INICIO
A: “Este es el Sacramento de nuestra fe.”
R: “Anunciamos tu Muerte, proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!”
LECTURA DEL EVANGELIO
L: “Por lo cual, hermanos míos queridos, eviten la idolatría… El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso participación de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es acaso participación del cuerpo de Cristo? No pueden beber el cáliz del Señor y el de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. ¿Acaso queremos provocar la ira del Señor? ¿Somos más fuertes que Él?” (1Co 10,14.16.21-22).
REFLEXIÓN
A: La celebración de la Eucaristía identifica el culto central de la vida de los cristianos apartándolos de todo otro culto. San Pablo dice que participando de los sacrificios ofrecidos a los ídolos se entra en comunión con ellos, es decir, con los “demonios.” Por eso, quien entra en comunión con la Sangre y el Cuerpo de Cristo, no puede participar al mismo tiempo de la mesa de los ídolos. En consecuencia, san Pablo nos advierte cariñosamente: “Hermanos míos queridos, eviten la idolatría” (1Co 10,14). (Silencio).
ORACIÓN
T: Padrenuestro, Ave María, Gloria.
CANCIÓN