Memorias IV -Celia Torrá

Memorias

-cuatro pequeños homenajes a grandes mujeres-

 

“La Historia no es sinónimo de pasado. El pasado es lo que ocurrió. La Historia es la investigación que explica y da coherencia al pasado. Por ello, plantea cuestiones fundamentales sobre el pasado, desde el presente, en tal sentido, es una reflexión de gran contemporaneidad, por eso, susceptible de compromiso.”

(José Vargas Ponce)[1]

Relato IV: Celia Torrá

“No importa lo que cueste llegar a la masa; iremos sin temor y sin cansancio, no hay que descender, hay que elevarse y en la fuerza del impulso elevar a los demás”.

(Celia Torrá)[2]

         De Argentina a Bélgica, de Bélgica a Hungría, de Hungría a Francia, de Francia a Argentina. En Argentina es becada nuevamente y vuelve a Francia. Concluye su capacitación y regresa a su país estableciéndose en Buenos Aires, pero frecuentando siempre, su provincia natal: Entre Ríos.

         Establecida entonces, luego de múltiples becas, premios y estudios comienza su actividad musical como intérprete en el Trío Argentino de Música de Cámara, y por supuesto, compone. Y dirige. Porque su formación y desarrollo musical es tan profesional como multifacético.

Y más allá de todo este trayecto personal, Celia, decide además crear espacios donde la luz de otros también pueda brillar. Funda la Asociación Coral Argentina (1930) y la Asociación Sinfónica Femenina (1938). Como si su hoja de vida tuviera espacios en blanco, en el año 1949 se convierte en la primera mujer en tomar la batuta en el Teatro Colón para dirigir su obra Suite Incaica. Pero aún no se conforma; en 1952 funda y dirige el primer coro de obreros de la Fábrica Philips; porque comprende que el arte es fundamental en el desarrollo y bienestar de cualquier sociedad, y que acceder a él, es un derecho. La actividad coral es para ella en este sentido un espacio donde se construye colectivamente, “donde cada elemento contribuye al todo pero ninguno es más que otro.”[3] Y esta mujer, la que ganó premios y alcanzó el acceso y permanencia en los lugares más renombrados del país y Europa, también fue docente de música en un Jardín de Infantes y compuso canciones infantiles, porque las edades más tiernas no escaparon de sus ojos. La música en su pensamiento y acción, no reconoció límites de fronteras, género, realidad socioeconómica ni edades. Celia comprendía muy bien que la música, su acceso y su ejercicio, es un derecho humano.

Este relato es el cuarto que nos convoca, y desde el Foro Argentino de Compositoras es nuestro deseo que las músicas mencionadas inviten a la reflexión susceptible de compromiso. Que las historias y sus músicas puedan existir más allá del papel y el nombre. Que se escuchen, se analicen, se pongan en valor.

Diferentes preguntas han quedado planteadas, pero los interrogantes distan de encontrarse limitados. Y quizá, siga siendo una de las reflexiones que se suscitan a partir de este relato, cuántas obras de Celia –u otras compositoras- conocemos con el nivel de profundidad que la de sus colegas hombres. Hojeamos su curriculum vitae, y sin embargo permanece la pregunta: ¿en cuántos programas de concierto, clases de música de cámara, de repertorio, de instrumento escuchamos sus músicas? ¿Ha sido la obra de Celia Torrá, puesta en valor como la de Alberto Williams o Gilardo Gilardi? Y entonces nos preguntamos: ¿Cuál es la situación general de la mujer dedicada  la composición musical en nuestro país? ¿Hay estereotipos de género que se mantienen en la práctica profesional musical?

Si le preguntamos a estudiantes de música en carrera de grado o postgrado cuáles fueron los  diez –por poner un limitante cuantitativo- compositores o compositoras más transitados en sus carreras, ¿qué nombres aparecerían?

Sin hacer mención a las razones del interrogante, realicé recientemente esa pregunta a un grupo de estudiantes, y el número de compositoras que nombraron fue cero. Automáticamente, al hacer referencia a la problemática de género vinculada a la composición musical, comenzaron a aparecer nombres de todas aquellas creadoras que tenían en mente. Pero cuando no se dice nada, y se interroga sobre música tan sólo; con sus obras como testigos, las mujeres aún permanecen en silencio.

Este conjunto de Homenajes y Memorias tiene como fin promover el estudio y la escucha sobre estas y otras músicas olvidadas tanto desde lo sonoro como desde lo identitario. Intenta mediante la reflexión histórica, generar compromiso para que la igualdad de derechos tanto en acceso como en ejercicio de la profesión, sea real.

 

Patricia E. Bantar



[1] La identidad nacional en el contexto histórico. https://josevargasponce.wordpress.com/2011/05/06/la-identidad-nacional-en-el-contexto-histrico/

[2] https://www.cultura.gob.ar/celia-torra-la-primera-mujer-en-dirigir-en-el-teatro-colon-8318/

[3] Ídem