INICIO
A: “Este es el Sacramento de nuestra fe.”
R: “Anunciamos tu Muerte, proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!”
LECTURA DEL EVANGELIO
L: “Al llegar al pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron diciendo: Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado… En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once y a todos los demás… Ellos, por su parte, contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan” (Lc 24,28-35).
REFLEXIÓN
A: Jesús resucitado no se encuentra al frente de una guerra santa y victoriosa; tampoco permanece en el sepulcro. Él está en el camino, recorriendo la historia con sus discípulos. Por eso, un Caminante se acerca y dirige su Palabra al corazón. Los discípulos aún no entienden el sentido de la actuación de Dios en Jesucristo. Están sumidos en la oscuridad y en la desesperanza. De pronto, se sientan a comer; cuando reparten el pan al forastero y el forastero les devuelve el Pan con su bendición se abren sus ojos. Todo lo anterior se resume en el gesto del partir el Pan. Esa misma noche retornan a Jerusalén (24,33). Han descubierto que Jesús resucitado está allí donde se encuentran los hermanos reunidos para compartir el Pan Eucarístico. (Silencio).
ORACIÓN
T: Padrenuestro, Ave María, Gloria.
CANCIÓN