Historia

Mas del Olmo es una aldea de la Villa de Ademuz, situada al NE, al SO de la Sierra de Javalambre, que alcanza su altura máxima a los 2020 m y al N de la sierra de Tortajada cuya altitud es de 1514m. En la actualidad cuenta con una población en invierno en torno a los 20 habitantes, la mayoría de ellos jubilados.

En los periodos vacacionales, sobre todo en verano, la población llega a los 400 habitantes, como en sus mejores tiempos antes de la guerra civil. El irresistible atractivo de la vida moderna y la falta de productividad de unas tierras, a las que cuesta sacarles el sustento, ahuyentó, ya hace decenios, a los antiguos moradores. 

Lugar ideal para todos aquellos que quieran disfrutar de paz, tranquilidad, disfrutar de vistas panorámicas inigualables y respirar aire puro.

Deambular por sus empinadas calles, observar sus muros descompuestos, algunos tejados doblados y corrales quebrados enseña a descubrir la lejana en técnica pero cercana en tiempo, vida de los nativos

Una parte de la aldea se emplaza entre la Rambla de Mas del olmo y un pequeño afluente de ésta, mientras el resto se extiende sobre una ladera a poniente. Su ubicación corresponde a una área de sedimentos terciarios fuertemente abarrancada o acarcavada, lo cual da lugar a centuados repechos en su callejero y a una morfología desordenada y en la que se distinguen varios barrios.

El citado espació entre barrancos es ocupado en su parte inferior por el barrio de La Plaza, agrupación compacta que pese a su denominación únicamente cuenta con una placeta. Unos escasos cincuenta metros en ascenso lo separan del barrio de La Ermita, el cual se inicia con la Iglesia Parroquial de Santa Bárbara y culmina en el antiguo cementerio.

El cauce del barranco sirve de divisora con el barrio de la era donde se encuentra justo al pasar el puente el horno y la casa del Ayuntamiento, de reciente restauración y convertido en El Museo del Horno, la antigua escuela y la casa del practicante. En esta margen del barranco se ubica asimismo el frontón y el local social.

La calleja une el barrio de la era con el barrio de El Puntal, ascendiendo entre bancales de secano. Las casas del Puntal se agrupan alrededor de otra plaza. Más allá, rodeando la aldea encontramos las eras y los pajares.


Los primeros habitantes se asentaron en las proximidades de lo que hoy es el casco urbano de la aldea: unos en la Mirándula, otros en las Casas de Arriba, otros en el Hustal y otros en el Casote. La tradición popular, transmitida de forma oral de padres a hijos, explica que   por las noches se comunicaban por medios de candiles. Llegado el momento de construir la ermita, uno de los vecinos no quiso colaborar y fue asesinado., pero bueno, no dejan de ser "històrias".

 

Lo cierto es que la localidad ya aparece reseñada en la Relación ad limina del obispo de Segorbe Fray Francisco Gavaldà Guasch (1656), refiriendo que en su última visita (1653) puso un vicario para la parróquia de Sega y Ulmo (Mas del Olmo), con dotes suficientes y deber de residencia. Hasta entonces, las aldeas ademucenses (Sesga, Ulmo, Casas altas, Casas Bajas, Soto Veguilla y Sabina) eran asistidas por el rector de Ademuz, pero la distancia entre ellas y el relativo aumento de la población induheron al prelado a dotar a las más alejadas con vicario propio. Justamente, al final del siglo XIX la aldea contaba con 70 casas, lo que sugiere un censo superior a 300 habitantes (1855)


La aldea contaba con 30 casas habitadas a finales del siglo XVIII, lo que demuestra las dimensiones que había alcanzado por aquel entonces, produciendose una etapa de crecimiento como consecuencia de la cual tenía 53 casas en 1852 y 55 según el nomenclator de 1860. posteriormente se produjo una etapa de relativo estancamiento prolongado hasta la segunda década del siglo XX. A partir de este momento experimento un lento crecimiento-estabilización que le permitió alcanzar el máximo de población en el año 1950 con 401 habitantes censados. Esta evolución positiva del periodo, diferente de la dinámica comarcal, estaba vinculada con el auge de las minas de azufre de Libros. Tras el cierre de las mina y la crisis de la economía local, la despoblación hizo disminuir la población a 312 habitantes en 1960 y a 33 en 1996, pese a que cuenta con un centenar de viviendas censadas.