Rubén Darío - Canción

Niñas que dais al viento,

al cielo y a la mar

la mirada, el acento

y el olor de azahar

que de vuestros cabellos

bellos

amamos respirar;


damas de sol y ensueño,

de luz y de ilusión,

que anima el dios risueño

dueño del corazón,

por vuestros ojos cálidos,

pálidos

los soñadores son.


Obras de arte del sacro

artista universal,

tan bello simulacro

de su gracia fatal

y en tal estatua vibre,

libre,

la psique de cristal.


Pues sois de la existencia

la dicha en lo fugaz,

y vuestra dulce ciencia

suele ser eficaz,

quémese uno en tal fuego;

luego

puede dormirse en paz.