Memorias III -Eloísa D'Herbil

Un agradecimiento especial a Nora Bologna

por la información compartida.

Memorias

-cuatro pequeños homenajes a grandes mujeres-

¿Has oído hablar de una pianista española de seis años llamada Rosa Baraibar, que ha recorrido las principales capitales de Europa en medio de universales ovaciones? Pues esta niña prodigiosa, de vuelta ya en Madrid, se ha encontrado con una rival gaditana de la misma edad, cuyo nombre es Eloisa d’Herbil, y que amenaza eclipsarla.”

(Diario madrileño ‘La época’)[1]

Relato III: Eloísa D’Herbil de Silva

“La Chopin con faldas.”

(Franz Liszt)[2]

         Nacida en España, con corazón Latinoamericano. Amiga de Sarmiento y de Mitre, aplaudida por la Reina Isabel II de España y la Reina Victoria de Inglaterra. Con una balada dedicada a su persona por el  mismísimo Gustavo Adolfo Bécquer[3], discípula de Liszt y compositora prolífera. Su legado han sido más de 100 obras musicales, muchas de las cuales durante años llevaron el letrero: ‘autor desconocido’. Y es que mujer, composición e identidad son términos que nuevamente tienen algo que decir.

         Poseedora de un alto nivel formativo, reconocida en su profesión desde los más altos puestos –políticos y artísticos- Eloísa, conoció el Tango. Desde entonces, su producción musical como compositora se inclinó hacia ese mundo sonoro, encontrando en él, un espacio de interés estético y estilístico. Pasó a los registros como ‘la primera compositora de Tango’, sin embargo; el interés personal y la elección profesional no eran algo que en la Argentina de fines del siglo XIX, principios del siglo XX una mujer pudiera elegir tan sólo por gusto. Aparentemente, entraban en cuestionamiento la moral y los valores; y aparentemente la moral y los valores, tenían género.

         Acertadas palabras las de Consuelo Pérez Colodrero cuando nos invita a la reflexión al respecto desde la contextualización en su propio país, la cual no difiere por cierto del nuestro, tal como hemos podido observar:

“Desde los inicios de la Historia, existe constancia de que la mujer ha asumido un papel fundamental en la creación artística, aunque su labor no siempre ha sido reconocida por sus contemporáneos ni por la historiografía posterior. La música ha sido uno de los ámbitos en los que las mujeres han podido desarrollar más y mejor sus capacidades creadoras, aunque éstas han sido limitadas para que no pudieran ejercerse profesionalmente o bien han quedado asimiladas a las de alguna figura masculina cercana. Los casos como los de la polifacética abadesa alemana Hildegard von Bingen (Bermersheim, 1098 – Bingen, 1179) son bastante excepcionales, mientras que los parecidos al de Nannerl Mozart (Salzburgo, 1751 - 1829), Fanny Mendelssohn (Hamburgo, 1805 – Berlín, 1847), Clara W. Schumann (Leipzig, 1819 – Fráncfort del Meno, 1896) o Alma Mahler (Viena, 1879 – 1964), compositoras e intérpretes de prestigio cuya labor y trayectoria fue ensombrecida o directamente incorporada a la de sus hermanos, padres o maridos, son mucho más frecuentes (…)

La Musicología española, disciplina aún joven, empieza a estudiar las biografías y trayectorias de aquellas mujeres (…) Lamentablemente, la mayor parte de las ocasiones, los y las especialistas en esta particular área de conocimiento se enfrentan a una tarea particularmente ardua, pues parte de la dificultad de dar con los nombres y conocer los detalles fundamentales de las carreras profesionales de las mujeres que, en España, han descollado en el arte musical, habitualmente perdidas, olvidadas y/o falseadas ya por los testimonios que han sobrevivido de su misma época, ya por la historiografía posterior.”[4]

         ¿Y hoy?

         Lo cierto es que en nuestro país, el acceso a la formación no hace actualmente, distinción de género. Sin embargo, bajo la superficie quizá sigan existiendo algunos viejos presupuestos al respecto.

         Es curioso observar la cantidad de estudiantes mujeres que eligen por ejemplo, la carrera de Composición. Es interesante comparar los datos actuales con los de hace algunos años y observar que quizá –al menos en algunos lugares- no han cambiado.

         En el año 2019 realicé una encuesta a docentes de la carrera de composición en la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad de Quilmes, y en la Universidad Nacional del Litoral El porcentaje de estudiantes de composición mujeres, oscilaba entre el valor nulo y el 33%. La compositora Leandra Yulita –una de mis queridas docentes de composición- comenzó a observar listas previas, llegando a analizar los datos de los últimos 15 años. El resultado, no varió.

         ¿Cuáles son los factores intervinientes en la elección de una profesión? ¿Será que aún hay vigentes, ocultos y quizá, inconscientes presupuestos sobre la vida profesional de la mujer?

 

Patricia E. Bantar



[1]https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/53103/us_2011_art%C3%ADculo_segunda_versi%C3%B3n.pdf?sequence=1

[2] https://www.todotango.com/historias/cronica/330/Eloisa-de-Silva-la-primera-mujer-compositora-de-tangos/

[3] Vicente Gesualdo, Todo es Historia nro. 304, noviembre de 1992, pág 34. 2. Gaceta musical de Madrid, 23 de noviembre de 1856.

 

[4]https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/53103/us_2011_art%C3%ADculo_segunda_versi%C3%B3n.pdf?sequence=1