Empezaremos este trabajo con unos rasgos muy generales sobre las primeras ballenas en la península, para después ir adéntranos poco a poco hasta centrarnos en Comillas, y digo Comillas, porque Ruiloba en este arte de pesca de la ballena esta íntimamente ligado a ella como podremos ir comprobando.
En la foto podemos observar una almena que aun se conserva tal y como la veis (dicho sea de paso hay otra gemela detrás de la gasolinera, no se en que estado se encontrara actualmente)) esta almena serbia para avisar a los marineros apostados y listos en la costa para salir con sus barcazas a la caza de la ballena. el sistema era muy simple en el hueco de arriba se quemaban matojos y el humo era el que alertaba a los pescadores. No me acuerdo muy bien que año fue pero calculo que sobre el 2004 mas o menos, me acerque hasta el Museo Oceanográfico de Santander y estuve hablando con su Director el señor Jose Luis Casado Soto sobre diversos temas y entre ellos me comento que esta almena, torre, atalaya, etc. como queráis denominarla, en la costa de Ruiloba en el lugar denominado Salceda, es la única con su gemela (sin llegar a asegurarlo en un 100%) que aun queda en pie en toda la costa cantábrica y muy posiblemente aun mas allá por supuesto que se estaba refiriendo a este tipo de almena en concreto y con estas mismas características, también me comento que posiblemente no se utilizaron exclusivamente para otear las ballenas puesto que era una zona que pasaban muy cerca de la costa y se les veía resoplar, si no que también y muy posiblemente para diversas actuaciones que en cada momento de ese tramo de la historia y servirían para avisar de barcos enemigos en tiempos de guerra, muy posiblemente también para fines comerciales navales, etc., pero que desde luego todas son suposiciones porque no hay documento escrito que avale que fue echa exclusivamente para el oteo de ballenas u otros menesteres, y esto da pie a que sus interpretaciones sobre su funcionamiento en ocasiones no coincidan. Y lo mas importante me comento que no comprendia como la teníamos en total abandono pues es una joya en todos los sentidos. Ya de paso os diré que es uno de mis proyectos incluidos en lo que hable con los dos anteriores alcaldes.
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Las más antiguas citas sobre las ballenas en nuestra península, corresponden a los autores romanos Plinio y Estrabon.
Plinio ya nos da cuenta de presencia de ballenas en el Golfo de Cádiz y dice: “... penetran hasta nuestros mares. Se dice que no se las ve en el Océano de Cádiz antes del solsticio de invierno y que en épocas regulares, se retiran a un golfo tranquilo y espacioso…”.
La ballena frente a nuestras costas hoy en día seria como un gran acontecimiento poder divisarlas en la mar debido a que no pasan tan cerca de nuestras costas, a excepción de alguna que muy de vez encunado aparecen varadas en nuestras costas bien porque vienen a morir en ellas, o bien porque la mar las saca a tierra ya muertas.
Pero como podremos apreciar en este trabajo que continuación les relato, hubo una época en que la ballena era la reina de nuestras costas proporcionando estas cierto bien estar a sus habitantes.
Con este trabajo no pretendo hacer una historia detallada del arte de la pesquería de la ballena, ni tampoco una historia amplia y estricta sobre los puertos de las villas de Santander, Castro Urdiales, Santoña, San Vicente de la Barquera y Comillas, que fueron y son los principales puertos de nuestra región. Por un lado porque ya hay bastantes plumas literarias que se han referido a este tipo de arte de la pesca de la ballena, y por otro lado, porque mi pluma es muy pobre e inexperta y solo pretendo hacer llegar a los tolanos parte de su historia para que la conozcan.
En el Archivo Histórico Nacional, se conserva un importantísimo cartulario de Santa Maria del Puerto de Santoña, este cartulario que se puede considerar como un becerro o apeo. Se refiere a un tal Revelco, que retenía en su poder unas propiedades del monasterio, de lo que se deduce que este ya existía con anterioridad al año 863, fecha a la que corresponde este documento. Las escrituras del cartulario cita en referencia a la ballenas: “restituyo estas primicias a todos los clérigos, excepto las de las ballena, para que las posean para siempre con derecho hereditario”. Este cartulario nos habla también de la existencia de casas, hórreos, bodegas, castañares, perales, etc., así como de solares de tierra de cultivo y pastos comunes para ganados; también nos cita este de la existencia de cerdos, cabras, ovejas etc., y no queda sin mención el tocino, la pesca y la ballena.
Pero a nivel Europeo es de derecho citar que los primeros documentos que citan la pesca de la ballena corresponden a Bayona, es decir a la costa Vasco-francesa por mediación de una concesión del privilegio de la venta de la carne de la ballena en el año 1059. Ya que es hasta el año 1068 cuando Don Sancho II concedía la primicia de la pesca a Santa María del Puerto, documento que se encuentra depositado en la Catedral de Burgos.
Otro autor, Avieno, nos cuenta que “los navíos se deslizaban lenta y perezosamente entre los monstruos que nadan”
Toda la costa del Cantábrico incluido la vasco-francesa, fueron los pioneros en este arte de pesquería de la ballena, pero reduciremos el arco geográfico al tramo de costa que esta comprendida entre Llanes y Castro Urdiales. Para después reducirlo aun más entre San Vicente de la Barquera y Comillas, ya que aparte de que son las dos Villas que están más cerca de Ruiloba, son también las dos villas que protagonizaron un enfrentamiento sin precedentes en la historia del arte de la pesca.
Así pues, empezaremos este trabajo comentándoos que la primera cita que hasta el momento existe, es un cartulario del monasterio de Santa María del Puerto, Santoña.
De lo cual se deduce que la primera cita correcta y documentada en la Península corresponde a Santoña, ya que los autores Plinio, Estrabon y Avieno solo nos las citan en sus obras literarias, como relatos.Concentrándonos exclusivamente a la costa Cantábrica, durante muchos años tradicionalmente se le ha concedido la primicia de la caza de la ballena a San Sebastián, pero como vemos esta primicia corresponde actualmente a Santoña.
Hay un dato que creo que es importante el reseñarlo, se trata de la villa de Laredo, de esta no se conservan documentos referente a la pesquería de la ballena, pero si hay constancia que se dedicaron a este arte de pesca pues en escudo antiguo de la villa aun se conserva la ballena. A demás de una mención que hace Don Alfonso XI al conferir el privilegio otorgado por su padre Fernando IV a los vecinos de Laredo de no pagar diezmo de pescados y ballenas. Así como vestigios de esta industria en oriente y occidente de Laredo, es muy probable que abandonaran esta pesca de la ballena en aras de la del besugo mucho más abundante, cómoda y lucrativa. He querido aclarar este punto porque estamos tratando los siglos XII, XIII, XIV, XV y XVI que son los únicos vestigios que existen sobre la ballena. A partir del siglo XIV desaparece todo vestigio ballenero en esta villa.
La pesca de la ballena, nos hace pensar que las primeras piezas que se cobraron estaban muertas varadas en las playas, y que poco a poco se empieza a atacarlas en agonía y aun en vida sobre el litoral y esto va perfeccionando el sistema de su caza. En estos primeros tiempos la pesca de la ballena ya es relativamente importante y esto hace que la economía repercuta en nuestras villas del litoral de forma significativa.
Así pues ya nos vamos a meter de lleno en el arte de esta pesquería de la ballena, exclusivamente en nuestras costas desde Llanes hasta Liencres, concentrándonos en las más cercanas a Ruiloba y más concretamente en Comillas.
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En los Siglos XII, XIII, XIV, XV y XVI, que son a los que nos remitiremos en este trabajo, la caza de la ballena se realiza casi exclusivamente en expediciones de podíamos denominar de bajura, con embarcaciones pequeñas.
A lo largo de la Edad Media en las costas de las Asturias de Santillana se ubican una seria de puertos cuya fundamental razón de su existencia iba a ser la pesca y el comercio. Por un lado iban a destacar dos puertos, que son Santander y San Vicente de la Barquera, otras dos pretendieron jugar un papel importante, que son San Martín de la Arena (Suances) y Comillas. Pero también otra serie de puertos pequeños que ya nos hacen referencia en la época son Ruiseñada, Funfria, Luaña, Boo, Liendres, Mobardo, Isla de Óleo, Puente Solía, etc. Como podemos ver ya Funfria y Luaña (Puerto de San Vicente) en tierras tolanas, es decir Ruiloba, pero podíamos decir que en la pesca y el comercio por mar tiene cierto peso específico pues dispone de dos puertos.
La Abadía de Santillana tenia cierto derecho de pecio de todas las ballenas varadas o muertas en la costa, se adueñaba de ellas e iban a parar enteramente al claustro Abacial, este derecho lo obtuvieron en el año 1230, concedido por Fernando III en Burgos. También cobraba diezmos por la por la pesquería que se hacían en la mar y recalaban en su costa, no por eso esta abadía dejo de tener pleitos incluso con los propios vecinos de su Merindad, no obstante ésta con el paso de los años fue poco a poco en decadencia de este derecho de pecio. Hay que tener en cuenta que en aquella época la mitad de la costa actual de Cantabria pertenencia a las Asturias de Santillana.
A San Vicente de la Barquera en el año 1328 se le concede el famoso privilegio “plus minusve” que cita así: “… no puede hacer cargo ni descargo de mercancía ni pesquería alguna, así de pescado fresco o salado en el mar que esta cerca de la dicha villa de San Vicente de la Barquera dos leguas por tierra de la una parte como dicen hacia la villa de Llanes e otras dos leguas hacia la villa de Santander, si no en la dicha villa de San Vicente … “. Estas dos leguas hacia la villa de Santander terminaban precisamente en Comillas.
En los primeros siglos, es decir, en los siglos XII, XIII y XIV hay una muy escasa documentación de la pesca de la ballena, pero lo que si esta claro que a lo largo de toda la cornisa Cantábrica existió la pesca o la caza de la ballena, contribuyendo también las referencias que se hacen en las Abadías y Monasterios.Las referencias que se hacen a favor de la pesca de la ballena son claramente delimitados a: Castro Urdiales, Laredo, Santoña, Sacti Emeterii, San Martín de la Arena y San Vicente de la Barquera, lo que no ocurriría así en el siglo XV.
Ya en el siglo XV Comillas entra en juego. A finales de este siglo en 1483 San Vicente sufre un incendio, y que en cierta forma origino esta “puebla nueva que se dice de Comillas que es cerca de la mar”. Este incendio provoco que 15 o 20 vecinos de San Vicente se establecieran a una legua de esta villa en el lugar de Comillas, comenzando a realizar actividades pesqueras y mercantiles en el lugar denominado Alto de San Cristóbal en 1486 ante lo cual se levanto la villa de San Vicente alegando el famoso privilegio de las dos leguas.
Lo cual provoco que en 1488 el procurador y los vecinos de San Vicente presentaran un recurso ante los Reyes Católicos, estos dispusieron que “los de Comillas puedan pescar en cualquier parte para el mantenimiento y provisión de dichos lugares, pero no para otro objeto, con tal que lo que se pesque lo descarguen en San Vicente”.
Los de Comillas fueron poco a poco haciéndose buenos pescadores, y aun buenos cazadores de ballenas.
Esta sentencia desfavorable a los Comillanos conminándoles a que no hicieran otras pesquerías que las que antes hacían no los amilanó y con su tesón siguieron adelante, lo cual provoco que se mandaran derribar los edificios construidos que habían quebrantado las órdenes dadas. Las disputas continuaron alegando los Comillanos que se hacían pesca mucho antes que San Vicente acudiese en quejas a los Reyes Católicos.
Mucho tienen que pleitear Comillas en desigualdad de condiciones, puesto que estos varaban sus pinazas en la playa y San Vicente tenía un puerto seguro. Pocas veces se ha visto una pugna local más noble y decidida, que esta, en ambas villas.A comienzos del siglo XVI San Vicente centro su actividad pesquera en expediciones a los mares de Irlanda y los pleitos contra la villa de Comillas y este a su vez contra San Vicente y Llanes.
El 15 de Enero de 1503, los Reyes Católicos disponen en Alcalá de Henares que “los concejos de Ruiloba, Cóbreces, Novales e Ruiseñada no puedan hacer cargo o descargo de mercadería ni de pesquería alguna, así de pescado fresco o salado en la mar que este cerca de San Vicente dos leguas… “ . Dice a este respecto el Sr. José Antonio del Río en su “Efemérides de la provincia de Santander” que: “Esta confirmación fue motivada por la inobservancia de los vecinos de los pueblos inmediatos a aquella villa, que en distintas ocasiones faltaran a lo preceptuado”. Ante este hecho los vecinos de San Vicente salieron a la mar en diciembre de 1500, en numero de 800 apresando barcos y pinazas que estaban dentro de sus aguas, llevándolos a su villa y este fue el motivo que confirmara su privilegio.
El 15 de Abril de 1530, el Rey mando armar dos buques para escoltar a más de 60 barcos de San Vicente que todos los años iban a Irlanda.
Y en 1664 Felipe II contrata para su armada 43 chalupas de San Vicente que estaban para llegar de Andalucía y venían armadas para ir a la pesquería de Irlanda, y embarga también 30 chalupas Barquereñas en el puerto de Santa María. En 1573 hay otras 50 chalupas faenando en lo que es hoy Costa del Sol.
Comillas haciendo caso omiso a todas estas prohibiciones, seguía pescando y acudiendo con los hombres de Ruiloba, Novales, Cóbreces y Ruiseñada hasta Irlanda.
Esto nos comprueba dos cosas; una que Comillas pescaba y pescaba bien y su industria pesquera iba en alza, y la otra, Comillas siempre se nutria de hombres para sus embarcaciones en los mismos pueblos o concejos.
Es famoso el pleito que sostuvo con Llanes en el año 1553, que acaba en una batalla naval con ribetes de piratería.
La villa de San Vicente se incendio de nuevo en 1563, lo cual Comillas aprovecho para reforzar su postura independentista en la pesca. Este incendio de San Vicente hace que se dediquen casi en su totalidad a la pesca de capturas más productivas y con ellas a la industria de la salazón. Pero no dejaron la pesca de la ballena totalmente como nos dice Enrique Leguina en sus “Apuntes para la historia de San Vicente” que en el año de 1574, Cristóbal de Barros recorrió toda la costa Cantábrica, el cual transcribió un informe, y en uno de sus párrafos dice: “las chalupas de San Vicente de la Barquera, Llanes, Ribadesella, Gijón y Avilés, parten por Septiembre al Andalucía donde se avituallan para ir a la pesquería de Cabo Aguer; vuelven a en Della a Sevilla y al puerto de Santa María por Navidad y mas adelante vienen a San Vicente por Abril, y por el principio de Junio van a la pesquería de Irlanda, y vuelven a mediados de Agosto”.
En el año 1583, se incorpora a esta pesquería de Irlanda Comillas, que si en 1568 no tienen mas de 9 barcos besugueros, para entonces ya dispone de una flotilla joven con hombres de los concejos de Ruiloba, Cóbreces, Nóvales y Ruiseñada, seguimos viendo como se siguen nutriendo de hombres de los mismos concejos, y también podemos apreciar que comillas esta empezando a coger gran poderío en la pesca de la ballena, convirtiéndose en el principal rival de Castro Urdiales.
Comillas en el año 1603, empezó la construcción de su puerto, que en el año 1612 ya se habían invertido mas de trece mil setecientos ducados terminándose la obra del puerto en 1716. Su coste total al parecer fue de unos treinta mil ducados costeados íntegramente y exclusivamente por los propios vecinos de Comillas. Así que este puerto de Comillas nació al amparo de la pesca de ballenas, estaba defendido por tres garitas y un fuerte con cuatro piezas de artillería, en la punta de la Gerra frente a una peña plana, conocida con el nombre de “Roca de la Ballena” que es donde varaban sus piezas y las descuartizaban. Nos dice a este respecto el Sr. Sañez Reguart: “En el puerto de Comillas se conservan algunas casas que sirven de fabrica para derretir las ballenas y almacenes para conservar la grasa o aceite que extrae, entre este dicho puerto y el de San Vicente hay otra casa que servía a dicho efecto y para guardar los arpones y demás instrumentos correspondientes a esta pesquería”, este documento esta fechado en 1781.
En el año 1626 había matriculados en Comillas 523, de ellos 50 eran patrones entre Ruiloba, Comillas y Ruiseñada
En el año 1630 hay un total de 500 matriculados entre Comillas, Ruiloba, y Ruiseñada.
En el año 1675, el numero de matriculados en Comillas vuelve a ser de 523 y de ellos 59 eran patrones entre Comillas, Ruiloba y Ruiseñada, dedicados en su mayoría a la pesca de la ballena, cuyo lardo lo derretían en grandísimas calderas en el barrio denominado “Las Cabañas”, próximo a la parroquia de San Cristóbal.
Esta pesca de la ballena empezó a decaer a finales del siglo XVII, debido a las relaciones con los holandeses que aprendían esta industria, que hasta entonces tenían el monopolio los puertos de Cantabria y Vizcaya. Hasta que en el año 1720 se dio por finalizada la pesca de la ballena, al menos en lo referido al puerto de Comillas./En el Puerto de Comillas otra especie que se pescaba mucho era el besugo, como nos cuenta el Canónigo Zuyer que en una visita que realizo en Octubre de 1660, este al llegar a Comillas nos cuenta: “… Vio pequeñas lanchas de pescadores dedicados a la pesca de gran cantidad de besugos y que casi todo el año pasaban frecuentemente las ballenas por las aguas Comillanas, habiendo sobre los montes cercanos al mar una constante vigilancia para descubrir a dichos cetáceos cuando aparecían en lontananza y avisar seguidamente para que salieran los pescadores al encuentro de las Ballenas”
Este dato nos demuestra que la pesca de la ballena fue siempre de carácter costero empleando pequeñas embarcaciones besugueras o chalupas, esto obligaba a los hombres a permanecer día a día en vigilancia y en espera constante junto a sus embarcaciones hasta que el atalayero anunciaba la presencia de cetáceos, bien con señales de banderas o con humo.
Como así lo demuestra un documento sobre el Armador Baltasar de la Torre, y dice así: “… armador de la anterior Compañía tendrá a su vez que concertar con el concejo de Ruiloba donde estaba emplazada la atalaya de Trasierra, el uso de este puesto de vigilancia”, en este mismo legajo y al folio 175 aparece la “… obligación del Licenciado Baltasar de la Torre vecino de Comillas, de pagar al concejo de Ruiloba, por el sitio y atalaya de la garita de Trasierra del dicho concejo de Ruiloba 50 reales, porque en la costera de ballenas primera que viene de este presente año tengo de tener y poner una persona para el atalayero de las dichas ballenas, los cuales dichos 50 reales daré y pagare como queda dicho, el día primero del mes de marzo del año 1632, puestos y pagados en el dicho concejo que al presente lo es o lo fuere al tiempo de la dicha paga, libres de toda costa y a la mía so pena de el doble y costas, apostero día de Octubre de 1631”.
Otro Don Baltasar de la Torre (nieto del citado anteriormente) protagonizo este documento (que cito a continuación) que es el ultimo vestigio relacionado indirectamente con la industria ballenera en Comillas, que esta fechado en 1680, se trata de un expediente de carácter penal promovido por Juan Gutierrez, vecino de Comillas y padre de Andrea, por andanzas “non sanctas”. En una de las declaraciones testifícales se dice que “Hacia unos 15 o 16 días mas o menos, que la dicha Andrea Gutierrez fue a envasar un poco de ballena con la testigo a casa de Ángela González, madre de Baltasar de la Torre querellado, que lo habían de llevar juntas a vender a Campoo y la viéndolo envasar y estando para venirse con dicha grasa, la dicha Ángela Gutierrez envió con la testigo y la dicha Andrea Gutierrez a dicho Baltasar de la Torre a casa del dicho Juan Gutierrez y entraron todos tres en casa sin luz por que estaba ya en la cama el dicho Juan Gutierrez y la testigo salió de dicha casa donde estaban los susodichos y oyó que estaban retozando y cayeron sobre el pellejo de ballena que tenia la testigo y les hizo levantarse de encima de él porque no se le rompiese y después de lo referido vino la madre de la dicha Andrea Gutierrez con un candil y le dio la torta y se fue a su casa y la testigo a la suya…”
En referencia a estos atalayeros en nuestras costas los mas importantes fueron los de Trasierra y el de Oyambre, pero que a lo largo de la costa entre estas dos atalayas, existían pequeños puestos de vigía que su vigilancia no era tan constante, pero eran también de vital importancia para la localización de cetáceos; hoy en día existen de estos restos o vestigios que los hemos visto casi sin saber para que servían.Como ultimo con respecto a las ballenas en nuestras costas, solo deciros, que siento no poderos contar más sobre ello, relacionado con Ruiloba. Y aprovecho la ocasión para animar a algún comillano o a alguien que quiera a Comillas, para que investigue mucho mas a fondo entre sus archivos del Ayuntamiento o del Cabildo del puerto, que a buen seguro con paciencia y con el tesón que demostraron sus antiguos marineros en sus pleitos con los de San Vicente de la Barquera, podamos conocer mejor nuestra historia.
Por otro lado comentaros también, que el arte de la pesca en general, será otro tema que en algún momento esta revista os lo contara, yo he querido relataros lo de la ballena porque al estar investigando sobre este tema de la pesquería, me tope con este libro escrito por el Sr. Rafael González Echegaray, titulado “Balleneros Cántabros” (en el cual me he inspirado) y me impresiono mucho lo que en el dice en el Preámbulo sobre la pesca de las ballenas en nuestras costas de Cantabria, que continuación os cuento (resumido) lo que me impacto para decidirme a publicar primero este articulo sobre las ballenas, y dice así: “Que era necesario hacer una recopilación completa de todas las referencias documentales hasta hoy, mas o menos conocidas y el salvar el injusto olvido de la participación de los hombres de la vieja Cantabria por antonomasia, en la gran aventura de la ballena”……………………”Porque lo cierto es que hasta el presente los estudiosos, y por supuesto la corriente de opinión, han reservado en exclusiva el honor de la saga de la ballena para los puertos vascongados (franceses y españoles), y a lo mas que ha llegado es a ciertas condescendencias con los Asturianos e incluso con los gallegos, y esto es injusto, por cuanto no es absolutamente cierto”………………” Por eso conviene sacar del silencio histórico el quehacer en la pesca de la ballena por los marineros de las villas de la actual provincia de Cantabria, que participaban de forma tan destacada como los demás de la costa en esta colosal aventura”………………”Bien es verdad que en este silencio participan no solo los investigadores de las demás provincias Cantábricas, si no las de ella misma, ya que en definitiva a ellos corresponde el reivindicar parte de la gloria”.
Espero que hayáis disfrutado de este pequeño trabajo que dedico a los tolanos y a todos que quieran a Ruiloba. Por supuesto que el Sr. Rafael González Echegaray lo hace más extenso e intenso, pero solo he querido resaltar con preferencia lo de Comillas y Ruiloba como es natural.