La educación debe estar basada en proveer al alumnado experiencias que puedan conducir a la solución de problemas que se les presente en su vida cotidiana. La educación debe ser continua, tal que el alumno sea capaz de crecer y tener oportunidades para ganar un lugar en la sociedad. También, la educación debe estar conducida a que el alumno identifique sus potencialidades y habilidades innatas; tal que dichas potencialidades puedan fortalecerse y desarrollarse a través de la práctica continúa.
Esta visión de la educación es consistente con lo expuesto por el filósofo John Dewey. Dewey destaca que la experiencia es el fundamento en el cual se basa la teoría del conocimiento y que la conducta habitual del individuo debe estar dirigida a la solución de problemas de su cotidianidad. También, el destaca que la educación es un proceso continuo y que provee al individuo la oportunidades para su crecimiento; todo esto basado en la reestructuración de sus experiencias pasadas. De igual manera, Dewey expuso que el individuo nace con unas potencialidades que pueden o no desarrollarse, dependiendo de la experiencia recibida.
Dewey también enfatiza que el proceso educativo debe estar fomentado en la conducta reflexiva, en la cual el individuo se ve enfrentado a situaciones de perplejidad y de duda. El maestro debe educar a través de un ambiente real y significativo, en el cual el alumno pueda buscar soluciones a sus problemas de forma individual. Debe crear situaciones ambientales que creen perplejidad, insatisfacción, desequilibrio y duda. También, decía que el maestro debía corresponder a la necesidad de sus estudiantes.
El maestro debe ser capaz de ayudar a sus estudiantes a descubrir su potencial. Debe proveer a sus alumnos un ambiente propicio para el pensamiento crítico y analítico. Tal que, pueda desarrollar en sus estudiantes la capacidad de poder pensar en las circunstancias en las que se encuentra, visualizar las causas y efectos que pueden tener sus acciones. El maestro debe ser una persona realista, dinámica, que crea en las habilidades y potencialidades de cada uno de sus estudiantes, que sea altruista y empático con sus estudiantes, que corresponda a las necesidades de su alumnado.
Ante esto, los estudiantes deben ser activos, prácticos, capaces de aprender mediante su enfrentamiento con situaciones cotidianas. Deben ser capaces de comunicar, construir, explorar, indagar, expresarse de forma natural y precisa. Además, deben ser personas dispuestas a mejorar y aprender de las experiencias que se les presenta en la vida.
Dewey menciona que el ser humano se encuentra siempre actuando y sufriendo consecuencias de sus acciones. Expresó que el individuo utiliza su capacidad de reflexión para lograr su equilibrio, mantener su individualidad y su existencia. Esto es lo que logra el estudiante.
Sin duda alguna, la filosofía educativa expuesta por John Dewey va a la par con la visión educativa en la que creo. Ya que, además de ser una posible futura educadora, también soy bióloga de profesión. Los biólogos se distinguen por ser personas bastante pragmáticas, intuitivas, prácticas y curiosas. Y quisiera aplicar dicha filosofía educativa y mis conocimientos en el área de la biología en las clases que, en un futuro, pueda impartir en alguna escuela secundaria de mi país.
Concluyo mi filosofía educativa con la siguiente frase del filósofo John Dewey:
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