Museo del horno

BREVE HISTORIA DEL HORNO

El horno se construyó antes de la guerra para sustituir a un pequeño horno     que había en los bajos de la escuela ya que se había quedado pequeño debido al aumento de población que experimento la aldea en aquellos años.

Cada una de las familias del pueblo tenía que ser hornera. Esto se hacía mediante el procedimiento llamado "tanda vecino" es decir, que cada día se encargaba uno de la puesta en marcha, funcionamiento y mantenimiento del horno.

Durante el día, el hornero debía de ir a recoger aliagas y romero para llenar el horno (de cocer) alrededor de las dos o tres de la mañana y darle fuego. La hora estaba en función de la época del año ya que, como el horno se abría para amasar cuando salía el sol, en verano se abría antes o en invierno después, por lo que la leña también se encendía a diferentes horas. Otro factor que alteraba el horario era el número de masas que había para ese día porque el horno debía mantenerse siempre caliente.

Al amanecer, el rescoldo del fuego se barría y limpiaba, dejando en un rincón un poco para que diera calor , o se metía algún leño para tener luz y ver dónde se echaba el pan.

Para saber cuantas masas se cocerían, el día anterior se habían repartido los números a todas aquellas personas que pensaban amasar. Los números se empezaban a dar cuando se abría el horno y mientras este permanecía abierto. Estaban hechos de hojalata por el herrero y para conocer el orden a seguir cada chapa llevaba los agujeros correspondientes a su número, es decir, si era la primera llevaba un agujero, si era la segunda llevaba dos. El único límite es que en cada hornada sólo entraban cuatro mujeres, que representaban cuatro casas. Como no existía límite de hornadas, si se enfriaba el horno porque ese día había muchas se debía volver a llenar de leña y volver a empezar el procedimiento de madrugada.

Había dos juegos de números: uno se repartía para el día siguiente y otro era el que traían las mujeres el día que amasaban en el momento en que entraban a amasar.

Las mujeres amasaban en casa en la artesa y preparaban la masa para ir al horno con todo a punto. Una vez en el horno, las maseras se echaban en el tablero y se moldeaban dejando que reposara la masa alrededor de una hora para que fermentara. Cuando había fermentado lo pintaban con la pintadora, una herramienta que servía para hacer el dibujo al pan y con la que las mujeres hacían sus marcas. Contaban los panes y esperaban a que estuviesen cocidos.

El hornero se llevaba un pan de cada 30 panes hechos, una magdalena de cada 12 y un rollete de cada 12.

Al final, se debía limpiar el horno para prepararlo al día siguiente.

Las losas del piso del horno (de cocer) se trajeron de Los Santos i del molino de Montereta. Son de arena, necesarias para cocer el pan.

Respecto al funcionamiento, cabe decir que aunque al principio funcionaba a tanda vecino, llegó un momento en que había gente que no quería ser hornero y decidieron que se subastara la responsabilidad para periodos anuales.

El día de la subasta, quien estaba más interesado en coger el horno se reunía y pujaba por él. Quien ofrecía más dinero se lo quedaba

Para el día de Santa Bárbara, se hacía el pan de la caridad. Cada año, seis caridaderos se encargaban de recoger el trigo a los vecinos, que daban según su voluntad. Una vez recogido el trigo, lo llevaban al molino y luego hacían el pan, que se repartía según la proporción de trigo que habían aportado.

El horno estuvo en funcionamiento hasta el año 1985 que se cerró definitivamente, aunque los últimos años funcionaba ya de forma esporádica.

MUSEO DEL PAN

Con la restauración del antiguo horno de leña y el ayuntamiento se ha recuperado uno de los pocos edificios de interés que queda en la aldea representativo de la arqueología rural. El edificio esta dividido en dos plantas; en la planta baja se encuentra el antiguo horno de leña, la primera planta es una gran sala dedicada a museo y exposiciones.

El horno se ha convertido en un museo etnológico relacionado con los diferentes procesos de elaboración del pan. La primera planta está destinada a un museo etnológico relacionado con las labores del campo (labranza, trilla, etc.), la matanza del cerdo. ...... y sala de exposiciones para todos aquellos artistas que quieran mostrar sus obras en público.

CONTRIBUCION DEL PROYECTO AL DESARROLLO LOCAL/COMARCAL

En los últimos años ha tenido un gran auge el turismo rural y creemos que con el paso de los años irá en aumento y puede suponer una nueva fuente de ingresos para el Rincón. Zonas como la del Maestrazgo hace años que están trabajando en este sentido y llevan invertido mucho dinero en restaurar y mantener aquellos edificios que pueden tener un mínimo interés para el visitante.

El Rincón de Ademuz es una zona privilegiada por su naturaleza que lo convierte en una zona única en toda la Comunidad Valenciana. Quizás hasta el momento no se conoce demasiado ni cuenta con las infraestructuras de otras zonas con más experiencia en turismo rural, pero tenemos lo más importante, el entorno. Quizás tampoco tenemos grandes edificios de interés histórico, pero tenemos edificios representativos de la arqueología rural, que pueden interesar al visitante

Unas buenas campañas publicitarias en diferentes medios de comunicación pueden servir para promocionar el Rincón, pero más importante es realizar inversiones para ofrecer al turista cosas de interés.

Hace bien poco se ha creada una red de caminos rurales, una idea magnífica; uno de estos caminos pasa por la aldea de Mas del Olmo. El viajero que se acercase por Más del Olmo podrá contemplar y comprender algunos usos y costumbres de nuestros antepasados, algunas de las maneras de vivir y tradiciones que están en peligro de ser olvidadas.