Publicado en El Pais Abril 12,2009
Clara Zawadski tenía dos grandes amores: el primero su familia y el segundo, el periodismo que ejerció desde niña.
“Nunca he podido entender por qué los multimillonarios buscan tener, desesperadamente, más ropa de la que alcanzan a ponerse y más camas que en las que pueden dormir”. Con estas palabras Clara Zawadski inició ‘Madoff, no te aparezcas’, la última columna Telestar que escribió para El País y que fue publicada el pasado 26 de marzo. Ahí, mientras repudiaba la insensibilidad que tuvo Bernard Madoff para despojar a miles de personas de sus bienes, dejaba en evidencia ese espíritu solidario y esa sed de justicia que la acompañaron hasta sus últimos días.
‘Clarita’, como sus familiares y amigos la conocían, falleció en la madrugada del jueves 9 de abril, a los 82 años, víctima de una complicación hepática que desde hace un tiempo la aquejaba, pero que nunca le impidió ser esa mujer altiva y contestataria que tantos admiraron.
Una de las personas que mejor la conoció fue Álvaro H. Caicedo, fundador y ex director del Diario Occidente, quien tenía con Clarita vínculos familiares, afectivos y profesionales. “Admiré en ella-- dice Álvaro H.-- ese valor infinito que tenía para defender sus ideales. Era una persona entregada, con información fidedigna de todo lo que estaba ocurriendo en su entorno y, en general, en la nación y en el mundo. Por sus lecturas había obtenido un inmenso bagaje intelectual que venía a reforzar todos esos aprendizajes adquiridos en su infancia, en su propia casa”, recuerda.
"Si alguien lastimaba a su familia toda la valentía y la fortaleza que tenía se convertían en fragilidad y debilidad". Francisco Castro, hijo de Clara Zawadski. "Uno de los sueños que no pudo cumplir fue viajar a Polonia, tierra de su bisabuelo, a buscar las raíces de su familia”. Alberto Castro, hijo de Clara Zawadski. "Siempre estuvo inmersa en los asuntos de Cali, sobre todo en aquellas manifestaciones relacionadas con el arte y la cultura”. Álvaro H. Caicedo, fundador del Diario Occidente.
Palabra de mujerClara fue una mujer atípica para su generación. Desde niña sorprendió con sus habilidades musicales, pues a los 5 años ya daba recitales de piano en el Teatro Municipal y se perfilaba como una gran concertista. Sin embargo, por sus venas corría sangre de periodista: su padre, Jorge Zawadski, fundó y dirigió durante muchos años el periódico ‘El Relator’, en el que ella se inició a la temprana edad de 14 años. Alberto Castro, el menor de sus tres hijos, recuerda que “Clarita leía de todo y hablaba de todo. Los que hacíamos parte de su lista diaria de llamadas no teníamos la necesidad de ver noticieros; ella siempre nos ponía al tanto”. Ese conocimiento la llevó a opinar con fundamentos sólidos sobre el diario acontecer. En sus columnas todos los temas tenían cabida. Desde la política colombiana y sus aristas, hasta las novelas que tanto disfrutaba, pasando por las causas sociales que solía apoyar. Para el escritor y columnista Álvaro Burgos, Clara Zawadski era una mujer profesional y dedicada. “Tuvo una juventud muy movida, porque desde muy niña viajó y conoció muchos países. Fue una mujer encantadora, muy autónoma, con una personalidad recia, fuerte y ante todo, una mujer muy gentil”. Esa personalidad fuerte se tornaba frágil ante sus hijos y nietos. “La familia era su fortaleza y al mismo tiempo su gran debilidad. Se sentía depositaria de toda la responsabilidad, de todo lo que nos pasara”, recuerda su hijo Francisco Castro. Fueron, precisamente, dos trágicos hechos ocurridos en su familia los que pusieron a prueba esa fortaleza. El 20 de diciembre de 1995, su nieta Isabel perdió la vida en el accidente del avión American Airlines que se estrelló contra el cerro San José, en Buga. Durante varias semanas, Clara encontró en la escritura la manera de comunicarse con esa joven de 17 años que ya no estaba a su lado. Con el tiempo, esas notas se transformaron en ‘Diario de una Pena’, un conmovedor relato en el que expresó su dolor por tan valiosa pérdida.
Años más tarde la tragedia volvió a su vida. Su hijo Armando sufrió un derrame cerebral que lo llevó a la muerte, sumiendo a la escritora en una enorme pena que desfogó de a poco a través de sus columnas de opinión. En esas líneas, lamentaba su pérdida y hablaba del día en que nuevamente se reuniría con sus amados Isabel y Armando.
Ese día llegó, y de seguro Clara ya se encontró en la otra dimensión con esos seres que tanto amó. Y ahora podrá disfrutar su compañía por el resto de la eternidad.
En sus propias palabras
"Le producía mal genio la incompetencia, la mentira, la mediocridad y la hipocresía. Siempre fue una mujer transparente y legítima". Francisco Castro, hijo de Clara Zawadski.
"Clara Zawadski era una mujer refinada, a la antigua, que siempre se refirió de manera generosa a las personas”. Álvaro Burgos, escritor y columnista.