+ Características:
Los anfibios son animales vertebrados poiquilotermos. Es muy característica su piel húmeda y fina, que puede ser lisa o rugosa según las especies y que no tiene ninguna estructura como pelo, escamas o plumas. La piel tiene varias funciones muy importantes en los anfibios; controla su temperatura corporal, colabora en la respiración, puede desprender sustancias tóxicas para defenderse de los depredadores y les ayuda a mimetizarse con el medio. Los ojos son grandes y saltones; en las especies nocturnas, la pupila es vertical, mientras que en las diurnas puede ser horizontal o redonda.
Sapo corredor (pupila horizontal). Sapo de espuelas (pupila vertical)
Foto: Javier Álvarez Foto: Ismaelnatural
Los dedos de sus pies se adaptan a los hábitos del anfibio, pudiendo ser palmeados para facilitar la natación o con almuhadillas para trepar entre la vegetación.
Los anfibios presentan diferentes tipos de respiración; tienen una fase juvenil en la que su vida es acuática y respiran por branquias y una fase adulta en la que las branquias se pierden y desarrollan pulmones. Además tienen respiración cutánea para complementar la pulmonar. Es por ello que necesitan tener la piel húmeda.
A lo largo de su vida los anfibios presentan dos fases; una fase larvaria juvenil acuática en la que tienen respiración branquial y, normalmente, alimentación herbívora y una fase adulta semiterrestre en la que presentan respiración pulmonar y cutánea y una dieta basada en pequeños invertebrados. El paso de una a otra fase es gradual y se produce mediante una metamorfosis que tiene características propias en cada especie.
En el caso de ranas y sapos la fase juvenil es lo que normalmente llamamos renacuajos; éstos carecen de patas y tienen cola. A lo largo de su metamorfosis, aparecen en primer lugar, las patas traseras, posteriormente las delanteras y, por último, la cola se va reduciendo hasta desaparecer.
En el caso de tritones y salamandras, las fases larvarias tienen la misma apariencia que los adultos en cuanto a que tienen cola y cuatro patas; sin embargo poseen branquas externas, además de un tamaño más reducido. Estas branquias se van reduciendo hasta que, en los individuos adultos desaparecen ya que la respiración pasa a ser pulmonar.
Larva (renacuajo) de sapo y de tritón. Fotos Javier Fuentes.
+ Alimentación
Se alimentan fundamentalmente de pequeños invertebrados (insectos, babosas, gusanos...), sin embargo en su fase larvaria se alimentan de vegetales. En épocas calurosas presentan mucha más actividad en cuanto a la ingesta de alimentos; cuando la temperatura disminuye permanecen inactivos y sobreviven gracias a la reserva de grasa acumulada.
+ Distribución
Su distribución mundial está condicionada, lógicamente, por sus necesidades alimenticias y de humedad. Son abundantes en aquellos lugares en los que hay disponibilidad de alimento, al menos en las estaciones cálidas, y menos abundantes o ausentes en los lugares muy áridos y/o muy fríos.
Mapa de distribución que muestra el número de especies de anfibios en cada región del mundo.
+ Clasificación
Las especies de anfibios se clasifican en tres grupos:
- Caudados (tritones y salamandras). Tiene patas y cola.
- Anuros (ranas y sapos). Tienen patas y no tienen cola.
- Ápodos (Cecilias). No tienen patas.
Cecilia (ápodo)
Tritón palmeado (caudado)
Sapo de espuelas (anuro)
+ Importancia ecológica:
Los anfibios desempeñan un papel muy importante dentro de los ecosistemas que ocupan. Su alimentación, basada fundamentalmente en insectos, contribuye al control de mosquitos y otros invertebrados responsables de algunas enfermedades de los seres humanos, así como plagas que afectan a las cosechas. Por otra parte, estos animales constituyen el alimento de reptiles, como las culebras de agua, peces, mamíferos y aves como cigüeñas, garzas etc., por tanto su existencia es vital para el sostenimiento de las pirámides tróficas.
En su fase juvenil, los renacuajos contribuyen a controlar la cantidad de algas y plantas acuáticas.
La presencia de anfibios en un ecosistema es un buen indicador de la calidad de las aguas ya que son muy sensibles al deterioro de las mismas.
Actualmente se están investigando algunas de las sustancias producidas por algunos anuros; se ha comprobado que tienen propiedades curativas que podrían aportar incalculables beneficios a los seres humanos.