3. Las ediciones de las Cantigas: canciones y figuras en los códices

En el siglo XIII solo existe el libro manuscrito, no el impreso, que es un invento del siglo XV. Los amanuenses y escribanos pintan y escriben con plumas de ave (cálamos) con tintas de colores sobre hojas de pergamino, formando los códices, que se encuadernan por el lomo.

El programa editorial de creación de los libros con las Cantigas de Santa María se realiza en varias fases: la primera, con un conjunto de 100 cantigas en un volumen. La segunda, más tardía, corresponde a las Cantigas Historiadas en 400 cantigas, en dos volúmenes de 200 cantigas cada uno, ilustradas con su correspondiente página de miniaturas narrativas, un libro de imágenes que suponía un trabajo descomunal, cuyo segundo tomo quedó sin terminar, aunque conservan en conjunto más de 2.800 escenas miniadas. La tercera, de ejecución paralela a la segunda, de 400 cantigas, en un solo volumen, con ilustraciones de músicos e instrumentos, se finalizó. Estos trabajos ocuparon al scriptorium real desde que Alfonso era príncipe hasta su muerte, y se caracterizaron por un afán constante de actualización y de perfeccionamiento. Pintura, música y poesía juntas. Un conjunto grandioso, comparable a las catedrales góticas que también se erigen en esa época.

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