CONFERENCIA
La Lacería Árabe
Contemplar y comprender
por D. Javier Sánchez González
Dr. Ingeniero Industrial
Lunes 16 de Junio de 2014 a las 19h
Aula Marqués de Lozoya
c/ Alburquerque nº 14, 28010 Madrid
Para absorber una lacería árabe, como las magníficas de la Alhambra, por ejemplo, no basta dejarse envolver por su exotismo o arabismo. No, conviene comprender esa forma geométrica. Y para ello hay que percibir cómo está hecha, como se dibujaría. Tras un tiempo, tanto más largo cuanto más compleja es la forma, comienza el ojo y la percepción visual a establecer parecidos entre sus partes, que están dispuestas unas respecto a las otras mediante simetrías o giros. Emerge poco a poco una forma mínima que mediante esos procesos geométricos citados generan toda la forma.
Hay tiras o cintas que se entrelazan siguiendo unas rectas de una red o familia de ellas, todas paralelas a los radios de una circunferencia: 8, 10, 12 son las más comunes, pero hay números más grandes. Dentro de ese entrelazado se crean unas formas elementales: triángulos, estrellas, toneles, flechas..., con nombres ancestrales que aluden a lo que sugieren. Más aún, el número de esas formas elementales puede estar también sujeto a código; es un número significativo en el Islam, o bien, decodificados según el método Abjad (números asociados a letras), representan palabras, también significativas en esa religión y su misticismo asociado. Y no sólo para ella, que también los hebreos usaron de ese simbolismo y esas formas.
Por fin, toda la forma así contemplada, y durante largo tiempo, adquiere entonces un significado más rico y múltiple, un carácter oculto, casi un mensaje. Arte o mensaje, pero más que decoración, la lacería islámica nos ofrece estudios sin fin y un interés inagotable.