La casa de huéspedes y el mirador del río están conectadas por una alameda formada por 45 árboles de caoba, una de las maderas más finas de Colombia y ya casi extinguida en estado silvestre. Las áreas de jardines tienen una colección de palmas que incluye 130 especies diferentes. Hay además varios árboles ornamentales: caracolí, cedro, ceiba, guayacán, tambor, samán, bambú malayo, guamos, y numerosas especies de frutales: arazá, copoazú, badea, madroño, champo, chupo, almirajó, borojó, uva caimarona, naidí, sietesabores, almendro de la india, pitahaya, algarroba, corozo, mararay, árbol del pan, chontaduro, noni, sapote, pomarroso, guanábana, anón, aguacate, coco, maracuyá, mamoncillo, níspero, papaya, papayuela, mandarina, naranja, guayaba, guayaba agria, limón, banano, plátano, murrapo, guineo, cacao, uva, chachafruto y macadamia. Hay varios tubérculos para consumo doméstico: yuca, ñame, bore, mafafa; y un Huerto de Plantas Aromáticas, Medicinales y Mágico-religiosas, con albahaca virgen, albahaca clavo, limoncillo, citronela, romero, toronjil, cordoncillo, jengibre, cardamomo, yerbabuena, flor de Jamaica, coca, marihuana, yagé, yopo y muchas otras.
La zona alrededor de las casas está rodeada por cercas vivas formadas por muchas especies de plantas, que constituyen corredores de vida por los que circula la fauna silvestre desde el bosque y el río hasta los alrededores de las viviendas, y se comunica con el bosque de la quebrada La Coqueta. Este tipo de corredores de vida en los linderos hace que la finca sea visitada por muchos animales interesantes que no se encuentran en las fincas que tienen otro tipo de cercas. Así, por ejemplo, en la finca es común observar guatines, armadillos, micos nocturnos, zorros y cuzumbos. La finca cuenta además con un inventario de 150 especies de aves silvestres debidamente catalogadas con sus nombres científicos y comunes, y tres afiches en los que están ilustradas todas ellas, una herramienta de gran utilidad para los observadores de aves y otros amantes de la naturaleza