El masaje miofascial es una técnica terapéutica que busca liberar tensiones acumuladas en el sistema de fascias, un tipo de tejido conectivo que envuelve y conecta todos los músculos, huesos y órganos del cuerpo. Lo podemos comparar con una segunda piel interna que sostiene y comunica todo en nuestro cuerpo, como una red elástica.
El masaje miofascial tiene un impacto profundo en la autopercepción, el equilibrio emocional y la salud integral, ayudando a recuperar una sensación de fluidez, presencia y bienestar en el cuerpo.
Es una forma de terapia manual que se enfoca en localizar y liberar restricciones en la fascia. Si un masaje convencional trabaja principalmente los músculos, el miofascial se centra en desbloquear el tejido conectivo profundo que, cuando está rígido o adherido, puede generar dolor, limitar el movimiento y alterar la postura.
El estrés crónico, el sedentarismo, los traumatismos, las posturas mantenidas, las emociones no procesadas o incluso la deshidratación pueden hacer que la fascia se vuelva densa, rígida y pierda su capacidad de deslizamiento. Esto genera síntomas como:
Dolor difuso o migrante
Rigidez corporal al despertar
Fatiga constante
Ansiedad somática o sensación de desconexión del cuerpo
Reduce el dolor: especialmente ese que no tiene una causa clara.
Mejora la movilidad y la postura: al devolver la elasticidad al tejido.
Favorece la circulación y la oxigenación celular.
Regula el sistema nervioso autónomo: al liberar tensiones profundas, muchas veces emocionales, mejora la sensación de calma y conexión con el cuerpo.
Apoya el drenaje linfático y desintoxicación.