Estación 4

Has llegado al cuarto punto del sendero, ubicado hacia el interior del área de conservación. Aquí el ambiente cambia: los árboles son más altos, las lianas cuelgan entre ellos y los helechos gigantes (Acrostichum danaeifolium) vuelven a destacar en el paisaje. Puede que sientas una ligera sensación de aislamiento, pero no te preocupes: lo que tienes a un lado es una pendiente que conduce a los campos experimentales de los estudiantes de Ingeniero Agrónomo. Sin embargo, no es buena idea intentar salir por ahí, pues al final te toparías con una franja cerrada de selva baja caducifolia. Lo mejor es continuar el sendero y disfrutarlo: estás a solo dos estaciones de concluir tu recorrido.

Observa con atención. Además de los helechos, aquí crecen plantas parecidas al papiro, conocidas como falso papiro o paragüita de Madagascar (Cyperus alternifolius). También encontrarás almendros (Terminalia catappa) de gran tamaño, junto con especies muy comunes en la ADVC, como Malvaviscus arboreus, Guazuma ulmifolia e higueras. Entre los árboles jóvenes, incluso podrás distinguir algunos aceitunos (Simarouba amara).

En cuanto a la fauna, este lugar es frecuentado por el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus) y aves como el colorín azulnegro (Cyanocompsa parellina). Sin embargo, también es hábitat de reptiles que debes observar con precaución, como la pichicuas (Agkistrodon bilineatus), el coralillo del occidente mexicano (Micrurus distans) o la lagartija espinosa del Pacífico (Sceloporus utiformis).

Camina con cuidado, mantente atento y permite que los sonidos y la vida de este rincón te acompañen mientras avanzas.