleza. Todo se resuelve aquí en el nivel de la historia y de la naturaleza.
Ø Económico: La historia se explica desde la economía.
Ø Es un humanismo solidario. El hombre solitario no cuenta, el individualismo capitalista va en contra del propio hombre.
Ø Es revolucionario: intenta cambiar la sociedad, las estructuras sociales.
Ø Científico: Este humanismo se apoya en un análisis científico de la realidad.
Sin embargo, el hombre vive alienado, pero la alienación religiosa, en la que se centró Feuerbach, desaparecerá cuando se elimine la alienación económica, que es la alienación principal. El hombre, en efecto, no es conocimiento, contemplación, sino trabajo productivo, creador.
1.3.2. ALIENACIÓN
La alienación es un proceso social en el que algo (el trabajo) que forma parte de la naturaleza humana, se hace extraño, ajeno al ser humano. El hombre es un “homo faber”, un ser material, dinámico, social. El hombre es su trabajo, praxis.
El hombre para desarrollarse a sí mismo, trabaja transformando la naturaleza. Al trabajar se proyecta en los productos de su trabajo, pone en cada producto algo de su ser, de su esfuerzo, de su imaginación, de sí mismo. El producto es una objetivización del trabajador, el trabajador se exterioriza y la naturaleza queda humanizada.
Si después esa distancia no se recorta, si no se reconcilian el trabajador y el producto de su trabajo, se produce la alienación, el trabajador se aliena, queda separado de sí mismo, el producto de su trabajo se concierte en mercancía y él mismo también es mercancía.
¿Qué ha pasado en la historia?, que lo que tiene que hacer que el hombre se libere no cumple su fin, que aquellos productos del hombre, los que hace mediante su trabajo y que deben servir para la producción social de vida (para coger, vestir, educarse, vivienda, sanidad ), no se utilizan para esto.
El hombre es su trabajo, y el trabajo es creador, mediante el que se crea su mundo y crea un mundo de objetos e instituciones sociales. Pero esto es así si:
Su actividad es objeto de su voluntad
Si puede expresar sus facultades en él
Si realiza su naturaleza social en él
Si no es sólo un medio de supervivencia
Sin embargo…
1. El trabajo se ha convertido en una mercancía más. Ya no sólo tiene valor de uso (si sirve para satisfacer necesidades), sino valor de cambio (cuando es mercancía que se cambia por otras cosas). Si se convierte en mercancía, pierde su significación concreta, ya que su valor no está determinado por el uso. El obrero se ve obligado a vender su fuerza de trabajo, con lo que el trabajo es algo forzado y su actividad y productos ya no le pertenecen. El salario es el valor de cambio de su fuerza de trabajo. El trabajo se convierte en algo alienado y alienante.
2. El proceso de división del trabajo hace que se separe lo intelectual de lo manual, con lo que ya no se ponen en juego todas las facultades humanas. Además, se subordina el obrero a la máquina, y es ella quien marca el ritmo del trabajo. Tiene como consecuencia que hace surgir el conflicto de clase.
3. La propiedad privada de los medios de producción aliena respecto a lo producido, pues lo que hace el trabajador se lo queda otro. Debido a los medios de producción basados en la propiedad privada, los productos que hace el obrero no vuelven a él, , no sirven para la producción social de vida, se han quedado en manos de unos pocos, los dueños de los medios de producción. El trabajador se encuentra vaciado de sí mismo, roto. Los productos de su trabajo no le pertenecen, dependen de los dueños de los medios de producción. El hombre vaciado de sí es el hombre alienado, que en vez de atribuirse a sí mismo sus productos los considera como algo ajeno a sí. El trabajador está alienado porque atribuye a un ser fuera de sí (el producto) cualidades que son su propia personalidad.
De todo ello resulta que el hombre está alienado con respecto a:
v al producto: Éste e la objetivación de su trabajo, pero al convertirse en "capital" de otros aparece ante el trabajador como un ser extraño, como un poder independiente que él no posee ni domina. Cuanto más produce, menos controla, y queda sujeto a la dominación de su producto, es decir, del capital.
v a su propia actividad: El trabajo, donde debería realizarse, no le pertenece y se encuentra mal en él. Resulta la paradoja de que el trabajador es feliz fuera de su trabajo.
v a la Naturaleza: que en vez de ser el cuerpo inorgánico del hombre aparece como algo ajeno al trabajador, como propiedad de otro.
v con respecto a los otros hombres: mediante el trabajo se crean las relaciones sociales, pero el trabajo alienado encierra a los hombres en sí mismo, y el "otro" aparece como "el ser extraño al que pertenecen el trabajo y el producto del trabajo".
El trabajador vende su fuerza de trabajo a otro ser, que lo utiliza para fines lucrativos. Al hacer eso se vende a sí mismo, su propia personalidad, se convierte en instrumento de otro hombre. El trabajador se cosifica, es un instrumento manipulado por el capitalista. Las relaciones humanas se convierten en relaciones conflictivas, cosificadas, es la dialéctica del amo y del esclavo. El hombre se convierte en mercancía. En este sentido la alienación es negativa.
Hay que tener en cuenta que la alienación no es una situación natural, sino histórica, producto de una determinada organización social y económica, con lo que se impone la doble tarea de:
- estudiar y conocer esa estructura o modo de producción
- transformar esa realidad.
La propiedad privada es la consecuencia (o causa) del trabajo alienado: "la realización de la alienación". Por eso hay que abolir la propiedad privada, llegar al comunismo: abolición de la propiedad privada, del capital, de manera que se acaben con todas las alienaciones.
Para Marx, la ideología (conjunto de ideas que da una imagen o representación falseada y falsificada de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los humanos) es un producto de la mente humana o una forma de conciencia deformada. Forma parte de lo que el marxismo entiende por superestructura:
Estructura: Conjunto de relaciones de producción ( producción, distribución, intercambio y consumo
Superestructura: Conjunto de ideas, creencias, instituciones y normas que configuran la consciencia social:
1. Jurídico-política: Normas y leyes que reglamentan la sociedad.
2. Ideológico: creencias e instituciones que configuran la conciencia social.
(Hasta Lenin se consideraba peyorativa, desde él no y se llama ideología al marxismo).
Origen de las ideologías
Estadio preideológico: Partimos del hombre concreto, que han sido puestos en determinada situación social que viene dada por la producción. la producción social de vida comienza por las necesidades más elementales ( comer, vestir ), luego el hombre va fabricando sus propios instrumentos de producción. En esta época está sometido a las fuerzas de la naturaleza, su relación con ella es cuasi animal, porque todavía no la ha trasformado. Ante esto, el hombre sacraliza las fuerzas de la naturaleza en la religión natural.
Nacimiento de las ideologías
Las ideologías como formas de conciencia deformadas nacen con la división del trabajo ( intelectual y manual ), el hombre se separa de la práctica y se dedica a crear teorías. estos hombres no prácticos crean las formas de conciencia, y hacen que otros crean que son reales y no producto de su imaginación. La ideología es un producto deformado de las mentes de los hombres que proceden de unas relaciones sociales deformadas porque los hombres no acaba de dominar la naturaleza ni sus relaciones sociales. Así, la ideología es una forma de conciencia deformada:
Los hombres subordinados a la naturaleza crean seres extraños y superiores y cuando aparece el capitalismo, la subordinación a la natura se sustituye por la subordinación a la mercancía., al valor, al estado.
Tipos
Las ideologías son, pues, formas de conciencia deformada, y que al interpretar la realidad la deforman, todas tienen en común que falsean la realidad. tenemos pues:
¨ Ideología política: Consiste en declarar al pueblo soberano y a los ciudadanos liebres e iguales. Pero esto es sólo formal, no alcanza al hombre real y concreto. El estado es, teóricamente, el arbitro de las diferencias entre los ciudadanos, pero realmente es el instrumento de opresión en las manos de la clase dominante. Pero esta ideología está cerca de la realidad.
¨ Ideología religiosa: Entramos en el mundo de lo imaginario. La ideología religiosa crea sus propios objetos, que no son reales.
¨ Ideología filosófica: También es del mundo imaginario, y tiene una diferencia de grado con la religiosa, es la misma pero más evolucionada.
Funcionalidad
La ideología se origina con la división del trabajo, y la división del trabajo esta unida a la propiedad privada. Ambas son el fundamento de las ideologías, por eso la ideología está unida a la sociedad clasista. ¿ Para qué sirven ?
v Para representar de forma imaginaria la relación de los individuos con sus condiciones de existencia reales.
v Para reproducir deformadamente la realidad.
v Cohesionar una estructura social.
v Sirve a la clase dominante: La ideología que predomina en una sociedad es la de la clase dominante. Ella posee los medios de producción y refleja espontáneamente su situación social. Hace una teoría que sirve para justificar sus intereses. Más tarde, cuando se encone la lucha de clases, la clase oprimida elaborará una ideología para justificar la lucha de los explotados. Así, el papel de las ideologías es el de justificar la propia situación.
v La ideología religiosa: expresión de la miseria de un pueblo, su resignación, el opio.
- es la justificación de la clase dirigente,
- puede servir también como protesta contra la miseria ser un estimulante que despierta.
Desaparición
Las ideologías desaparecerán cuando se acabe con la más radical, la económica, y esto sucederá cuando se acabe la subordinación de los hombres a las fuerzas sociales, es decir, en la sociedad comunista. La religiosa desaparecerá, porque los burgueses utilizan otras secularizadas más eficaces, los proletarios tampoco, pues descubren científicamente los mecanismo de la sociedad capitalista.
Marx consideraba que el método dialéctico era el mayor descubrimiento de Hegel y lo único de su filosofía que podía salarse, pero señala que en Hegel es conservador. (En Hegel la dialéctica es el movimiento, el progreso, el desarrollo del Absoluto, es decir de la Razón. es a la vez una marcha del pensamiento humano y un desarrollo de las cosas. el resorte de la dialéctica es la contradicción).
Engels la define como " la ciencia de las leyes generales del movimiento y de la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento ". Otra definición: " La gran idea fundamental según la cual el mundo no debe considerarse como un complejo de cosas acabadas, sino como un complejo de procesos en que las cosas, estables en apariencia, así como su reflejo intelectual en el cerebro, las ideas, pasan por un cambio ininterrumpido... hasta que acaba por imponerse un desarrollo progresivo... sin contradicción ".
Es pues un movimiento progresivo y que se lleva a cabo por oposición de fuerzas, por lucha de contrarios.
Marx la utiliza como método de interpretación de la historia en la totalidad de sus procesos. Todo momento histórico engendra contracciones que dan lugar a antagonismo y luchas de clases. La historia es el continuo devenir cuyo motor es la negación y la negación de la negación.
No es la simple afirmación de que todo es materia. En principio se opone tanto al idealismo de Hegel como al materialismo clásico.
Contra el Idealismo:
v De los filósofos: que explican las relaciones del hombre con la naturaleza como relaciones, ideológicas, culturales, pero no se fijan en las materiales.
v Conservadores: la realidad histórica ( producción, intercambio) hay que aceptarla, no se puede transformar, sino explicar. Son legitimadores. dan por bueno lo que hay.
v Idealista, que piensan que lo más importante son las ideologías y el estado, y que esto determina las relaciones humanas, y no al revés.
Contra Hegel afirma la prioridad del ser sobre el pensar. El pensar es producto del ser. Se une a la crítica de Feuerbach que decía que Hegel había convertido al hombre en puro espíritu, en lugar de considerarlo como un ser real, concreto y sensible.
Contra el materialismo clásico:
ü Es un materialismo abstracto y mecanicista, que reduce la materia a leyes mecánicas.
ü Carece de carácter dialéctico e histórico.
Contra Feuerbach: considera la realidad como objeto de contemplación.
El materialismo de Marx afirma la independencia de la naturaleza exterior respecto al pensamiento, pero que no es posible separar la Naturaleza del hombre. Este es un ser práctico, activo, que transforma la naturaleza. El concepto de praxis le permite superar la contraposición materialismo-idealismo. La Naturaleza real es la Naturaleza transformada por el hombre. El mundo es un producto histórico, resultado de una serie de generaciones que lo han transformado. Lo real es el mundo humanizado por el trabajo humano.
4.1. MATERIALISMO HISTÓRICO
El materialismo histórico es la denominación de la filosofía marxista de la historia. Trata de construir una interpretación científica de la historia, como las ciencias de la naturaleza. Esa ciencia histórica debía tener al menos estas características:
· dar cuenta de los datos empíricos acumulados por los historiadores.
· las leyes descubiertas sirven para predecir el futuro
La antropología de Marx se desarrolla para poder integrar la visión hegeliana de la historia como proceso dialéctico, junto a la atención de las condiciones materiales que se dan de hecho en los procesos históricos. Para ello hay que abandonar el materialismo mecanicista de Feuerbach, hay que cambiar al materialismo histórico.
El materialismo marxista consiste en afirmar que las relaciones que el hombre establece con la Naturaleza y con los demás hombres son relaciones materiales, es decir, que los hombres arrancan a la Naturaleza sus bienes ( de la mina, del campo, etc ) Luego los hombres producen e intercambian bienes materiales para poder satisfacer sus necesidades materiales. Esto es la producción social de vida. estas relaciones serán las que den lugar a la ideología y a la estructura jurídico-política del estado.
El materialismo histórico es " la concepción de la historia universal que ve la causa final y la fuerza propulsora decisiva de los acontecimientos históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en las trasformaciones del modo de producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases, y en las luchas de estas clases entre sí". Consiste, pues en afirmar que la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes, la economía, son la raíz de que los hombres tengan esta o aquella mentalidad, leyes o modos de gobierno. Consiste en considerar la realidad como un proceso dialéctico real de producción, un proceso material de trabajo del ser humano con y en la naturaleza.
Para entender el proceso, tal como lo explica el marxismo, hay que tener en cuenta la definición de ciertas palabras:
Producción: Actividad por la que los hombres crean bienes materiales para poder vivir.
Factores de producción: Factores que intervienen en la producción.
Proceso de trabajo: aquel por el que se transforma un objeto en un producto útil:
- Objeto
- medios de trabajo ( conjunto de cosas: sierra. martillo )
- fuerza de trabajo: la energía humana empleada. La máquina desarrolla trabajo, no
fuerza de trabajo.
Relaciones sociales de producción: " Relaciones que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los productores directos en un proceso de producción determinado". Son conflictivas, de explorador y explotado. Porque el obrero vende su fuerza de trabajo en las condiciones que marca el dueño de los medios de producción, y antagónicas, unos defienden la propiedad de los medios de producción como algo exclusivo y los otros como colectivo.
Jurídicamente se expresan por las relaciones de propiedad: En el sistema capitalista la burguesía posee los medios de producción, y el trabajador sólo posee la fuerza de trabajo
Fuerzas productivas: Resultado de la combinación de la fuerza del trabajo y los medios que tienen los trabajadores para realizar el trabajo. La capacidad de producción o trabajo real de los hombres.
Infraestructura ( estructura ) económica: conjunto de relaciones de producción. Constituye la base real de la sociedad. Esta constituida por las fuerzas productivas y las relaciones de producción.
Sistema económico es el proceso económico global de producción, distribución, intercambio y consumo.
Superestructura: conjunto de ideas, creencias, instituciones... que configuran la conciencia social, así como las estructuras jurídicas y políticas que irradia y de las que se sirve la infraestructura.
Modos de producción: Quiere decir la totalidad social global, es decir, tanto la estructura económica como a los otros niveles de la totalidad social: jurídico-político e ideológico.
primitiva: propiedad colectiva de los bienes.
esclavista: dominio y sometimiento, el esclavo propiedad del amo.
feudal: el señor dueño de la tierra.
capitalista: el capitalista propietario de los medios de producción y de la fuerza de trabajo.
socialista: propiedad colectiva de los medios de producción.
Revolución social: destrucción y transformación de unas determinadas relaciones de producción, con la consiguiente subversión de la superestructura.
Fuerza de trabajo Trabajador
Fuerzas productivas Relaciones de producción
Medios producción Capitalista
El motor de la historia es, pues, la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, es decir, la LUCHA DE CLASES:
El materialismo afirma que la producción de bienes materiales es lo que condiciona la historia humana. La historia es un proceso de maduración de la especie humana para satisfacer sus necesidades, pero El motor de esa historia es la contradicción en el seno de la realidad, es decir, de lo económico. De hecho, hay una relación dialéctica entre la infraestructura económica y la superestructura, aunque el fundamento económico constituye el principio de explicación.
Las contradicciones históricas se dan en el nivel económico, en las relaciones entre los propietarios de los medios de producción y las fuerzas productivas. Estas contradicciones se manifiestan en la lucha de clases. Las contradicciones entre fuerzas productivas y propietarios son contradicciones entre seres humanos, debidas a la distinta posición de los seres humanos en el proceso productivo. La historia es la historia de la lucha de clases.
Todo el proceso capitalista se centra en el concepto de mercancía: todo es mercancía, todo se compra y se vende, también la fuerza de trabajo. Aquí distingue valores de uso y valores de cambio. Los valores de uso consisten en lo que un objeto vale en sí mismo o en relación a la necesidad humana que satisface: el agua para la sed, para lavarse, etc. El valor de cambio es el que se fija sobre esos objetos sometidos a la oferta y a la demanda, tratados como mercancías.
A lo largo de la historia se ha tendido a anular los valores de uso y sustituirlos por valores de cambio. De este modo las cosas no valen lo que realmente valen, ni están subordinadas a los intereses humanos, sino que se someten a las leyes del mercado. Esto hace que las clases dominantes obtengan plusvalías, es decir, en el caso del trabajo: el trabajador vende su fuerza de trabajo, es decir, la convierte en una mercancía, y recibe un salario. Pero no se le paga todo lo que produce ese trabajo, el capitalista paga al obrero lo que necesita para mantener su vida en una jornada laboral, pero recibe toda la actividad de esta vida. Así recibe más valor (plus valía), acumula un beneficio al hacer trabajar al obrero más horas de las que éste necesita para atender a sus necesidades.
Pero la dialéctica que anima este proceso supone la supresión de los contrario, habrá lucha (a nivel económico, político: los trabajadores tratan de conseguir el estado, y a nivel ideológico: para desbancar a la ideología dominante. Mediante esa lucha de clases se camina hacia la sociedad sin clases, momento último de la historia, que acaba con la instauración del comunismo: acabará con las alienaciones y permitirá la realización total del hombre.
El vector o fin que dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo. Aquí se evitan las alienaciones y permite la realización total del hombre.
4.2. MATERIALISMO DIALÉCTICO
Es una interpretación de Engels. Es una inversión de la dialéctica hegeliana. Hegel decía que se desarrollaba la Idea, Engels dirá que lo hace la materia.
El materialismo dialéctico es la visión dialéctica de la realidad material. La realidad, la materia, es un conjunto de contradicciones, y a través de ellas, cambiado, va engendrando formas superiores de realidad.
La materia inanimada pasa a ser materia viviente, ésta a sensitiva y cuando ésta es compleja suficientemente aparece el hombre. Así, lo único que existe es la materia, pero en continuo movimiento y evolución en modo dialéctico, dialéctica sujeta a tres leyes:
ü Ley de la conexión necesaria: Los fenómenos de la naturaleza no pueden considerarse de modo aislado, sino como un todo articulado y orgánico, como una totalidad en que todos los fenómenos interrelacionan.
ü Ley del salto cualitativo: La dialéctica no considera en cambio como un simple crecimiento o cambio cuantitativo, sino cualitativo. Los cambios se hacen por saltos, de forma brusca, de acuerdo a unas leyes y como consecuencia d de cambios cuantitativos inadvertidos y graduales.
ü Ley de unidad y lucha de contrarios: la realidad es esencialmente contradicción. dialéctica. Cada estado de materia lleva en sí a su contrario. Toda la realidad es una lucha de contrarios. Así en la semilla, fuerza a pudrirse y fuerza a germinar. La espiga es la negación de la semilla.
La materia es absolutamente automotriz, la clave del movimiento está en la lucha de contrarios.
MATERIAL ELABORADO POR : https://www.wikispaces.com/user/view/josmagar
para ejercitarte puedes usar los ejercicios de la siguiente pág