INICIO
A: “Este es el Sacramento de nuestra fe.”
R: “Anunciamos tu Muerte, proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!”
LECTURA DEL EVANGELIO
L: “Me he enterado de que, cuando se reúnen en asamblea, hay diversos grupos entre ustedes. Y en parte lo creo, pues hasta es conveniente que haya diversos grupos entre ustedes, para que salgan a la luz los auténticos cristianos. El caso es que, cuando se reúnen en asamblea, no es para comer la Cena del Señor, porque cada cual empieza comiendo su propia cena, así resulta que, mientras uno pasa hambre, otro se emborracha. Pero, ¿es que no pueden comer y beber en sus propias casas? ¿En tan poca estima tienen a la Iglesia de Dios, que no les importa avergonzar a los que no tienen nada?” (1Co 11,18-20).
REFLEXIÓN
A: Las Asambleas iban de mal en peor, hasta el punto de dividir a la comunidad en ricos y pobres. Existía el grupo de los pobres que no disponían de nada (1Co 11,22) y el grupo de ricos que disponían de comida propia (1Co 11,21). Éstos, junto a la mayor cantidad de alimentos para la mesa común, llevaban, también, otros de gran precio para uso propio. Este hecho anticristiano explica la fuerte reacción de san Pablo (1Co 11,22). Además, en lugar de esperar a que la Asamblea estuviera completa y que los alimentos traídos por unos y por otros fueran distribuido equitativamente, los ricos se apresuraban a comer su parte sin esperar la llegada de los pobres, que habían sido retenidos más tiempo por su trabajo. (Silencio).
ORACIÓN
T: Padrenuestro, Ave María, Gloria.
CANCIÓN