(Traducción de la nota “9 Signs Joint Hypermobility is Undermining Your Health”. Autora: Dra. Emma Gordon, publicada el 11 de junio de 2015 en el blog de salud y bienestar “Love, Live, Health”. Traducida por Alejandra Guasp, 26/06/2015)
Las articulaciones muy flexibles pueden ser una ventaja si sos bailarín o músico. Esta flexibilidad generalmente se explica como una elasticidad mayor que el promedio en el tejido conectivo (por ejemplo en los ligamentos), que permite que las articulaciones tengan un rango de movimiento mayor, y esta anormalidad no siempre produce problemas obvios.Sin embargo, para algunas personas, la hiperlaxitud articular (ver recuadro a la derecha del texto) de hecho lleva a síntomas generalizados que tienen un impacto negativo en la calidad de vida.
Muchas personas no tienen conciencia de que su hiperlaxitud es responsable de sus problemas de salud, ya que simplemente están acostumbradas a la manera en que sus articulaciones se mueven.
Si notás varios de estos signos, vale la pena que consultes a tu médico por la posibilidad de que estés afrontando problemas ocasionados por tu excesiva flexibilidad. La fisioterapia, los ejercicios de fortalecimiento muscular y los cambios en el estilo de vida pueden hacer una gran diferencia en el malestar general que tenés.
Si tenés molestias y dolores en todo el cuerpo, y te aseguraste de que no tenés niveles altos de inflamación asociados con enfermedades como la artritis, podés ser hiperlaxo.
Mientras que extender las articulaciones más allá del rango normal típicamente no produce dolor, el dolor aparece más tarde, como secuela de lesiones que no sabías que estabas teniendo.
En consecuencia, las personas hiperlaxas a menudo sienten rigidez en áreas como los hombros, las caderas y los tobillos, horas después de que accidentalmente hiperextendieron sus articulaciones.
El dolor también puede producirse por todo el trabajo adicional que tus músculos deben hacer para mantener estables tus articulaciones “flojas”, lo que explica por qué el fortalecimiento muscular cuidadoso brinda una vía potencial para la reducción del dolor en los pacientes hiperlaxos.
Las personas que se dislocan en forma reiterada articulaciones como la del hombro, pueden tener un problema subyacente con su hiperlaxitud. Sin embargo, también es importante estar atentos a las menos dramáticas subluxaciones o “dislocaciones parciales”. Por ejemplo, podrías sentir que tu rodilla o tu tobillo se están saliendo de lugar (lo que puede ser profundamente doloroso), y también notar que con cuidado puede volverse a su lugar.
La hiperlaxitud se diagnostica regularmente en quienes parecen estar lesionándose en forma continua, padeciendo problemas como tendinitis en el tendón de Aquiles, bursitis y roturas ligamentarias.
La inestabilidad en el tobillo (y las lesiones asociadas) son especialmente frecuentes. Típicamente, los ligamentos del tobillo son demasiado elásticos, y por esta razón la articulación del tobillo puede moverse más allá de su rango adecuado. Podés sentir que tu tobillo “cede” y se tuerce hacia uno de los lados de manera inesperada, llevándote a que tengas esguinces frecuentes e inflamación.
Además, vale la pena destacar que la debilidad crónica en el tobillo puede provocar problemas en zonas superiores del cuerpo, afectando las articulaciones de las rodillas, las caderas y la espalda.
La palabra “propiocepción” hace referencia a tu capacidad de sentir dónde está tu cuerpo en el espacio y de tener conciencia del movimiento de tus articulaciones. La gente con hiperlaxitud tiende a tener déficits en la propiocepción, lo que produce una notoria torpeza.
Si estás tropezando siempre con los marcos de las puertas, fallando al intentar atrapar cosas que te arrojan (por ej. una pelota) y tropezando en la calle, la hiperlaxitud articular podría ser la explicación.
Una buena proporción de la gente con hiperlaxitud también tiene anormalidades con su sistema nervioso autónomo (que controla las funciones corporales inconscientes, como por ejemplo los latidos del corazón), lo que lleva a episodios de mareos. El Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática es particularmente frecuente, y hace que los síntomas mencionados de mareos aparezcan al cambiar de posición (por ejemplo, de sentado a estando de pie).
Cuando por primera vez tenés dolores punzantes, adormecimiento o sensaciones de hormigueo, podrías preocuparte de estar teniendo una apoplejía, o desarrollando alguna enfermedad neurológica (por ejemplo, esclerosis múltiple).
Sin embargo, si esas posibilidades graves se han descartado, vale la pena pensar en la posibilidad de que se deban a la hiperlaxitud. Este tipo de malestar se relaciona con el dolor neuropático, y puede producirse por la irritación de los nervios asociada con la hiperextensión de las articulaciones.
Una indicación sorprendente de la hiperlaxitud son los problemas digestivos como el colon irritable o la constipación crónica. Se estima que esta conexión se explica por la laxtitud del tejido conectivo del estómago y los intestinos.
Mientras que los problemas como el Síndrome de Colon Irritable no necesariamente están conectados con problemas en el tejido conectivo si se observan de manera aislada, pueden sugerir la presencia de hiperlaxitud cuando se conjugan con síntomas como dolor muscular y esguinces recurrentes.
La Osteoartritis (el tipo de artritis caracterizado por “desgaste por uso”) se desarrolla más rápidamente en las articulaciones hiperlaxas; por ello, si tenés hiperlaxitud, podrían diagnosticarte artritis en los hombros, el cuello o la espalda a edades menores que la esperada en la población general. El trabajo de fortalecimiento de los músculos que sostienen tus articulaciones laxas puede ayudar a reducir el avance adicional de la Osteoartritis.
Finalmente, la hiperlaxitud de la articulación de la mandíbula puede producir dolor en los músculos circundantes, que puede extenderse más allá del área de la boca y comenzar a producir malestar en lugares como los oídos y el cuello. Dado que esta patología empeora al rechinar los dientes durante la noche, una férula bucal puede ayudar a proteger la articulación. Sin embargo, como sucede con la Osteoartritis, los esguinces y el dolor crónico, la clave del alivio a largo plazo es el fortalecimiento de los músculos alrededor de la articulación.