VÍDEO: Hipopótamo común
Hipopótamos comunes
Hipopótamos, reproducción
Hipopótamo común
Hipopótamo común
Hipopótamo común
Hipopótamos
El hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) es un gran mamífero artiodáctilo fundamentalmente herbívoro que habita en el África subsahariana.
Es un animal semiacuático que habita en ríos y lagos, y donde machos adultos territoriales con grupos de 5 a 30 hembras y jóvenes controlan una zona del río. Durante el día reposan en el agua o en el fango, y tanto la cópula como el parto de este animal suceden en el agua. Al anochecer se vuelven más activos y salen a comer hierbas terrestres. Aunque los hipopótamos descansan juntos en el agua, el pastar es una actividad solitaria, no son territoriales en tierra.
A pesar de su parecido físico con los cerdos y otros ungulados terrestres, sus parientes vivos más cercanos son los cetáceos (ballenas, marsopas, etc.) de los que divergieron hace aproximadamente 55 millones de años.
Es fácilmente reconocible por su torso en forma de barril, enorme boca y dientes, cuerpo con la piel lisa y casi sin pelo, patas rechonchas y su gran tamaño. Es el tercer animal terrestre por su peso (entre 1,5 y 3 toneladas), detrás del rinoceronte blanco (1,5 a 3,5 toneladas) y los elefantes (3 a 9 toneladas). A pesar de su forma achaparrada y cortas piernas, puede correr tan rápido como un humano promedio. Se han cronometrado hipopótamos a 30 km/h en distancias cortas. Es una de las criaturas más agresivas del mundo y a menudo es considerado como el animal más feroz de África. Hay aproximadamente de 125 mil a 150 mil hipopótamos en toda el África subsahariana.
Pueden vivir en el agua o desplazarse por tierra, y su densidad relativa les permite hundirse y andar o correr bajo el agua por el fondo de los ríos.
El peso medio para los machos adultos oscila entre 1500 y 1800 kg. Las hembras son más pequeñas que los machos, con unos pesos medios de entre 1300 y 1500 kg. Los machos más viejos llegan a pesos mucho mayores, alcanzando al menos 3200 kg y en ocasiones hasta 4500 kg. Los machos parece que crecen durante toda su vida, mientras que las hembras alcanzan su peso máximo en torno a los veinticinco años de edad.Miden entre 3,3 y 5,2 metros de largo incluida la cola, de unos 56 cm, y aproximadamente 1,5 m de altura hasta los hombros.
Su boca es enorme y sus mandíbulas pueden abrirse en un ángulo de 150 grados; el cuello es corto y robusto y el cuerpo alargado y enormemente grueso, con el dorso más elevado en la grupa que en la cruz y hundido en la parte central; el vientre, amplio y redondeado, es colgante y llega a rozar el suelo cuando el animal camina por un terreno pantanoso. Los ojos, las orejas y las fosas nasales están situados en la parte superior de la cabeza, lo que les permite permanecer en el agua con la mayor parte del cuerpo sumergido en el agua y el fango de los ríos tropicales para mantenerse fresco y evitar las quemaduras solares. Tiene unas patas cortas con cuatro dedos bien desarrollados en cada una con terminaciones en pezuña, tiene muy poco pelo. Aunque no es un rumiante posee un estómago complejo compuesto por tres divisiones o cámaras.
La piel es lisa con pliegues en el pecho y en el cuello y casi sin pelo con excepción de unas cortas cerdas en la cabeza y la cola. Es de color gris morado, con la parte inferior del cuerpo y en torno a los ojos y orejas de color marrón rosáceo; son comunes los casos de albinismo.
Aunque no es un animal estrictamente nocturno, son activos durante la noche. Pasan la mayor parte del día durmiendo o revolcándose en el agua o el barro junto a los demás miembros de su grupo. El agua les sirve para mantener la temperatura de su cuerpo baja y para impedir que su piel se reseque. Excepto para comer, la mayor parte de sus vidas (cortejo, luchas entre ellos, parto) ocurren en el agua.
Dejan el agua al anochecer y se desplazan tierra adentro, a veces hasta 8 kilómetros, para pastar en zonas de hierba corta, su fuente principal de alimento, que extraen entera ayudándose de los labios. Pasan de 4 a 5 horas pastando y pueden consumir cerca de 60 kilogramos de hierba cada noche (aproximadamente un 5% de su peso). Como la mayoría de los herbívoros, consumirán otro tipo de plantas si se da la ocasión, pero su dieta en estado silvestre consiste casi completamente en hierba, con un consumo mínimo de plantas acuáticas. Se les ha visto en algunas ocasiones comiendo carroña, pero muy raramente y siempre cerca del agua, e incluso hay informes de casos de canibalismo y depredación. La anatomía del estómago de los hipopótamos no es adecuada para una dieta carnívora, por lo que la ingesta de carne se debe probablemente a comportamientos aberrantes o estrés nutricional.
Dado que pasan la mayor parte del tiempo en el agua la mayor parte de sus defecaciones se producen en el agua, creando depósitos alóctonos de materia orgánica en los lechos de los ríos. Estos depósitos no tienen una función ecológica clara.
Los hipopótamos adultos no flotan y no pueden nadar. Cuando se encuentran en aguas profundas, se propulsan generalmente dando pequeños saltos por el fondo; se mueven a velocidades superiores a 8 kilómetros por hora en el agua. Los jóvenes sí flotan y se desplazan generalmente nadando con impulsos de sus patas traseras. Los adultos emergen a respirar cada 3 o 5 minutos, y los jóvenes tienen que respirar cada 2 o 3 minutos. El proceso de la salida a la superficie y de respiración es automático, e incluso un hipopótamo que duerma bajo el agua subirá y respirará sin despertarse. Cuando se sumergen cierran las narinas.
No existe un dimorfismo sexual en esta especie, es muy difícil distinguirlos en estado silvestre. Aunque les guste estar en proximidad unos de otros, no parece que formen uniones sociales excepto entre madres e hijos, y no son animales sociales.
Los hipopótamos parece que se comunican verbalmente, por gruñidos y bramidos.
Tienen muy pocos depredadores y su longevidad media se sitúa entre los 40 años de edad en estado silvestre y 50 años en cautividad.
Los machos alcanzan la madurez alrededor de los 7 años de edad y las hembras alcanzan la madurez sexual a los 5 o 6 años de edad y tienen un período de gestación de 8 meses. Las hembras pueden comenzar la pubertad a los 3 o 4 años.
Para marcar su territorio, o incluso como un sistema de señalización u orientación, los machos hacen girar sus colas mientras defecan, para distribuir su excremento por una zona más extensa, y son retromingentes (descargan la orina hacia atrás), probablemente por el mismo motivo. Las hembras en menor medida.
Es muy raro que se maten entre ellos, incluso durante luchas territoriales. Por lo general un macho dominante y un joven soltero que lo haya retado dejarán de luchar cuando está claro que uno de los dos es más fuerte. Cuando una zona está densamente poblada, o cuando un hábitat comienza a hacerse pequeño, los machos dominantes intentarán en ocasiones matar a las crías, aunque las madres los defenderán de forma muy agresiva, llegando incluso a matar al macho; este tipo de comportamiento no se da en condiciones normales. Hay documentados algunos incidentes de canibalismo, pero se cree que es un comportamiento de individuos angustiados o enfermos, no de animales sanos.
Mangosta
Mangosta
Mangosta
Las mangostas habitan originalmente en toda la península ibérica, en el sur de Europa, en Asia y en el sur de África. Por lo general, se concentran en los bosques y en los pastizales, pero también pueden ser encontradas en terrenos rocosos.
En el siglo XIX, las mangostas fueron introducidas en Hawái, Antillas y Bahamas para combatir los roedores que perjudicaban las plantaciones de caña de azúcar. No obstante, el rápido crecimiento de su población ocasionó un desequilibrio en la fauna local y amenazó la supervivencia de muchas especies autóctonas de estas islas.
Las mangostas son mamíferos carnívoros, cuya dieta incluye insectos, roedores, lagartos, serpientes, aves, lombrices y ranas. En ciertas ocasiones, también pueden consumir carroña y huevos de otros animales para garantizar su aporte de proteína; para complementar su nutrición, suelen ingerir semillas, nueces y algunas frutas.
En estado silvestre, las mangostas suelen cazar cualquier animal que sea menor que ellas, independiente de su especie. Si bien destacan por su habilidad para cazar serpientes venenosas, no suelen consumirlas si hay otros alimentos disponibles.
Infelizmente, esta habilidad de las mangostas suele ser utilizada, en algunos países, para fines de entretenimiento humano. En los mercados asiáticos, por ejemplo, es común ver peleas organizadas entre mangostas y serpientes; es un espectáculo lamentable que pone en riesgo a todas las especies involucradas.
La mangosta es un animal activo durante buena parte del día, desde el nacer del sol hasta la noche. Casi todas las especies son sociables, viven en madrigueras y forman colonias de 10 a 15 individuos; también existen mangostas con hábitos solitarios, que se juntan únicamente para aparearse.
En las colonias, cada mangosta coopera realizando ciertas funciones para permitir la supervivencia de su colectivo. Por lo general, los individuos más jóvenes se encargan juntos de la protección de los cachorros y de los ancianos.
Con la llegada de la primavera, las mangostas se preparan para su periodo de apareamiento. Para atraer a los machos, las hembras emiten un sonido muy característico que se asemeja a una risa; generalmente tienen una camada por año, pero puede aparearse nuevamente si sus crías no logran sobrevivir.
Cada hembra puede parir de 3 a 5 crías por camada, las cuales amamantará durante 6 semanas; completado el destete, las crías deben aprender a cazar con la orientación de sus madres.
Los machos suelen abandonar el nido cuando las crías completan sus primeros 2 meses de vida. Pero las crías pueden llegar a vivir junto a sus madres toda la vida, en la misma madriguera.
Focas
Foca
Foca
Foca bebé
Foca bebé
Las focas o fócidos, como también se les conoce, son animales pertenecientes a la familia de los mamíferos pinnípedos marinos, un grupo que engloba a los únicos mamíferos adaptados a la vida acuática, y que incluye además a las morsas (odobénidos) y los leones y osos marinos (otáridos).
Al día de hoy se han podido establecer 19 especies de focas, las cuales habitan en zonas costeras de bajas temperaturas. En cuanto a su peso y altura, estas características varían en dependencia de la especie: mientras un elefante marino puede llegar hasta los 5 metros de longitud y pesar casi 2.500 kilogramos, una foca anillada o acelada apenas alcanza los 1.17 metros aproximadamente, con un peso de tan solo 45 kilogramos.
Una característica distintiva de las focas es la disposición de sus extremidades posteriores, pues al estar ligeramente inclinadas hacia atrás, facilitan la locomoción en el agua pero la dificultan en tierra. Estos animales no poseen pabellones auditivos, y a nivel interno, presentan adaptaciones interesantes en su cuerpo que les permiten combatir el intenso frío, como por ejemplo su densa capa de grasa subcutánea.
A lo largo de la etapa de apareamiento, los ejemplares machos llevarán a cabo fuertes disputas para aparearse con la hembra. Como resultado, el nivel de desgaste y estrés experimentado por los machos terminará por reducir su esperanza de vida con respecto a la hembra en al menos unos 10 años.
Dentro de la familia de las focas, la foca común es la que mayor área de distribución posee. En América del Norte, estos animales se extienden desde el estado de Carolina del Sur hasta la Bahía de Hudson en Canadá. No obstante, también podemos encontrar algunas poblaciones en las costas norteñas del océano Pacífico, desde el mar de Bering hasta las costas japonesas. Finalmente, en Europa, las focas se encuentran distribuidas desde las costas de Portugal hasta Islandia, e incluso en Groenlandia.
La gruesa capa de grasa que poseen las focas les permite no solo enfrentar las duras condiciones de temperatura en su entorno, sino realizar inmersiones en el agua de hasta 600 metros.
Gracias a esta condición, las focas pueden alimentarse de crustáceos, peces y cefalópodos que habitan en el fondo marino, aunque los pingüinos, e incluso otras focas de menor tamaño, también integran su menú. Adicionalmente, sus fuertes dientes molares les permiten triturar los caparazones y las conchas de ciertos moluscos.
La gran habilidad de estos animales para cazar y buscar comida también se basa en sus enormes bigotes. Estas estructuras son capaces de detectar pequeñas vibraciones en el agua producto del desplazamiento de los peces. Incluso en ambientes de poca iluminación o visibilidad nula, las focas son capaces de determinar la ubicación de los peces por medio de sus bigotes.
Aproximadamente, una foca adulta puede ingerir unos 5,5 kilogramos de comida al día, lo que representa un 5% de su peso corporal.
El proceso de gestación de las focas toma entre 9 y 11 meses, algo que también se encuentra sujeto al tipo de especie. El período de alumbramiento ocurre casi siempre entre los meses de febrero y julio en dependencia del lugar donde habitan.
Un dato curioso que podemos apuntar es que durante la etapa de lactancia, la cual dura alrededor de un mes, la madre no se alimenta en ningún momento, por lo que tras este período deberá salir a cazar para recuperar toda la grasa corporal perdida.
Al nacer, las focas se encontrarán cubiertas por una capa blanca que se desprende con el tiempo una vez que se han sumergido en el mar. A los 5 años de edad, un ejemplar macho habrá alcanzado su madurez sexual, mientras que en las hembras ocurre un poco antes, al año o dos de edad.
Cada año mueren cerca de medio millón de focas producto de la caza indiscriminada del hombre. Estos animales son asesinados a través de golpes fuertes en la cabeza o disparos, aunque existen personas que prefieren desollarlas vivas. Tales actos insensibles contra las focas afectan mayormente a los ejemplares de la especie Arpa, pues su piel es altamente cotizada en el mercado.
En algunas regiones como Groenlandia o Canadá, la caza de focas es una práctica habitual entre sus habitantes. A lo anterior debemos sumarle además los efectos del calentamiento global, un hecho que incide directamente sobre el hábitat de estos animales y que afecta la mortalidad de las crías.
A pesar de los esfuerzos de algunas organizaciones mundiales por preservar la vida de las focas, hoy en día no son suficientes para frenar su futura extinción.
Beluga
Beluga
Beluga
Beluga bebé
Beluga
Beluga
Beluga
La beluga (Delphinapterus leucas) es una especie de cetáceo (mamíferos placentarios completamente adaptados a la vida acuática) odontoceto que habita en la región ártica y subártica.
Está adaptada plenamente para la vida en el Ártico y para ello tiene una serie de características anatómicas y fisiológicas que la diferencian de los otros cetáceos. Se caracteriza por el color totalmente blanco de los adultos y por la carencia de una aleta dorsal. Posee una prominencia frontal distintiva que alberga el órgano llamado melón (situado centro de la frente), que en esta especie es muy voluminoso y deformable.
Su tamaño es intermedio entre las ballenas y delfines, con una longitud y peso máximos para los machos de 5,5 metros y 1600 kg y un cuerpo robusto con el porcentaje más alto de grasa entre los cetáceos. Su sentido del oído está muy desarrollado y posee ecolocalización que le permite movilizarse y encontrar respiraderos bajo las placas de hielo.
Son animales gregarios que conforman grupos de unos diez individuos en promedio, pero durante el verano se reúnen cientos e incluso miles en los estuarios y aguas costeras poco profundas. Son nadadores lentos, pero adaptados para el buceo y pueden realizar inmersiones a más de 700 metros bajo la superficie. Su dieta es oportunista y varía según la ubicación y estación del año; se alimenta sobre todo de peces, crustáceos y otros invertebrados del fondo marino.
La mayor parte de las belugas habitan el Ártico, y los mares y costas adyacentes de América del Norte, Rusia y Groenlandia; la población mundial se estima en 150.000 individuos. Tienen comportamiento migratorio, pues la mayoría de los grupos pasan el invierno en las márgenes de las capas de hielo; pero llegado el verano, en el momento del deshielo, se desplazan a la desembocadura de los ríos y a zonas costeras más cálidas. Algunas poblaciones son sedentarias y no migran a grandes distancias en el trascurso del año.
Durante siglos, este cetáceo ha sido una de las fuentes de subsistencia para los nativos de América del Norte y Rusia. Fue objeto de caza comercial durante el siglo XIX y parte del siglo XX. Desde 1973 se encuentra bajo protección internacional junto con los demás odontocetos. Actualmente solo se encuentra autorizada la caza de sustento de algunas subpoblaciones por parte de los inuit. Otras amenazas son los depredadores naturales (osos polares y orcas), la contaminación de los ríos y las enfermedades infecciosas. En 2008 la especie fue catalogada en la Lista Roja de la UICN como especie casi amenazada; sin embargo, la subpoblación residente en la ensenada de Cook, Alaska, está considerada en peligro crítico. Es uno de los cetáceos que se mantiene en cautiverio en acuarios y parques de vida silvestre en América del Norte, Europa y Asia y es popular para el público por su color blanco y expresividad.
Se estimaba que la esperanza de vida de una beluga apenas superaba los 30 años.
La especie presenta un dimorfismo sexual moderado; los machos son más largos que las hembras en un 25% y son más robustos. Los machos adultos miden entre 3,5 y 5,5 metros de longitud, mientras las hembras crecen entre los 3 y 4,1 metros. Los machos pesan entre 1100 y 1600 kg y las hembras tienen entre 700 y 1200 kg. Ambos sexos alcanzan el tamaño máximo a los 10 años de edad.
Las belugas tienen un sentido del oído muy especializado y la corteza auditiva se encuentra altamente desarrollada. Son capaces de ver dentro y fuera del agua; sin embargo, al compararse con los delfines, la visión es relativamente pobre. Buscan el contacto físico frecuente con otras belugas. Se han detectado áreas sensoriales en la boca de estos animales que pueden funcionar como quimiorreceptores para los sabores y se ha documentado que pueden detectar la presencia de sangre en el agua, ante lo cual reaccionan de inmediato y muestran comportamientos de alarma. Carecen de lóbulos olfatorios en el cerebro y de nervios olfatorios, lo que sugiere que carecen de olfacción.
Son animales cooperativos y con frecuencia organizan grupos para cazar, haciéndolo de forma coordinada. Dentro de los grupos son animales muy sociables, suelen perseguirse unos a otros, ya sea jugando o agrediéndose, y se rozan con frecuencia entre sí.
En cautiverio se les observa juguetear constantemente, vocalizar y nadar, alrededor, por encima y por debajo de los otros individuos. Muestran curiosidad hacia los humanos y en los estanques se aproximan para observarlos de cerca a través de los cristales.
En libertad las belugas también muestran un alto grado de curiosidad hacia los humanos y con frecuencia nadan en dirección a los botes. También pueden jugar con objetos encontrados en el agua; en libertad lo hacen con madera, plantas, peces muertos y con burbujas que crean ellas mismas. Durante la temporada de cría, se han observado adultos acarreando objetos como plantas, redes e incluso esqueletos de caribú sobre su cabeza y espalda.
Las belugas son nadadores lentos comparados con otros odontocetos como la orca y el delfín mular. A diferencia de la mayoría de los cetáceos, estos animales pueden nadar hacia atrás.
No se sumergen muy profundo, sino que con mayor frecuencia lo hacen a unos 20 metros; sin embargo, son capaces de sumergirse a gran profundidad.
Las estimaciones sobre la edad de madurez sexual varían ampliamente; la mayoría de los autores estiman que los machos alcanzan la madurez sexual entre los 4 y 7 años, y las hembras lo hacen entre los 4 y 9 años. La edad promedio del primer parto es de 8,5 años y la fertilidad empieza a decaer a los veinticinco, sin gestaciones registradas por encima de los cuarenta y un años.
Las hembras generalmente tienen crías cada dos a tres años. La mayoría de los apareamientos ocurren entre febrero y mayo, pero algunos pueden ocurrir en otras épocas del año. Se han publicado datos de periodos de gestación que oscilan entre 12 a 14½ meses, pero información procedente de hembras en cautiverio registra un tiempo más prolongado con un promedio de duración de 475 días (15,8 meses).
El nacimiento de las crías durante el año varía según la ubicación. En el ártico canadiense, los partos ocurren desde marzo hasta septiembre, mientras que en la bahía de Hudson (noreste de Canada) el pico de nacimientos sucede a finales del mes de junio y en Cumberland Sound (amplia entrada de mar en el ártico canadiense) la mayoría nacen a finales de julio y principios de agosto. Normalmente nacen en bahías y estuarios donde el agua es templada, con una temperatura de 10 a 15 °C.
Las crías dependen exclusivamente de la lactancia materna hasta el primer año de edad, momento en el que brota la dentadura. Para entonces empiezan a complementar la dieta con camarones y peces pequeños. La mayoría de los jóvenes continúan la lactancia hasta los 20 meses de edad, prolongándose más allá de los dos años en casos esporádicos. En cautiverio se ha observado cuidado aloparental (cuidado por hembras diferentes a la madre) hacia las crías con producción espontánea de leche por parte de las hembras que se prolonga por largos periodos de tiempo. Esto sugiere que este comportamiento, observado con frecuencia en los mamíferos, esté presente en las belugas en libertad.
Orca
Orca
Orcas
Orca
Orca
Conocidas por el nombre de ballenas asesinas, las orcas (Orcinus orca) han sido temidas a lo largo de la historia y han despertado mucho interés entre los humanos. Su apodo proviene de los balleneros españoles que las observaban atacar y matar a grandes cetáceos.
Inteligentes y grandes depredadores, las orcas son cetáceos dentados, es decir, pertenecen al suborden de los Odontoceti, a diferencia de otras especies como la ballena azul que forman parte de los Mysticeti o ballenas barbadas.
Dentro de este suborden, las orcas pertenecen a la familia Delphinidae, lo que les convierte en los delfines más grandes del mundo, pudiendo llegar a pesar más de 5 toneladas y medir hasta 9 metros de longitud, siendo las hembras de menor tamaño que los machos.
A pesar de su terrible apodo, las orcas no suelen ser agresivas con los humanos. De hecho, no se ha registrado ningún caso de ataque a humanos en estado salvaje.
Su peculiar color blanco y negro es, sin duda, uno de sus aspectos más llamativos. También uno de los más interesantes, ya que el diseño de sus formas es único en cada individuo, con un vientre blanco y dos manchas del mismo color justo detrás de los ojos. Asimismo, otro de sus elementos más representativos es su aleta dorsal, que puede llegar a medir 1,8 metros de largo.
Las orcas son animales muy inteligentes. Viven en grupos familiares y son capaces de comunicarse para coordinar tácticas de cacería sobre sus presas. Además, son grandes nadadoras y pueden alcanzar velocidades de 50 km/h.
Las orcas se distribuyen en todos los océanos del mundo, desde las aguas polares hasta las tropicales -aunque suelen preferir aguas frías y templadas-, y desde las zonas costeras hasta el mar abierto.
Llegan a internarse hasta el mar Mediterráneo. Concretamente, en el estrecho de Gibraltar existen varias familias de orcas residentes que se alimentan del atún rojo.
No son animales migratorios como las ballenas, pero sí que se desplazan a las zonas donde sus presas son más abundantes, lo que, en la práctica, puede llevarlas a recorrer grandes distancias.
Las orcas son animales carnívoros. Su dieta incluye desde peces, calamares y pulpos, pasando por aves marinas como los pingüinos, hasta mamíferos como leones marinos. Las orcas son superdepredadores y llegan a alimentarse incluso de tiburones, constatándose casos de ataques a tiburones blancos.
Al igual que los cachalotes, las orcas poseen un sistema de ecolocalización que les permite encontrar a sus presas al emitir chasquidos e interpretar el eco que los objetos de su alrededor producen.
Los ojos de las orcas son uno de los aspectos que despiertan mayor curiosidad. De lejos, las dos grandes manchas blancas que poseen las orcas a ambos lados de la cabeza pueden parecer sus ojos. Sin embargo, al recortar distancia se aprecia que sus ojos son diminutos y se encuentran ocultos en su piel negra, justo debajo de estas dos manchas blancas.
Las orcas son uno de los animales más longevos. Llegan a vivir entre 50 y 80 años, aunque la mortalidad entre las crías es muy alta, y no alcanzan la madurez sexual hasta los 15 años aproximadamente. Pueden dar a luz en cualquier época del año y, en promedio, las orcas hembras paren a una única cría cada cinco años.
Los machos son polígamos y siempre se reproducen fuera del grupo para reducir el riesgo de endogamia en su manada. De hecho, las orcas permanecen toda su vida en el mismo grupo social en el que nacieron, saliendo solo los machos para la reproducción.
Las orcas, como todos los cetáceos, tienen respiración pulmonar y dependen del aire para sobrevivir, aunque vivan en los océanos. Poseen un espiráculo ubicado en la cabeza que conecta con los pulmones y por el que respiran cuando emergen del agua.
Pueden permanecer bajo el agua sin respirar hasta aproximadamente 10 minutos. Por ello, no suelen descender a grandes profundidades.
El estado actual de la orca es en gran parte desconocido y está catalogado como con “datos insuficientes” por la lista roja de especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sus principales amenazas son, al igual que para muchas otras especies, la reducción de sus presas y la degradación de su hábitat natural.
Sin lugar a dudas, las orcas son uno de los animales marinos más espectaculares del mundo.
Elefantes
Elefantes
Elefante
Elefantes
Elefantes
Los elefantes o elefántidos (Elephantidae) son una familia de mamíferos placentarios del orden Proboscidea. Existen hoy en día tres especies y diversas subespecies. Entre los géneros extintos de esta familia destacan los mamuts.
Los elefantes son los animales terrestres más grandes que existen en la actualidad. El periodo de gestación es de 22 meses, el más largo en cualquier animal terrestre. El peso al nacer usualmente es 118 kg. Normalmente viven de 50 a 60 años, pero registros antiguos documentan edades máximas de 82 años.
Con un peso de 5 kg, el cerebro del elefante es el más grande de los animales terrestres. Se le atribuyen una gran variedad de comportamientos asociados a la inteligencia como el duelo, altruismo, adopción, juego, uso de herramientas, compasión y autorreconocimiento.
Los elefantes actuales se clasifican en dos géneros distintos, Loxodonta (elefantes africanos) y Elephas (elefantes asiáticos), pertenecientes a dos tribus distintas.
Presentan una prolongación nasal muy desarrollada, denominada probóscide (comúnmente conocida como trompa), que gracias a su desarrollada musculatura (tiene 150.000 músculos) les da una gran movilidad y sensibilidad. La trompa es la fusión de la nariz y el labio superior del elefante, y le sirve para muchas cosas además de respirar y oler; es tan sensible que puede distinguir formas y texturas al tocar algo, emite sonidos (barritos) de diferentes tipos, incluyendo infrasónicos, con ella recoge comida, ya sea del suelo o de hasta 6 o 7 m de altura, la usan para aspirar agua que luego ponen en su boca para beber o echan en su cuerpo para refrescarse.
A lo largo de la trompa corre el canal nasal, y como tiene el mejor olfato del mundo, la levantan en el aire a fin de percibir olores lejanos.
Los elefantes también poseen colmillos, que en realidad son incisivos; salen de su mandíbula superior y crecen curvos a los lados de la trompa. Les sirven para abrir camino, marcar árboles (una forma de señalar su territorio), escarbar y para atacar y defenderse en caso necesario. Los colmillos de elefante son una gran fuente de marfil.
Los elefantes poseen unos grandes pabellones auditivos (mayores en el elefante africano que en el asiático). La principal función de estas orejas es la termo regulación del animal. Al estar muy vascularizadas (muchos vasos sanguíneos) permiten un correcto enfriamiento de la sangre, que en animales de ese volumen sería difícil conseguir por otros medios. También es capaz de percibir sonidos infrasónicos, lo cual le permite comunicarse con individuos situados a varios kilómetros de distancia. Estos sonidos, con frecuencias de tan solo cinco hercios (imposibles de escuchar para el hombre), se transmiten por aire y tierra, pudiendo ser detectados mediante las patas antes de llegar al oído del animal, al ser la velocidad de propagación del sonido mayor en el suelo que en el aire. Este desfase en la recepción del sonido podría servir al elefante para estimar la distancia a la que se encuentra su congénere.
Se alimentan casi exclusivamente de hierbas, cortezas de árboles y algunos arbustos, de los que pueden llegar a ingerir 200 kilogramos en un día. Son los mamíferos terrestres más grandes en la actualidad, en orden a su talla y peso. Un macho adulto africano puede llegar a pesar 7500 kg, aunque el récord conocido es de 11 000 kg. Viven generalmente hasta los 60, 70 años aproximadamente. En cautiverio el récord lo tiene el famosísimo elefante asiático Lin Wang, que falleció con 86 años de edad en 2003.
El elefante produce una variada gama de sonidos, con los cuales expresa diversas emociones. El más conocido es el barrito, que hace cuando está asustado.
El elefante africano es el mamífero con el tiempo de gestación más largo, aproximadamente 22 meses, y pesa unos 115 kg al nacer.
Estudios, dirigidos también por Karen McComb, confirmaron la capacidad de los elefantes de reconocer los restos de cadáveres de su misma especie, prestando especial atención a los correspondientes a miembros de su manada, que al parecer distinguen por su olor. Cuando se encuentran con estos restos parecen rendirles un particular homenaje póstumo, tocándolos con sus trompas y pezuñas. Sin embargo, ante huesos de otras especies su indiferencia es total.
Mucha gente piensa que los elefantes tienen miedo a los ratones. En realidad, lo que ocurre es que los elefantes tienen una mala visión: sus ojos están a los lados de la cabeza, lo que hace que no puedan distinguir con claridad cualquier cosa pequeña que se mueva delante de ellos. Esto hace que no soporten las sorpresas o los movimientos bruscos y cuando se acerca un ratón se ponen nerviosos y un poco agresivos.
Se cree que existen cementerios de elefantes, ya que se han encontrado restos de elefantes en una misma zona, muy cerca uno de otro, lo cual es un mito. Lo que sí ocurre es que antes de morir, los elefantes, por instinto, buscan el agua, por lo que muchos mueren cerca de ella y próximos unos de otros.
VÍDEO: Chimpancé común
Chimpancé común
Chinpancé común
Chinpancé común
Chinpancé común
Chinpancé común
El chimpancé común (Pan troglodytes) es una especie de primate homínido propia de África tropical. Los chimpancés —junto a los bonobos— son los parientes vivos más cercanos al ser humano; su rama evolutiva se separó de la rama de los humanos hace aproximadamente 7 millones de años y comparten el 98 % del ADN con ellos.
Los machos llegan a pesar unos 80 kg en cautiverio y a medir hasta 1,7 m. Se caracteriza por su inteligencia avanzada, a menudo comparada con la de los seres humanos.
Podemos encontrar chimpancés en las selvas tropicales y sabanas húmedas de África central y occidental. Solían habitar la mayor parte de esta región, pero su hábitat ha sido drásticamente reducido en los últimos años por la deforestación. Actualmente está en peligro de extinción debido a la deforestación de su hábitat natural.
En posición erecta los adultos miden entre 1 m y 1,7 m de estatura. Los machos en libertad pesan entre 34 y 70 kg, mientras las hembras tienen entre 26 y 50 kg. En cautiverio los machos pueden pesar hasta 80 kg y las hembras 68 kg.
Los chimpancés tienen una capacidad craneal de 320 a 480 centímetros cúbicos, muy inferior a la de los humanos modernos (Homo sapiens), que tienen en promedio 1400 centímetros cúbicos.
Sus cuerpos están cubiertos por un pelaje grueso de color marrón oscuro, con excepción del rostro, dedos, palmas de las manos y plantas de los pies. Tanto sus pulgares como el dedo grande del pie son oponibles, permitiendo un agarre preciso. La gestación del chimpancé dura 8 meses. Las crías son destetadas aproximadamente a la edad de 3 años, pero generalmente mantienen una relación cercana con su madre por varios años más. La pubertad es alcanzada a la edad de 8 a 10 años y su esperanza de vida es de 50 años en cautiverio.
Su dieta es principalmente vegetariana (frutas, hojas, nueces, raíces, tubérculos, etc.), complementada por insectos y pequeñas presas. Existen casos documentados de canibalismo, aunque es poco común.
Los chimpancés adultos poseen pocos depredadores naturales: el leopardo, el cocodrilo del Nilo, pitón de roca africana.
Los chimpancés viven en grupos llamados comunidades que oscilan entre los 20 y más de 150 miembros, consistiendo de varios machos, hembras y jóvenes. Sin embargo, la mayor parte del tiempo se desplazan en pequeños grupos de unos pocos individuos. Los chimpancés son tanto arbóreos como terrestres, pasando la misma cantidad de tiempo sobre los árboles que sobre el suelo. Su modo de desplazamiento habitual es a cuatro patas, utilizando las plantas de los pies y las segundas falanges de los dedos de las manos, y pueden caminar en posición bípeda únicamente por distancias cortas.
El chimpancé común vive en sociedades de fisión-fusión, donde el apareamiento es promiscuo. En el centro de la estructura social se encuentran los machos, quienes patrullan y cuidan a los miembros de su grupo, y participan en la búsqueda de alimento. Entre los machos usualmente hay una jerarquía de dominancia. Sin embargo, la inusual estructura social de fisión-fusión, en la cual porciones del grupo parental puede separarse o volverse a unir a él, es altamente variable en términos de que individuos particulares se congregan en un momento dado. Esto se debe principalmente a que los chimpancés tienen un alto nivel de autonomía dentro de la fisión-fusión de los grupos a los que pertenecen. También las comunidades de chimpancés tienen grandes rangos de territorio que se solapan con los de otros grupos.
Durante el siglo xx se han hecho varios trabajos tendientes a establecer una taxonomía clara del chimpancé. Fue el zoológo alemán Ernst Schwarz quien describió la mayoría de las subespecies actualmente aceptadas, después de cientos de mediciones de esqueletos y análisis de las pieles llevadas a los museos. Schwartz, quien describió al bonobo lo consideró como una subespecie de Pan troglodytes y no como una especie aparte. Este autor estableció las 4 subespecies de Pan troglodytes.
Divergencia con el bonobo. Reciente evidencia proveniente de los análisis de ADN sugieren que el bonobo (Pan paniscus) y el chimpancé común se separaron hace un millón de años aproximadamente. La línea del chimpancé se separó del linaje que desembocó en los humanos aproximadamente hace 6 millones de años. Las dos especies de chimpancés están igualmente relacionadas con los seres humanos y dado que no han sobrevivido ninguna otra especie de los géneros Homo, Australopithecuso Paranthropus, son sus parientes vivos más próximos. El bonobo no fue reconocido como una especie independiente hasta 1929, y en el idioma común la designación "chimpancé" a menudo se aplica a ambos simios. Los primatólogos prefieren reservar el nombre "chimpancé" para Pan troglodytes. Aunque las diferencias anatómicas entre ambas especies son pequeñas, su comportamiento tanto sexual como social muestran diferencias marcadas. Pan troglodytes posee un comportamiento de caza grupal basado en machos beta liderados por machos alfa relativamente débiles, una dieta omnívora y una cultura compleja con fuertes lazos.
Chimpancé pigmeo (b0nobo)
Chimpancé pigmeo (b0nobo)
Chimpancé pigmeo (b0nobo)
Chimpancé pigmeo (b0nobo)
Chimpancé pigmeo (b0nobo)
El bonobo (Pan paniscus), también llamado chimpancé pigmeo, es una de las dos especies que componen el género Pan. La otra especie del género Pan es el chimpancé común (Pan troglodytes). Los bonobos se ven raramente fuera de su hábitat natural, por lo que no son tan conocidos como los chimpancés comunes. A primera vista son muy parecidos a estos, pero suelen tener la cara negra, las orejas más pequeñas y las piernas más largas. Su área de distribución es en las densas selvas húmedas de África central. Se alimentan principalmente de frutos y hojas que cosechan de los árboles.
La especie se caracteriza por la tendencia a que sus individuos andan erguidos en ocasiones, por su cultura matriarcal e igualitaria, y por el papel preponderante de la actividad sexual en su sociedad.
El nombre científico del bonobo es Pan paniscus. Como el 98% de su ADN es idéntico al del Homo sapiens, están más emparentados con los humanos que con los gorilas.
El bonobo es más grácil que el chimpancé común, pueden llegar a medir un metro de altura. La masa corporal varía de 34 a 60 kg, con un peso promedio de 45 kg en los machos frente a un promedio de 33 kg en las hembras. La longitud total de los bonobos (desde la nariz hasta la cola en cuatro patas) es de 70 a 83 cm. Los bonobos machos promedian 111,9 cm cuando están en posición bípeda, en comparación con 111 cm en las hembras. Su cabeza es menor que la del chimpancé común, pero tiene una frente más ancha. Tiene la cara negra con labios rosados, orejas pequeñas, orificios nasales anchos, y pelo largo en la cabeza. Las hembras tienen pechos ligeramente prominentes, en contraste con los pechos planos de otros primates hembras aunque no tan prominentes como los de las hembras humanas. El bonobo tiene también un cuerpo delgado, hombros estrechos, cuello delgado y piernas largas comparado con el chimpancé común. Los bonobos caminan erguidos el 25% del tiempo en sus desplazamientos por el suelo. Estas características, junto con su postura, le da a los bonobos una apariencia más humana que los chimpancés comunes. Los bonobos tienen una gran diferenciación facial, al igual que los humanos, de modo que cada individuo tiene una apariencia significativamente distinta, permitiendo el reconocimiento visual en la interacción social
Frans de Waal, uno de los más importantes primatólogos a nivel mundial, afirma que el bonobo es capaz de manifestar altruismo, compasión, empatía, amabilidad, paciencia y sensibilidad.
Observaciones en su entorno han confirmado que los machos en los grupos de chimpancé común son extraordinariamente hostiles hacia los machos externos al grupo. Este no es el comportamiento de los machos o hembras bonobos, que tienen límites territoriales más laxos y cuando se encuentran con otros grupos suelen establecer relaciones amistosas. El bonobo vive en la margen sur del río Congo, mientras que el chimpancé común se encuentra al norte del mismo río, donde comparten su habitat con gorilas. Ninguno de los dos nada, y esto ha servido probablemente de barrera natural.
Los bonobos, por lo menos en cautividad, suelen ser considerados como más inteligentes que los chimpancés.
Las relaciones sexuales juegan un papel preponderante en las sociedades de bonobos, ya que son usadas como saludo, como método de resolución de conflictos, como medio de reconciliación tras los mismos y como forma de pago mediante favores tanto de machos como de hembras a cambio de comida. Los bonobos son los únicos primates (aparte de los humanos) que han sido observados realizando todas las actividades sexuales siguientes: sexo genital cara a cara (principalmente hembra con hembra, seguido en frecuencia por el coito hembra-macho y las frotaciones macho-macho), besos con lengua y sexo oral.
La actividad sexual tiene lugar tanto dentro de la familia inmediata como fuera de ella, y suele implicar tanto a adultos como a crías. Los bonobos no forman relaciones estables con parejas individuales. Tampoco parecen discriminar en sus comportamientos sexuales según género o edad, con la excepción de madres y sus hijos, entre los cuales nunca se han observado relaciones sexuales. Cuando los bonobos encuentran una nueva fuente de comida o lugar de alimentación, la excitación general suele desembocar en una actividad sexual en grupo, sobre todo entre las hembras, presumiblemente descargando la tensión de los participantes y permitiendo una alimentación pacífica.
Los machos bonobo practican con frecuencia varias formas de sexo genital entre ellos (frot). Las hembras bonobo usan el sexo genital hembra-hembra (tribadismo) como forma de establecer relaciones sociales entre ellas, fortaleciendo así el núcleo matriarcal de la sociedad bonobo. La estrecha relación entre las hembras les permite dominar la estructura social —aunque los machos son físicamente más fuertes, no pueden enfrentar solos a un grupo unido de hembras, y no suelen colaborar entre ellos de esa forma. Las hembras adolescentes suelen abandonar el grupo en el que nacen para unirse a otro. Esa migración habitual de las hembras hace que el fondo genético de los bonobos se mezcle con frecuencia.
A pesar del enorme incremento en la actividad sexual, la tasa de reproducción no es mayor que la de los chimpancés comunes. Las hembras cuidan de sus crías y las alimentan durante 5 años, y pueden dar a luz cada 5 o 6 años. Comparadas con las de chimpancé común, las hembras de bonobo nunca se alejan del grupo para parir y no se conocen casos de infanticidio entre bonobos, que sí son frecuentes en chimpancés.
Tanto el chimpancé común como el bonobo evolucionaron del mismo ancestro que dio lugar a los humanos, y sin embargo el bonobo es de las especies más pacíficas y no agresivas de mamíferos que hoy día viven en la Tierra. Han desarrollado vías para reducir la violencia que permean toda su sociedad. Nos muestran que la danza evolutiva de la violencia no es inexorable.
Las hembras tienen un tamaño mucho más pequeño que los machos, pero un estatus social mucho mayor. Los encuentros agresivos entre machos y hembras son raros, y estos se muestran tolerantes hacia cachorros y crías. El estatus de un macho es un reflejo del de su madre, y el vínculo madre-hijo es con frecuencia muy fuerte, manteniéndose durante toda la vida.
Los bonobos son activos desde el amanecer hasta el crepúsculo, y viven siguiendo un patrón fisión-fusión: una tribu de cerca de un centenar se dividirá en pequeños grupos durante el día mientras buscan comida, y luego se reúnen por la noche para dormir. Duermen en los árboles, en nidos que construyen ellos mismos. A diferencia de los chimpancés comunes, de los que se sabe que ocasionalmente cazan otros monos, los bonobos son principalmente frugívoros (se alimentan de frutos), aunque también comen insectos y ocasionalmente se les ha visto atrapando pequeños mamíferos como las ardillas u otros primates.
Los bonobos pasan la prueba del espejo, que sirve para demostrar la conciencia de uno mismo. Se comunican principalmente mediante sonidos, aunque aún no se conoce el sentido de sus vocalizaciones.
Son una especie en peligro de extinción, debido tanto a la pérdida de su hábitat natural como a la caza con fines alimentarios