TÍTULO ORIGINAL Partita a scacchi / Partida de ajedrez.
TÉCNICA Óleo sobre lienzo.
DIMENSIONES 72x97 cm
FECHA 1555
LOCALIZACIÓN Museo Naradowe, Poznan, Polonia.
Partida de ajedrez es un buen ejemplo de sus características como retratista excepcional. Se trata de una obra de juventud en la que a simple vista representa una escena familiar que desprende intimidad y cotidianeidad. Sus hermanas Lucía y Minerva juegan al ajedrez junto a su hermana menor, Europa. Los nombres de origen clásico nos hablan del padre como un aristócrata culto -que educó a todas sus hijas en la música y la pintura-, así como la afición elegida nos habla de lo intelectual. En segundo plano aparece una criada.
Todos los personajes están interconectados por las miradas. Lucía mira a la pintora en quien parece buscar la aprobación, Minerva observa sorprendida, quizás pierde en el juego. Europa, la más pequeña, sonríe mientras mira a Minerva. En el borde del tablero se encuentra la firma de Sofonisba Anguissola: “Sofonisba Anguissola, doncella, hija de Amilcar, pintó a sus hermanas y a la criada del natural, 1555”.
Las características de esta escena de género la hacen inaugurar un nuevo camino en la pintura italiana. La mayoría de los pintores de la época trataban a sus modelos con cierta frialdad, ella lo hacía desde la cercanía, mostrándolos ocupados en tareas cotidianas o acompañados de detalles aparentemente intrascendentes que aportan una valiosa información sobre su personalidad.
Sofonisba Anguissola no formaba parte de ninguna saga de artistas, algo excepcional, sino que provenía de una humilde familia de la pequeña aristocracia de Cremona donde nació en 1532. Se convertirá en una pintora de éxito en el Renacimiento. Su padre hizo que su hijo y sus seis hijas practicaran la música y la pintura según los ideales humanistas. Desde los trece años se forma con diversos pintores, su destreza hará que desde muy temprano reciba pequeños encargos de la nobleza. Su padre está empeñado en proporcionarle la mejor formación por lo que viaja a Roma donde Miguel Angel elogia su obra. También conocerá a Giogio Vasari, su calidad como pintora hace que la incluya en un libro de gran importancia en la historia del arte, Vidas de los más sobresalientes arquitectos, escultores y pintores. La califica como la mejor mujer pintora de su tiempo ya que, “(...) por sí sola ha hecho obras de pintura únicas”. Fue aquí donde su carrera comenzó a despegar, hasta el punto de que algunos de sus retratos pasaron a formar parte de las impresionantes colecciones del papa Julio III.
Su reputación hace que Felipe II la llame para trabajar en la corte española, la más poderosa del momento, por recomendación del duque de Alba. Pero no acude como pintora de cámara, el máximo puesto al que aspiraba cualquier pintor, sino como dama de honor de la reina, Isabel de Valois. Utilizaron ese recurso ya que eran tiempos en los que se consideraba un deshonor que las personas con cierta posición social cobraran dinero por una actividad pública. Allí permaneció durante años estableciendo una estrecha relación personal con una reina muy joven, casada a los catorce años con Felipe II, tanto, que cuando murió con veintidós la incluye en su testamento.
En España se mantuvo muy activa como retratista pintando a los miembros de la familia real. Sin embargo, la pista de sus retratos se fue perdiendo durante los siglos y muchos de ellos fueron atribuidos a pintores famosos como Antonio Moro o Juan Pantoja de la Cruz ya que no firmó ni cobró directamente por ninguna de sus obras. Además, era habitual que cuando un retrato era del agrado del retratado se encargaran copias a otros pintores.
Antes de salir de España, Felipe II concierta el que fue un breve matrimonio de Anguissola con un hombre de la nobleza siciliana al que desconoce. Es el propio rey el que le proporciona la dote necesaria para poder casarse demostrando su aprecio. Vivirá el resto de su vida en Génova, con su segundo marido, un hombre más joven que ella y de condición social inferior lo que provocará tensiones con su familia y presiones desde altas personalidades políticas, problemas ante los que no cede.
Al final de su vida pintó cuadros de devoción religiosa, muy solicitados por la Contrarreforma. Se mantuvo activa hasta casi los 90 años. Muere en Palermo, en 1625.
En su obra sobresale la calidad de sus numerosísimos retratos. Desde muy joven su pintura tiene características muy personales, mientras la mayoría de los pintores de la época trataban a sus modelos con cierta frialdad, ella lo hacía desde la cercanía. Es capaz de aproximarse a las personas retratadas mostrándose ocupadas en tareas cotidianas o acompañadas de detalles aparentemente intrascendentes que aportan una valiosa información sobre su personalidad. Además, tuvo la costumbre de retratarse a sí misma hasta el final de su vida, en cada uno de sus detalles y reflejando el paso de los años. En muchas de estas obras se representa como una mujer modesta, refinada y culta según el ideal renacentista. Sorprende la mirada decidida que dirige al espectador que observa la obra.
Todos los detalles de su biografía nos hablan de una pintora excepcional, perseverante y con una gran confianza en sí misma. Su presencia en la corte de Felipe II fue un precedente para muchas mujeres artistas apartadas de la enseñanza académica, de gremios y talleres que encontraron refugio en las cortes europeas entre los siglos XVI y XVII.
A pesar del éxito que tuvo durante su vida, pronto aparecen juicios de valor que fluctúan entre los que la alaban y los que muestran un absoluto rechazo llegando a ser mencionada como una mujer noble que se dedicó al arte sin llegar a ser una “profesional”. Solamente en las últimas décadas ha renacido el interés por su obra, su primera exposición retrospectiva tuvo lugar en 1994, aunque probablemente existan todavía obras atribuidas a otros artistas más reconocidos. Hoy día es una de las pintoras más valoradas de todos los tiempos.
"La vida está llena de sorpresas; intento capturar estos preciosos momentos con los ojos bien abiertos”.
SOFONISBA ANGUISSOLA
Fuentes:
Caso, A. (2005). Las olvidas. Una historia de mujeres creadoras. Ed. Planeta
Autorretrato con caballete (1556)
Retrato de familia, Amilcar, Minerva y Asdrubal Anguissola (1558-1559)
Giovanni Battista Caselli poeta de Cremona (1559)
Tres niños con perro (1590)
Auterretrato (1610)
Isabel de Valois sosteniendo un retrato de Felipe II
(1561- 1565)
Felipe II (1565)
Retrato de un niño en la corte española
(1565-70)