Después de tocar brevemente la prehistoria en Cantabria mas bien relacionada con la zona de Ruiloba y antes de empezar a contaros cosucas sobre nuestro pueblo, repasaremos también brevemente la historia de los Cántabros desviando la atención en la medida que se pueda hacia la zona de Ruiloba. Aunque casi nada hay de esta época de esta zona, pero quiero hacer este pequeño repaso a los Cantabros porque su historia también es la nuestra y de paso ir influyendo en vosotros para que posteriormente entendáis muchísimas cosas de la historia de Ruiloba.
No sabemos exactamente cuándo empezaría la historia en Ruiloba, pero lo que sí sabemos es que en el siglo VIII a.c. como estaba habitada Europa, la Península Ibérica la poblaban los Iberos, en el centro y norte de Europa la poblaban los Celtas y mas allá de las Rusias la poblaban los Eslavos, y fue a partir de esta época cuando las invasiones indoeuropeas se hicieron mas patentes y definitivas
Los iberos lógicamente tenían la influencia de las emigraciones durante miles de años procedentes de África y la parte de Italia, Grecia, etc., los griegos fueron los primeros que tuvieron conocimiento de la Hispania, basándose seguramente en informaciones de navegantes que desde mediados del siglo VII a. c. que reconocían navegando las costas meridionales y orientales de la Península.
Pero la península también sufrió la influencia y la inmigración de los pueblos indoeuropeos más concretamente de origen Celta y estos a su vez donde más influencia dejaron fue en el norte de la Península. Este substrato indoeuropeo arcaico conservo mejor todo su primitivismo en las zonas Atlánticas y Cantábricas donde tuvo mayor incidencia la cultura del Bronce Final Atlántico (desde 1250 a 900-700 a.c.), ste substrato en el siglo VI a.c. fue absorbido por la expansión de la cultura Celtibera.
No obstante hay que decir que los grupos lingüísticos que existieron como llamados “antiguos europeos” deban ser relacionados con otras fases mucho más antiguas de la Protohistoria. Cabe pensar que los centroeuropeos que aparecen en la Península en el Calcolítico y el Bronce Pleno, tal vez deriven de las poblaciones alpinas de Cantabria, Asturias y Galicia. Sin embargo, el proceso del que surgirá el pueblo Cantabro parece iniciarse en el Bronce Final (1100-900 a.c.), a esta fase corresponden una serie de hachas de talón de una y dos anillas. Como ya sabemos en Ruiloba aparece una de estas hachas, pero con la diferencia de que estas son sin nervaduras y con la garganta poco marcada, situándola ya en una fase mas avanzada del Bronce Final II (900-800 a.c.) o quizás del Bronce Final III (800-700 a.c.)
Época prerromana en Cantabria
Lucio Anneo Séneca “el Filosofo” explicaba las similitudes de algunas palabras de los Corsos con la de los Cántabros por una entrada en la isla de Córcega de gentes Hispanas. Esto es interesante porque pone a la lengua de los Cántabros como ejemplo de lengua Hispana, de lo que deducimos la similitud de la lengua de los cántabros con los de su entorno. Decía Mela “entre los cántabros hay algunos pueblos y ríos cuyos nombres no pueden ser expresados en nuestra lengua”.
Antonio Tovar fue el primero que investigo sobre la lengua Cántabra en la época Prerromana que concluyo el carácter básicamente indoeuropeo en la que se detecta una evidente Celtización que la sitúa en el año 1000 a.c. Es muy posible que la escritura llegara mucho antes a le península, pero debido a la cordillera Cantábrica de difícil acceso llegaría más tarde, ya con los Celtas. El mismo termino étnico “Cántabros” esta formado por la raíz Celta *Kant- (roca, piedra, peñasco) y el sufijo *abr- (tribu, pueblo), por lo tanto, los Cantabros son “el pueblo que habita en los “peñascos” o “montañeses” En Cantabria se han encontrado importantes emplazamientos correspondientes al periodo Bronce Final/Hierro. Este típico poblado indígena o “castro” no era otra cosa que una aldea fortificada que se asienta sobre un alto. El recinto esta amurallado, tiene planta circular o elíptica, las casas en el interior son muy pobres y apenas si se hallan ordenadas con sentido urbano.
J. Carballo ha distinguido en Cantabria dos tipos de castro el de grandes dimensiones, que aparece en la meseta la zona sur de Cantabria, , y el castro pequeño casi como si fuera solo una atalaya, sobre un pequeño monte escarpado siendo muy frecuente en la parte baja de Cantabria , o sea, la zona costera
El primero de estos emplazamientos es el de castro de Pico de la Campa en el mismo nacimiento del Ebro (Argüeso-Cantabria). En la vertiente costera se conocían pocos castros de la Edad del Hierro, pero esto esta cambiando debido a las exploraciones sistemáticas en los últimos años, pero todavía es pronto para establecer cronologías precisas para estos castros descubiertos.
En un estudio que realizo el Sr. Miguel Ángel Fraile cita a 74 castros (hoy en dia serán mas) entre los que se hayan algunos inéditos. Este estudio está basado exclusivamente al Sur de la Cordillera (norte de Burgos y Palencia, y sur de la actual Cantabria). El Sr. José Avelino Gutiérrez González cita otros 19 más de la zona Sur de Cantabria y aparecerán más en territorios todavía inexplorados de la antigua Cantabria. Sin embargo la información es escasísima en lo que se refiere a la vertiente costera, pero como ya decíamos esto va cambiando paulatinamente.
Pero a medida que avanzaba el tiempo estos castros se fueron perfeccionando en la defensa y aparecieron otros nuevos, el poblado Cántabro más conocido de aquel periodo es el de Celada de Marlantes (Campoo de En medio, Cantabria) siglos II y I a. c. donde se encontraron los denarios celtiberos de Turiaso, uno de ellos de los años 100-80 a. c.En la fase más tardía del Celtiberismo cántabro fue truncada violentamente por la invasión de los romanos. Este momento está representado por el imponente castro de la Ulaña (Humada, Burgos) este páramo está ubicado a 20 Klm. al norte de Villadiego y a 4,5 Klm. al este de los acantilados de Amaya, midiendo este castro unos 5,5 Klm. de largo por un 1 Klm. de ancho.
Ya en la vertiente costera hay que destacar la necrópolis del Puyo (Miera), de los restos encontrados el C-14 los data del año III a. c., por supuesto que en la vertiente costera se conocen más castros pero estan insuficientemente estudiados y algunos de ellos en un abandono total. Entre estos castros costeros se encuentra el más cercano a nosotros que es el de Peña Castillo (Comillas). Este castro era de los de dimensiones pequeñas y fue explorado por V. Calderón de la Vara, tenía dos murallas de piedra suelta, asentada sobre la roca. El recinto interior solo media 25 por 10 metros.
A excepción de estos castros o poblados indígena-romanos, la mayoría de los yacimientos costeros corresponden a cuevas de enterramiento de la Edad del Hierro (solo en Cantabria se conocen 59 yacimientos de este tipo), como la Cueva de las Cáscaras encontrándose también cerámicas celtibericas que datan de los años I a.c.- I d. c.
Con respecto a la subsistencia de estos castro en la época romana, hay que decir que, en la mayoría de los casos, apenas si se encuentra restos de aquella época, esto nos indica que una vez pacificado el país, estos fueron abandonados y sus gentes se establecieron en el fondo de los valles creando pueblos y ciudades que los romanos les iban inculcando. Pero que esto no sería motivo para que en ciertas ocasiones volvieran a ser frecuentados, sobre todo con las invasiones germánicas, como nos dice Hydacio.
Y tampoco llegaron a tener nunca la importancia como en la época prerromana, estos datos los han dado la Arqueología, que se haya de acuerdo con lo que sabíamos por la Historia, nos dice Echegaray.
Los primeros testimonios escritos que aparecen de los cántabros datan del siglo II a.c., esta referencia la hace Cantón el Viejo en sus escritos en la campaña contra los Celtiberos en el año 195 a.c. en su libro “Orígenes”, que nos dice también del nacimiento del Río Ebro en el país de los cántabros. También Lúculo nos menciona a los Cántabros en el año 151 a.c. Cuando se les nombra tomando parte en un conflicto bélico, en esta ocasión apoyando a los vacceos. Posteriormente, en el año 137 a.c. cundió el pánico entre el ejercito de C. Hostilio Mancio que asediaba Numancia, al difundirse la noticia que los Cántabros acudían en socorro de los Numantinos, el cónsul inicio una retirada vergonzosa, tal era la fiereza de Cántabros que el solo hecho de oír su nombre causaba pánico. Nos cuenta Silio Itálico que los cántabros estuvieron presentes en las guerras Púnicas al lado de Aníbal en Italia en el año 218 a.c. “los primeros de todos eran los Cántabros, resistentes al frío, al calor y al hambre, capaces de dominar cualquier obstáculo”. El poeta Juvenal nos habla del asedio a Calahorra en el año 72 a.c. Explica y trata de entender los actos de canibalismo que se produjeron en el interior de las murallas, y en ese momento cita a los Cántabros como defensores de las mismas. Antes de las guerras contra Roma en el año 56 a.c. Hay referencia de tropas Cántabras luchando al lado de los Aquitanos, nombrados por el propio Julio Cesar quien los nombra como los ayudantes de los Aquitanos en la guerra de las Galias. Todos estos historiadores romanos nos dejaron estas ráfagas sobre los Cántabros. Pero no es hasta el año29 a.c. cuando ya hay mayor referencia de los Cántabros debido al inicio de las Guerras Cántabras contra Roma que duraron desde el año 29 a.c. hasta el año 19 a.c. Estrabón nos dice: Antes de la expedición de Broútos no tenían mas que barcas de cuero para navegar por los estuarios y lagunas del país; pero hoy usan ya de bajeles hechos de un tronco de árbol, aunque su uso aun es raro. Además desconocían la moneda, dice Estrabón: En lugar de moneda practican el intercambio de especie o dan pequeñas láminas recortadas de lata.
Echegaray nos dice: Hoy se está en condiciones de afirmar que existía algún comercio en la costa con las naves que venían de Francia e Inglaterra, utilizando en ocasiones la moneda Ibérica acuñada en otras partes de España, como así lo afirman hallazgos numismáticos en el país. Pero los cántabros es evidente que no eran dados al comercio.
Bien este capítulo de la historia de los cántabros en su época prerromana está bastante escrita por publicaciones de distintos Historiadores que en ocasiones mantienen algún tipo de diferencias, por lo tanto recomiendo que los leáis verdaderamente es apasionante la historia del pueblo Cántabro… eso sí, comprobar siempre que sea lo último publicado pues es la única manera de estar más cerca de lo verdadero.
Así que seguiremos centrándonos en lo nuestro y hablar de Ruiloba es hablar del pueblo Cántabro, solo me referiré a hechos muy concretos que son relevantes y nos hablan de la fiereza del Cántabros y de su vida socio-política
GUERRAS CANTABRAS
Por desgracia no hay ninguna referencia de todos estos años y mucho menos del pueblo Tolano (Ruiloba). Pero tomaremos como nuestra la historia del Pueblo Cantabro como NUESTRA ya que no puede ser de otra manera, y poco a poco ir especulando y racionalizándolo para introduciremos en ellos a pies juntillas. No se trato de hacer historia para eso ya la escriben los historiadores y la siguen escribiendo, pero les voy a utilizar para seguirles los pasos a los Tolanos en lo que sea posible.
De todos los pueblos y tribus que vivían en la Península Ibérica a la llegada de los Romanos el que más sobresalía era el pueblo Cántabro, no era por su cultura, ni tampoco por el poderío ante los demás ni tampoco por su prosperidad y economía, si no por su carácter guerrero, su resistencia a ser dominada y su arraigo a la independencia. El poeta Horacio les denominaba “bellicosus” y en otra ocasión se refirió al pueblo Cántabro como “no enseñados a llevar nuestro yugo”.
La primera noticia segura sobre el comienzo de la guerra a gran escala contra las gentes del norte hay que referirlas al año 29 a. c. Y fue una alianza entre los vacceos y los cántabros y astures. Estos los vacceos menos guerreros pero más ricos con el trigo y los cántabros más pobres pero guerreros, así que la alianza fue perfecta. Aunque es verdad que estos nunca se llevaron bien y así lo aseguran Floro y Osorio, dice, los cántabros cuando no estaban liados en otras guerras, saqueaban los fértiles campos de los vacceos
Se ignora toda clase de detalles de la guerra del 29, salvo que, los romanos se proclamaron vencedores al mando de Estatuilio Tauro, pero lo que no parece probable es que se internara en la cordillera donde se refugiaron cántabros y astures. Pero fue tan precaria esta guerra que al año siguiente se reanudo y Orosio nos dice que en aquel año, en el IV consulado de Augusto hubo guerra ya en Cantabria. También hay constancia que ese mismo año el 26 de mayo. Calvisio triunfo en “ex Hispania”.
Al principio parece ser que algunos autores ya clásicos como Floro, englobaron a Galicia como territorio cántabro dejando dentro también a los astures, pero todo esto lo desbarata los textos de Estrabón que es inmediatamente posterior a la guerra, como veremos más adelante. De esta guerra cántabra no voy a entretenerme demasiado en ella por entender que esto tenéis que leerlo vosotros pues es muy interesante e imposible de plasmarlo aquí.
Nos cuenta Dion: “Irritase tanto (Augusto) al principio contra un tal Corocotta, bandolero cántabro muy poderoso, que hizo pregonar una recompensa de doscientos mil sestercios a quien lo apresase; pero al presentase espontáneamente, no solo no le hizo ningún daño, sino que encima le regalo aquella suma”. Augusto sabe que es un caudillo pero le llama bandolero en forma despectiva. Estuvieron con Augusto aquí en Cantabria luchando, sus hijos Tiberio y Marcelo, jóvenes ambos de solo dieciséis años. De Tiberio se sabe que ostentaba el cargo de tribuno. Suetonio en la biografía de Tiberio nos cuenta una curiosa anécdota “Tiberio era muy dado a la bebida, hasta el punto de que, estando en Cantabria, la tropa le llamaba, como mote: “Biberius Caldius Mero” en lugar de “Tiberius Claudius Nero”. Biberius= beber, Caldius= bebida caliente, Mero= vino. Marcelo y Tiberio fueron, asimismo, designados ediles de los campamentos para celebrar las fiestas de la victoria.
Cuando los cántabros fueron vencidos en todas las ciudades de la mesta se retiraron a las montañas, a la cordillera cantábrica. De ese hecho Floro nos habla de lo inaccesible de aquellas alturas, hasta el punto de que los indígenas se sintieron seguros, porque-pensaban- “”antes subieran allí las olas del mar, que las pesadas legiones de roma””. Osorio nos cuenta el fin de esta proeza, pues los romanos cercaron la sierra ocupando todos los valles, y cuando llego el invierno, el hambre, el frió y la necesidad hicieron perecer a la mayoría..
Por otro la do Orosio y Floro nos hablan que los romanos también invadieron por mar, concretamente en Portus Blendium (Suances), cogiendo por sorpresa a los cántabros. Desembarcaron tropas y provisiones, y crearon un corredor para las tropas y suministros hasta la ciudad de Aracillum (hoy Aradillos) siete Klm. al norte de Reinosa que coincide con la descripción romana situándola a cinco millas de Iulobriga. Esta se vio entre dos fuegos, siendo el último baluarte cántabro de la meseta en caer. Los viejos campamentos fueron transformados en ciudades y donados a los bárbaros, a quienes prudentemente se les hizo habitar en el llano, todo esto sucedía por el año 25.Estrabón nos cuenta las penalidades que tuvo que sufrir el ejército, especialmente una plaga de ratas que ataco a los vivieres y produjo una epidemia hasta el punto que hubo de dar a los soldados una prima, de acuerdo con el número de ratas capturadas.
Después los romanos siguieron con la conquista penetrando hasta la costa y entere posibles derrotas aplastantes sobre los cántabros, sublevaciones gloriosas de estos y pequeños intervalos de paz llegamos al año 20, donde Augusto manda a su mejor general para que termine la dominación total de los cántabros ya que en el año 22 habían sido doblegados, pero el espíritu indómito, guerrero y el amor a la independencia todavía estaba en sus corazones en todo su esplendor. Este general no era otro que Agrippa, pero su labor fue penosa en extremo, pues la fiereza desesperada del enemigo y las irregularidades del terreno, hicieron que la tropa se desmoralizase con tanta lucha estéril. Los cantabros para ellos, nos dice Dion “tenían a los cantabros como gente invencible”, y, lo que es peor, añade que los soldados ya “no obedecían a su general”. La contienda se hizo tan desfavorable para el ejército romano que se tomaron medidas muy drásticas, castigándolas duramente. Así, por ejemplo, una legión entera, probablemente la I, que llevaba el nombre de Augusta, tuvo prohibido en adelante llevar el nombre del emperador. Estas medidas surtieron efecto y el enemigo acabo siendo derrotado muy duramente y salvajemente por los soldados romanos, Estrabón cuenta verdaderas escenas espeluznantes.
Así pues ya nos plantamos en el año 19 a. c., que es el año en que se pueden dar por terminadas la gran guerra.
Estelas Cántabras:
Las estelas hay que tomarlo como un capítulo aparte solo dedicadas a ellas, pero tampoco empleare mucho en ellas pues a Ruiloba les toca muy de lejos y además como siempre repetiré que os aconsejo su lectura.
alfarero con la marca de esta legión. Pero como decía anteriormente a el cántabro nunca agacho la cabeza del todo si no todo lo contrario, y aunque parezca mentira después de tres años de sumisión en el año 16, vuelve a hablarse de insurrecciones cántabras, pero estos desordenes fueron fácilmente controlados. Después ya vinieron los ansiosos años de paz y de romanización, digo ansiados por los romanos pero también por grupos de cántabros, pero no así de todos.
La Regio IV permaneció aquí en Cantabria como tropa de guarnición durante medio siglo aproximadamente, pues en el año 39 d. c. ya la vemos peleando en Germania enviada allí por Caligula. Después de la marcha de esta legión, Cantabria quedo descuidada desde el punto de vista militar, pero aún quedaban las Legios VI y X que vigilaban todo el norte de España. En el año 63 d. c. la Legio X fue destinada al Danubio, quedando la Legio VI a cargo de todo el norte de España. A partir de aquí se suceden una serie de hechos pero todos ellos relacionados con la historia de Roma, aunque como es sabido España y en particular Cantabria de alguna manera estaba involucrada, pero que no vamos a tocar aquí porque no es el caso y seria desviarnos mucho del tema cántabro. Además de este periodo de Romanización de Cantabria hablaremos pero dedicándole una edición aparte, pues aunque casi nada hay de restos de los romanos en Ruiloba, esto ya sería estudiarlo más a fondo y en el terreno ínsito. Así pues pasaremos por alto todos estos años que son verdaderamente apasionantes, yo os haría un resumen gustoso, pero no es el caso, por razones que ya cite inmediatamente anterior.
Comentario final:
Como ya hemos visto la historia escrita de Cantabria empieza en el siglo II a. c., hacia el cambio de Era los documentos históricos se multiplican especialmente con motivo de la gran guerra Cántabra. Las referencias prosiguen a lo largo del Imperio y después de las invasiones germánicas nos dice Echegaray: “”Creemos que la historia del antiguo pueblo Cántabro como tal debe de finalizar con la invasión Árabe en los comienzos del siglo VIII. Acaso la conquista de Amaya por Tarik en el año 712 puede considerarse simbólicamente como el fin de la historia de la Cantabria Antigua, o tal vez la subida al trono de Alfonso II, quien rompiendo con el sentido primario de la sublevación de Astures y Cántabros contra el imperio de Córdoba, pretende vincularse a la tradición visigoda y reconstruir en Oviedo el viejo reino de Toledo, con lo que indica de alguna forma la idea de la Reconquista””.
La Cantabria antigua concluye con la invasión musulmana después de casi un milenio de historia, y esto no tanto por el hecho mismo de la conquista que aquí fue muy parcial y apenas sin importancia, sino más bien por la inmigración de elementos visigodos e hispano- romanos procedentes de la meseta que vinieron a refugiarse en estas montañas y que con sus aportaciones, sobre todo culturales, cambiaron el sesgo y la vieja trayectoria del pueblo cántabro. Y esta es una de las diferencias que median, por ejemplo, entre la historia de los cántabros y los vascos, pues sabido es que estos últimos prologaron su existencia como tal pueblo algunos siglos más que los cántabros.
Hay algunos hechos o pasajes históricos de la historia de ""Los Antiguos Cántabros"" que como nos dice Echegaray es en el año 712 d.c. cuando puede considerarse el final de estos bravos cántabros, que son muy interesantes y en los cuales Ruiloba esta involucrada en mayor o en menor medida, pero ha estos hechos o pasajes les dedicare un capitulo aparte
En fin este es un pequeño comentario sobre los cántabros, no es un relato histórico específico sobre Ruiloba, aunque en un par de casos si nos involucra y otro par muy cerca de nosotros, pero vale perfectamente pues también es nuestra historia, la historia de los antiguos cántabros.
El testimonio más importante del pueblo cántabro en la edad de hierro, son sin lugar a dudas las estela gigantes discoideas encontradas principalmente en Lambera y Barros (Buelna) y en Zurita (Piélagos). Básicamente son monolitos de piedra de unos dos metros de diámetro todas ellas talladas, en su ornamentación habitual figuran esvásticas, trísqueles, cruces, hélices, aspas, guerreros o representaciones funerarias prerromanas. En Cantabria hay numerosas estelas de distintos tamaños, sin embargo las más conocidas son las estelas gigantes y las mas representativas, hasta el momento solo se han encontrado cinco todas ellas en el valle de Buelna.La más famosa de ellas es la estela de Barros, que actualmente forma parte del escudo de Cantabria. En 1999 entre los cimientos de una ermita se ha encontrado otra. En Zurita se ha encontrado otra, pero de esta se sabe, fue transportada hasta allí y que la piedra es la misma empleada por las de Buelna, además esta estela de Zurita no solo está decorada con el símbolo solar, si no, que por la otra cara tiene escenas de guerreros. En Lombera se han encontrado dos estelas, la peculiaridad de estas son, que los brazos espirales cinco en ambos casos se orientan a derecha en una de ellas, y a izquierda en la otra, así pues no son iguales, son asimétricas.
Cuál era el significado de estas estelas?, aun está por descubrirse, perece ser o se especula que serían monumentos funerarios o marcas de lugares sagrados. Lo único que parece claro es que se relacionan con el culto al sol, que se ha dado en las antiguas culturas europeas . Las demás estelas encontradas en Cantabria, son de dimensiones más pequeñas y todas ellas atribuibles a la alta edad media, bajo el dominio visigodo, y sus grabados también cambiaron de forma notable, con tendencias religiosas.
La paz romana:
Cuando las legiones romanas se asentaron definitivamente en territorio
cántabro y empezaron a llegar novedades del mundo civilizado que elevarían el nivel del cántabro, como la construcción de puentes, ciudades, carreteras, puertos y la facilidad para tomar contacto con la lengua latina y la lección recibida con la guerra, las crueles condiciones impuestas por los romanos y una cultura que se les imponía, quisieran o no.
El pueblo cántabro fiel a su cultura, tradición y su espíritu, no fueron estos suficientes estímulos para caer totalmente bajo el yugo romano, que por otro lado era una terquedad falsa de sus principios. Se es sabido que algunos si acataron y se beneficiaron con la sumisión a Roma, pero el pueblo como tal no consintió en
ello. Para obligar a cumplir las condiciones de la victoria a los indígenas, asegurando el orden en el país y empezar la romanización, quedo la Legio IV Macedónica acuartelada en su campamento fijo cerca de Aguilar de Campoo, aunque es probable que dejarían algún destacamento más al interior como es el caso de Pisoraca (Herrera de Pisuerga), donde han aparecido sellos de