Osvaldo Cerone, un pionero en la materia en nuestro país nos cuenta a continuación, la hazaña realizada hace 30 años.
Sin ser una gran distancia, se convirtió en el primer récord a nivel nacional con un modelo R/C.
Todo comienza con algunos vuelos de prueba en distancia realizados durante los años 1973 y 74 con un Buzzard (modelo de vuelo libre equipado con R/C).
A mediados de 1974 el entonces Brigadier Graffignia, decide proponer a las entidades aerodeportivas de la ciudad de Rosario, que preparen algún tipo de evento y/o emprendimiento en conmemoración de la Semana de Rosario, que pudiera darse a publicidad. A raíz de la solicitud anterior y después de varias conversaciones con los hermanos Leys comencé a pensar en la idea de realizar un trayecto de varios kilómetros con un modelo radiocontrolado.
Con la idea en mente, consultamos el reglamento FAI sobre récords relativo a distancia ya que nuestra idea era poder oficializarlo. Optamos por recorrer unos 100 Km. Esta es la distancia que tenemos por autopista desde Rosario a Coronda. Nos pareció un trayecto prudencial y lógico por ser la primera vez que lo intentaríamos.
Luís Leys se encargó del diseño y construcción del sistema de combustible. El mismo estaba compuesto por un tanque principal de un litro de capacidad y uno menor que oficiaba de “nivelación” para estabilizar la marcha. El principal disponía interiormente de “tabiques” divisorios (rompeolas) con agujeros en la parte inferior, para evitar que el fluido se bamboleara de un lado a otro y desestabilizara el modelo.
El motor “succionaba” del de nivelación, el cual estaba conectado con el principal mediante un caño. Como se vio luego, el mismo funcionó correctamente durante todo el trayecto. Respecto de la capacidad de combustible, estimábamos, que para cubrir los 100 km eran necesarios unos 800 – 900 cm3. Por eso optamos por hacerlo de 1 litro.
Una vez que Luis tuvo probado el tanque de combustible, yo me dedique a diseñar el modelo. El mismo era del tipo convencional, ala alta, perfil tipo Clark Y. El fuselaje debería contener en su centro el inmenso sistema de alimentación, por lo cual se lo dibujó “alrededor” del mismo. Esto obligó a colocar servos y receptor detrás del ala. Solamente se colocó adelante, el pack de pilas para equilibrarlo.
Estaba construido íntegramente en balsa, con chapas en la sección delantera de motor y tanque, y varillas hacia la cola. El ala de tipo convencional, poseía alerones y era del tipo D-Box. Todo el conjunto estaba entelado en Silskspan y protegido con dope proofer. Para comandarlo utilizamos un equipo Futaba de 5 canales, simplemente porque era el que disponía. Para la motorización pensamos originalmente en un Merlín de 2 bujías, pero al no conseguirlo, optamos por un Enya 19 usado en perfectas condiciones de marcha. La cilindrada nos pareció adecuada si tenemos en cuenta la relación de modelo-consumo-tanque de combustible. El mismo se lo usó en estado original y sin modificaciones.
Otro gran tema fue encontrar la hélice adecuada. Después de muchas pruebas, encontramos una Top Flite 10x3,5 de nylon que se adaptó perfectamente, siendo esta la hélice usada en el vuelo.
Mientras construíamos el modelo, nos pusimos en contacto con Eliseo Scotto, Director del Centro Técnico, (en ese entonces existía en Córdoba el Centro Técnico de la FAA) para que nos informara cual era el procedimiento a seguir para que el vuelo pueda ser homologado como récord FAI.
A tal efecto, elevamos la nota correspondiente, solicitando el intento de record. La misma contenía toda la información sobre el plan de ruta, modelo, motor, características , etc.
Luego de esto, el Centro Técnico designo dos Oficiales Deportivos que harían de veedores del intento, según lo pide el Reglamento FAI.
Luis y Marcelo Leys, fueron designados a tal fin.
Faltando unos 3-4 días para el intento, nos informamos de las condiciones meteorológicas que se esperaban para ese fin de semana. Recuerdo que se esperaba un frente de tormenta que se desplazaría de Sur a Norte. Como es habitual, después del mismo y pasada la tormenta tendríamos un viento fuerte desde el Sur que nos favorecería el vuelo.
El equipo de viaje estaba formado por 3 autos. Un “observador” en primer lugar con la misión de observar y escuchar la marcha del modelo. Luego vendría el de “control” donde iría el piloto que comandaría el modelo y uno de los oficiales Deportivos que controlaría que el vuelo fuese comandado por la única persona autorizada. Detrás de todo estaba el tercer auto en donde iría el segundo oficial deportivo.
Se usó este último vehículo, con el fin de tenerlo de reserva. Esto nos pareció necesario si algunos de los vehículos sufría alguna avería o pinchadura de goma.
Llegó el día previsto, Jueves 24 de Octubre de 1974. Nos encontramos a las 15hs en el primer puente al inicio de la autopista para así comenzar el raid. Decidimos aprovechar la altura de la que disponíamos (unos 5-6 metros) para poder lanzarlo a mano. Optamos por esa forma de lanzamiento (el reglamento lo permite), debido a que a pesar de haber volado el modelo en varias oportunidades, nunca lo habíamos intentado con el tanque completo. El mismo estaba en el orden de los 3599 gramos
Puse el motor en marcha a unas RPM medias. El Sr. Malervi (mecánico) fue el encargado de tirar el modelo desde el costado del puente. Ya en vuelo, el mismo pierde unos 2 mts de altura (debido al peso), pero inmediatamente gana velocidad para tomar un curso normal.
Luego de dar 2 vueltas alrededor nuestro y ganando altura, compruebo que todo funcionaba a la perfección.
Inmediatamente, nos subimos a los autos y comenzamos el viaje hacia Coronda. Nuestra mayor preocupación era el cruce de puentes y líneas de alta tensión. Esto hizo que optáramos por volar relativamente alto. Estimo que estaríamos entre 80 y 100 metros. Realmente se lo veía chico. Durante todo el vuelo debí corregir la trayectoria porque el viento estaba un poco cruzado. Una vez que tuvimos una velocidad estable de marcha, verificamos mediante el odómetro del auto que nos estábamos desplazando a unos 80 km/h aproximadamente de velocidad. Realmente el modelo se comportó muy bien durante todo el trayecto. Cada 20 km de recorrido aproximadamente, el auto de observación, se nos acercaba para informarnos sobre la marcha del motor.
Llegando a la hora de vuelo, comenzamos a ponernos muy contentos debido a que hasta ese momento todo andaba como un reloj. Cuando se cumplió la hora con 20 minutos, nos encontrábamos prácticamente sobre el puente que une la autopista con Coronda. Habiendo cumplido el trayecto (mas de 102 km) previsto decidimos dar por cumplido el mismo y comienzo la aproximación para el aterrizaje. Al reducir motor, el mismo se “planto”. Pero como tenía mucha altura no hubo problemas para poder ubicarme y poder aterrizar sin ningún problema sobre el cantero central de la autopista.
Realizado la inspección final, comprobamos que teníamos todavía unos 190 cm3 en los tanques de combustible lo cual calculamos que nos hubiese permitido llegar hasta la ciudad de Santa Fé. Demás esta decir la alegría que teníamos todos por haber podido cumplir sin contratiempos el vuelo previsto.
Creo que esta es la parte mas difícil de contar. Habiendo cumplido todos los requisitos necesarios: notas, pedidos a Centro Técnico y Federación, llamadas reiteradas, etc., por alguna extraña razón, nunca se obtuvo la Homologación Oficial de dicho evento. A pesar de todo creo que las personas presentes y las que participamos de la construcción y realización nunca podremos olvidar tan hermosa experiencia.
Recordar que este vuelo fue el primero en su tipo que se realizo en el país cumpliendo toda la normativa FAI vigente, no habiendo existido ningún antecedente similar hasta ese momento.
Osvaldo Cerone