Saber redactar un buen prompt es la clave para aprovechar al máximo el potencial de la inteligencia artificial en el aula y más allá. Un prompt bien construido no solo mejora la calidad de las respuestas, sino que también permite ahorrar tiempo, evitar malentendidos y obtener exactamente lo que necesitamos. Aunque pueda parecer complicado al principio, con unas cuantas pautas claras y algo de práctica, cualquiera puede aprender a formular instrucciones efectivas y precisas. Tan importante es crear buenos prompts que ya hay una profesión dedicada a ello: el ingeniero de prompts (o prompt engineer).
A continuación te presentamos los componentes esenciales de un buen prompt. Solo la tarea es imprescindible. Los otros elementos se pueden incluir o no el el prompt en función del contexto y de las necesidades que tengas en cada caso concreto.
Tarea:
Empieza siempre con un verbo en imperativo. La instrucción puede ser simple (“Resume el siguiente texto”) o más compleja, incluyendo varias acciones o subtareas (“Lee el texto, resume las ideas principales y redacta una conclusión con tu propia opinión”).
Contexto:
Limita el campo de acción del chatbot explicando bien el entorno y el propósito de la tarea. Piensa en preguntas como: ¿en qué contexto va a usarse el resultado? ¿Es para un entorno profesional, educativo, informal...? ¿Debe cumplir algún requisito concreto (nivel de lengua, formato, destinatario, etc.)?
Ejemplos:
Mejoran mucho la calidad del resultado. Puedes dar un modelo a seguir, un esquema, o pedir que imite el estilo de un texto ya escrito por ti, por otra persona o incluso por un autor determinado. Esto ayuda al chatbot a entender mejor el tono, la estructura o el tipo de contenido esperado.
Persona:
Indica desde qué punto de vista debe responder el chatbot. Por ejemplo, si estás redactando una carta de presentación, puedes pedirle que actúe como si fuera un empleador. También puedes pedirle que adopte el rol de una persona experta, un personaje famoso o cualquier perfil que te interese para contextualizar la respuesta.
Formato:
Especifica el formato que debe tener el resultado: texto plano, email, artículo, publicación en redes, lista, tabla, código, anotación breve, etc. Puedes pedirle que use negrita, limitar el número de palabras o párrafos, o que incluya ciertos elementos léxicos o gramaticales. No estás limitado al texto: también puede generar tablas con bordes, código HTML, fórmulas de Excel, fragmentos de programación, etc.
Tono:
Hay miles de adjetivos que puedes usar para definir el tono del texto: cercano, profesional, irónico, motivador, académico... Si no lo tienes claro, puedes pedirle al propio chatbot que te proponga una lista de tonos posibles según lo que quieras conseguir (esto se llama self-prompting).
Aquí tienes un ejemplo de prompt con todos los componentes:
Actúa como un experto profesor de Ciencias Naturales (persona). Crea un texto de 250 palabras sobre la importancia de consultar fuentes de confianza para un trabajo de investigación (tarea). El texto va dirigido a un grupo de estudiantes de 1º de la ESO (contexto). Usa el mismo estilo humorístico y adaptado al nivel del alumnado que he usado en este otro texto: ["texto de ejemplo entrecomillado"] (ejemplo). Devuélvelo en tres párrafos y utiliza negrita para destacar los conceptos clave (formato). Utiliza un tono divulgativo, humorístico y desenfadado (tono).
El autoprompting es una estrategia a la que puedes recurrir cuando no sabes cómo pedirle algo a la IA. Consiste, simplemente, en pedirle a la propia IA que te ayude a construir el prompt adecuado según lo que necesites. De alguna manera, es como decirle: “Ayúdame a pedirte correctamente lo que quiero”. Puedes ir mejorando el prompt con ayuda del chatbot e irlo probando de cada vez. Cuando no consigues lo que quieres, le describes al chatbot qué es lo que está fallando y le pides que reescriba el prompt para evitar el fallo que se está produciendo. Una vez que tengas la nueva versión, la llevas de nuevo al chatbot y la pruebas. Y así sucesivamente, hasta conseguir el resultado deseado.
“Quiero crear una actividad de comprensión lectora para nivel A1 de inglés. Sugiere 3 formas distintas de pedírtelo en un prompt, con diferente grado de complejidad. La actividad debe incluir una parte de resumen, una de vocabulario y una de opinión personal.”
El autoprompting es muy interesante porque te permite aprender cómo redactar mejores prompts, y es una excelente forma de ganar autonomía progresiva no solo como usuario de herramientas de IA, sino también como diseñador de experiencias de aprendizaje.
Las tiendas de prompts son plataformas online donde puedes encontrar prompts ya preparados para sacarle el máximo partido a la inteligencia artificial. Funcionan como catálogos: buscas lo que necesitas (por ejemplo, “crear una rúbrica”, “corregir textos”, “generar ejercicios de gramática”) y accedes a prompts listos para copiar y pegar en tu herramienta de IA habitual, como ChatGPT, Gemini o Copilot. Estas tiendas pueden ser una gran ayuda para docentes que se inician en el mundo de la IA o que quieren ahorrar tiempo y explorar ideas nuevas sin partir de cero.
Una de las más conocidas es PromptHero, que ofrece una amplia colección de prompts para distintos usos, incluidos los educativos. También hay otras enfocadas en tareas creativas, programación, redacción o productividad. Explorar estas plataformas es una buena manera de inspirarte y mejorar poco a poco tu forma de comunicarte con la IA.
Los gestores de prompts son herramientas diseñadas para organizar, guardar y reutilizar las instrucciones que usamos con inteligencia artificial. Funcionan como una especie de repositorio en el que puedes clasificar tus prompts por tema, nivel, materia o tipo de tarea. Algunos incluso permiten compartirlos con otros docentes o equipos de trabajo.
Para el profesorado, son especialmente útiles si usas IA de forma habitual y no quieres perder tiempo reescribiendo las mismas instrucciones una y otra vez. Uno de los gestores más conocidos es PromptBox, que permite guardar, etiquetar y acceder rápidamente a todos tus prompts desde una extensión de navegador.
Los gestores de prompts han evolucionado hacia los chatbots especializados. A diferencia de los chatbots generalistas, un chatbot especializado lleva asociado un prompt diseñado para la realización de una tarea específica. A diferencia del prompt a palo seco, el chatbot especializado tiene la ventaja de que puede haber sido entrenado en base a un corpus de documentos, y lo puedes utilizar sin necesidad de andar copiando el prompt.
Puedes encontrar estos chatbots especializados dentro de la aplicación de ChatGPT (en OpenAI les llaman GPTs) o bien dentro de un agregador de bots, como Poe AI o FlowGPT. Puedes incluso crear y entrenar tu propio bot personalizado.
Los generadores y optimizadores de prompts son herramientas diseñadas para ayudarte a crear prompts más claros, completos y eficaces, especialmente cuando trabajas con inteligencia artificial de forma habitual. A diferencia del autoprompting, estas plataformas no se limitan a darte ideas dentro del propio chatbot, sino que funcionan como espacios externos donde puedes diseñar, mejorar y probar tus prompts antes de usarlos.
Un buen ejemplo es PromptPerfect, una herramienta que permite introducir un prompt inicial y luego lo analiza, lo reformula y lo optimiza según el modelo que vayas a utilizar (ChatGPT, Claude, Gemini, etc.). También puedes crear un prompt desde cero siguiendo una guía paso a paso. Es especialmente útil para docentes que quieren asegurar la claridad de sus instrucciones o adaptar sus prompts a distintos contextos educativos sin partir de cero cada vez.