15 DE DICIEMBRE

En 2025, sueño con una educación donde la tecnología sea una herramienta más: inclusiva y adaptativa, donde cada estudiante pueda aprender a su ritmo. Herramientas como Scratch, micro:bit y Makey Makey pueden ayudar a extender el acceso a la programación y la robótica, fomentando la creatividad desde edades tempranas. Imagino aulas inmersivas que combinen la realidad física y virtual para aprender inglés como lengua extranjera a través de experiencias interactivas y culturales. Sin embargo, más allá de la tecnología, espero que su uso esté acompañado de una enseñanza ética y colaborativa, donde la innovación no reemplace lo humano, sino que lo potencie. Las plataformas globales como eTwinning unirán al alumnado y a los docentes en proyectos interdisciplinares, superando barreras geográficas. En definitiva, mi deseo es que la tecnología en educación no sea un fin, sino un medio para desarrollar ciudadanos críticos, creativos y éticos en un mundo cada vez más interconectado.