EDUCACIÓN PARA ADULTOS

EL RINCÓN LITERARIO DE LA TARDE

Que se me derrama el océano.

Que se vierten el agua y sus colores,

sus formas y texturas,

deshaciendo su materialidad,

convirtiéndose en otra cosa.

Que se me derrama el océano,

inclinado sobre su borde,

precipitándose poco a poco,

cayéndose, desapareciendo.

Pon tu mano sobre el marco,

restituye el equilibrio necesario,

que reflote mi latido.

No permitas que suceda.

No consientas que se plasme

la mueca desesperada.

Que me derramo en tu océano.

Que me embosco en tu negrura.

Que me confundo y permanezco.

Y eso es mucho.

Antonio Felipe Fernández.

Y no vuelvas a hacer

como si nada supieras de mí,

y nunca hubieras invadido

todas mis estancias,

y nunca hubieras entrado

hasta el fondo de mis ganas.

Y no vuelvas a negarme

hasta tres, cuatro, mil veces…

que no estoy hecho de vacíos,

que me sobran en los ojos

todos tus colores.

No vuelvas a ignorarme

los deseos más bellos,

ni aniquiles aquello

que SÍ hemos vivido…

aunque no te acuerdes.

No vuelvas a traerme

olvido impuesto,

y desmemoria obligada

pues ya se respira

la amnesia, reseca,

y la muerte.

Antonio Felipe Fernández.