Historia del Hospital Centenario



Investigación histórica que sirvió de base para esta nota, con motivo del centenario, que realizó Mario Ernesto Fischer.


En 1875 se constituye en la ciudad de Gualeguaychú la Sociedad de Beneficencia, presidida por Cornelia Villar de Seguí. Esta ONG tenía como fin hacerse cargo del Hospital Municipal de la Caridad, que existía desde el año 1857 en la manzana donde actualmente se emplaza la Escuela Técnica Nº2 José María Colombo.

Esta Sociedad de Beneficencia realizó ampliaciones edilicias para mejorar la funcionalidad del hospital y albergar a las cuatro hermanas Vicentinas que se incorporaron bajo la conducción de la Madre Superiora Sor Elena Oviedo y que en 1877 inauguraron la Capilla del Hospital, actual Iglesia San Ignacio.

En 1887 el Hospital recibe de la Municipalidad la ambulancia tirada por caballos, y que se había hecho construir por la epidemia del cólera en febrero de 1868.

Ya en el año 1908 aparecen los primeros antecedentes del Hospital Centenario. Por la estrechez del predio y su ubicación céntrica, se reconoce la inconveniencia de incorporar nuevas ampliaciones edilicias en el Hospital de la Caridad. Para esa época, Gualeguaychú contaba con 20 mil habitantes y con 40 mil en todo el Departamento.

El arquitecto Juan Antonio Buschiazzo aconsejó construir un edificio nuevo, en otro lugar más amplio y alejado del centro. Tras estos requisitos, fue seleccionado el terreno en cuyo fondo había estado situado el viejo Cementerio del Oeste.

Al año siguiente, el 19 de agosto de 1909, la Municipalidad donó ese terreno a la Sociedad de Beneficencia para la construcción del nuevo hospital y Buschiazzo fue designado para la realización del proyecto.

El 24 de mayo de 1910 se realizó un acto donde se colocó la piedra fundacional y los oradores de aquella tarde fueron el intendente con licencia Eduardo La Rosa, el sacerdote José María Colombo, el ministro de Hacienda de la Gobernación de Entre Ríos, Emilio Marchini, y Luis María Daneri, que se encontraba a cargo del Gobierno Municipal.

En junio de 1910, la propuesta de Domingo Patriarca e Hijos ganó el Concurso de Presupuestos para la construcción del nuevo edificio que demandaría un monto de 530 mil pesos. Un dato anecdótico de aquel entonces revela que el Ministerio de Hacienda de la Provincia autorizó la extracción sin cargo de 4.000 carradas de arena del río Gualeguaychú.

Finalmente, la inauguración se realizó el sábado 30 de agosto de 1913. Hubo dos fechas tentativas para este acto pero la adversidad del clima y retrasos en la recepción de equipamientos frustró las anteriores.

En aquella oportunidad, la Sociedad de Beneficencia designó como maestra de ceremonia a su gran benefactora, Doña Cornelia Villar de Seguí, que fue representada por su hija Malvina Seguí de Clavarino. El padrino fue el presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña, que fue representado por Osvaldo Magnasco quien, al igual que Cándido Irazusta, hizo uso de la palabra.

Por la circunstancia en que había sido colocada la piedra fundacional, prevaleció el criterio de denominar Centenario al nuevo hospital. Su primer director fue Rafael Rodríguez, que había sido el último director del antiguo Hospital de la Caridad.

Los primeros médicos y el nuevo edificio

El cuerpo médico estaba compuesto por Eduardo Goñi, Domingo Chichizola, Juan Carlos Goyri, Ángel Fontana y Luis Rossi, todos se desempeñaban ad honoren, a excepción del Director que era el único rentado.

La primera paciente internada fue la señora Mariana Oroná de Churruarín.

Al momento de la inauguración, el Hospital Centenario contaba con un edificio de dos plantas para la administración y alojamiento de las hermanas Vicentinas. Había además un primer pabellón para la internación que estaba dividido en dos salas de 30 camas cada una.

Un segundo pabellón dividido en dos áreas disponía de una cocina y dependencias accesorias y la otra con salas de cirugía y quirófano.

Los pabellones estaban vinculados entre sí por galerías techadas y en los espacios al aire libre prosperaban las primeras implantaciones de especies floradas y arbóreas. Además se contaba con un laboratorio.

El desarrollo de la atención médica fue en ascenso con una gran evolución de su labor asistencial hasta que en el año 1948 el Estado, a través del Gobierno Provincial se hizo cargo de la gestión sanitaria de la ciudad de Gualeguaychú.

Hasta la década del ’80, el Hospital Centenario era el único efector público asistencial en la ciudad de Gualeguaychú, a partir de allí se reforzó con Centros de Salud Provinciales y recién en la última década se estableció una red de Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) municipales y provinciales que si bien descomprimieron a los consultorios externos recargaron en forma sistemática a la guardia de emergencia del hospital. Se estima que el diez por ciento de las atenciones provienen de los CAPS.

Desde su origen, el Hospital Centenario es la referencia poblacional en todos los niveles de atención. Pese a la complejidad del nosocomio y de la importancia que el mismo ha tenido desde siempre para toda la región, el Hospital, sobre todo desde la década del sesenta sufrió el deterioro por descuido y desamparo del Estado, hecho que coincidió con gobiernos neoliberales que abandonaron tanto la parte asistencial como la parte arquitectónica durante muchos años. El progresivo deterioro que puede advertirse a simple vista es atribuible también a varios gobiernos democráticos desde 1983 en adelante. Y aunque en algún punto el Estado y el Hospital Público volvieron a tener identidad, ya era demasiado tarde para una estructura que ha alcanzado una imagen verdaderamente deprimente y opuesta a lo que requiere un centro asistencial.

Fuente: libro “Historia Viva” (1913-2008 ) del Hospital Centenario.

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