Este artículo pretende dar unas pautas a aquellas que han sufrido un esguince de tobillo y sienten que se puede hacer algo más que, simplemente, quedarse en casa 15 días sin poder apoyar su pie.
Lo primero aclarar qué es el esguince de tobillo: es una distensión o rotura de algunas de las fibras que componen un ligamento. El ligamento se encarga de estabilizar la articulación, de ahí, la sensación de inseguridad que sentimos cuando hemos tenido un esguince. Esta rotura de fibras puede variar en tres grados, desde una rotura leve (grado I), hasta la rotura completa (grado III). Lo más frecuente es que se produzca un grado I o II. Por ello, para descartar esta tercera posibilidad, se debe acudir a un centro hospitalario y ser valorado por un médico.
Como digo los esguinces más frecuentes son los grados I y II, también son los más dolorosos. Por eso, el dolor no es sinónimo de la gravedad.
Una vez descartada la rotura total y que no haya implicación ósea, lo ideal es ponerse en manos de un fisioterapeuta, que le explicará entre otras cosas el porqué de cada procedimiento. Voy a enumerar los pasos a seguir de forma abreviada:
En el momento de producirse el esguince, buscar hielo y aplicarlo en la zona, con el objeto de disminuir la inflamación.
Hacer las pruebas pertinentes para descartas rotura total o fractura ósea: radiografía y valoración médica.
Si se diagnostica un esguince grado I o II, lo ideal es acudir a un fisioterapeuta. El tratamiento inicial consiste en ayudar a bajar la inflamación mediante drenaje linfático y aplicación de hielo. Esto es válido para las primeras 72 horas.
La clave es poder ser capaz de apoyar el pie casi desde el primer momento. ¿Esto cómo se hace? Aplicando un vendaje funcional: es un vendaje especial que tiene la intención de suplir la actividad del ligamento lesionado. De esta forma la persona puede volver a caminar (con precaución). Esto es muy importante, porque la mejor manera de drenar el derrame que se ha producido por la rotura de fibras es mediante el acto de caminar, en el que los músculos de la pantorrilla realizan una acción de bombeo de la sangre y del derrame. El vendaje a su vez, evita que se pueda volver a lesionar el ligamento y dará a la persona la sensación de seguridad perdida.
El proceso continúa con el cambio de vendaje a los dos días, rehidratación de la piel, masaje circulatorio y vuelta a colocar el vendaje, que se puede mantener unos tres días. Esto se puede repetir hasta que pasen 21 días, que es el tiempo que tarda el ligamento en cicatrizar.
Este procedimiento descrito va a procurar que se realice la cicatrización de forma óptima, no impide que la persona continúe su rutina diaria, evita que la inflamación se mantenga durante más tiempo, lo que dificulta la cicatrización y la persona no se va a quedar con el miedo a apoyar el pie, ya que el equilibrio del tobillo se sigue estimulando con el simple hecho de caminar.
Espero que este artículo arroje luz sobre este hecho tan frecuente, como es hacerse un esguince de tobillo y la razón por la que cualquier profesional del deporte es capaz de recuperarse en tan sólo 20 días. No son técnicas especiales inaccesibles para las personas de la calle, sino simplemente utilizar la lógica. Seguramente cualquier fisioterapeuta podrá ampliar esta información.
Animo y que no te pare un simple esguince de tobillo.