Entre los siglos XII y VIII a.C. tras la desaparición de la civilización micénica, transcurrió la llamada época oscura, un periodo del que no se tienen testimonios históricos. A partir del siglo VIII a.C. los griegos se fueron agrupando en polis, que eran ciudades con un gobierno, unas leyes y un ejército propio. Por eso se dice que las polis griegas eran ciudades-estado.
En un principio las polis estaban gobernadas por jefes locales, por lo que la participación del pueblo en el gobierno de la ciudad era muy limitado. Después el poder paso a manos de los más ricos, que formaban una minoría privilegiada. Los ricos se denominaron a sí mismos aristoi, que significaba "los mejores". De ahí viene la palabra aristocracia "gobierno de los mejores". Esparta fue el mejor ejemplo de polis gobernadas por la aristocracia.
Durante el siglo VI a.C., el crecimiento de la población y la escasa productividad de la tierra provocaron un periodo de crisis y revueltas populares contra los "aristoi". Fueron los inicios de un proceso que culminó con la aparición de la democracia. Atenas pasa a ser el mejor ejemplo de polis con gobierno democrático.
Entre los siglos VIII y VI a.C., Grecia vivió un periodo de crisis. La población creció mucho, pero como el suelo era poco fértil no podía alimentarse correctamente. Además la mayor parte de las tierras estaban en manos de una minoría rica, mientras los campesinos eran muy pobres. En estas circunstancias, muchos griegos emigraron y fundaron numerosas colonias por todo el Mediterráneo.
Las colonias eran comunidades independientes, aunque mantenían los dioses, las costumbres y la organización de la polis de la que procedía su población. Se establecieron cerca de la costa para facilitar el trasporte y el comercio. También buscaban una colina donde ubicar las ciudades, para poder defenderlas mejor, con agua y tierras fértiles cercanas.
Esta expansión griega se desarrollo en dos oleadas:
Entre el 750 y el 650 a.C., los griegos fueron hacia el oeste, se asentaron en las islas y costas del mar Jónico, Sicilia, el sur de Italia, Francia, Libia, y el sur y el este de la Península Ibérica.
Entre el 650 y el 550 a.C., los griegos se expandieron hacia el este y fundaron colonias en las costas del mar Negro.
Como consecuencia, los griegos entraron en contacto con otros pueblos, como los fenicios, los etruscos y los egipcios. Además, el establecimiento de estas colonias sirvió para extender la civilización griega más allá de sus fronteras.