TÍTULO ORIGINAL Giuditta che decapita Oloferne/Judit decapitando a Holofernes
TÉCNICA Óleo sobre lienzo
DIMENSIONES 199 cm X 162 cm
FECHA 1613
LOCALIZACIÓN Galleria Uffizi, Florencia, Italia
Este óleo sobre lienzo es una pintura de juventud realizada con tan solo 23 años. Plasma un pasaje bíblico, el triunfo de Judit sobre Holofernes, jefe asirio que sitia la ciudad de Betulia. Tras compartir banquete con él, embriagándolo, consigue derrotarlo y proteger a su pueblo. Elige, de forma original con respecto a la iconografía habitual, el momento preciso de su decapitación, un instante de máxima tensión y violencia. A la vez, muestra un momento de sororidad entre dos mujeres diminutas en comparación al gran cuerpo masculino, ya que su criada aparece como compañera y cómplice. Destacan las dimensiones de sus brazos poderosos.
Existe un claroscuro muy marcado, propio del tenebrismo italiano, con zonas iluminadas por un foco lateral de luz que no vemos y otras sombreadas lo que da un gran volumen a las figuras que emergen del fondo.
Gentileschi retrata en sus obras a mujeres independientes y poderosas que se rebelan frente al género masculino. Como resultado observamos una quiebra entre la relación habitual entre un personaje masculino “activo” y una mujer receptora “pasiva”. Aunque el realismo y la crudeza son propios del naturalismo barroco del momento, la exaltación de la energía de la mujer en un momento de acción supone una novedad.
Artemisia Gentileschi nace en Roma en 1593, conseguirá ser una exitosa pintora dentro del arte barroco. Fue hija de Orazio Gentileschi un reconocido pintor en Roma gran seguidor de Caravaggio. Con la temprana muerte de su madre se convierte en la única mujer de la familia comenzando a aprender los secretos de la pintura en el taller de su padre desde los cuatro años.
Aunque quizás se podría establecer cierta relación entre los temas que representa junto a la forma de hacerlo y algunos hechos traumáticos ocurridos en su vida, la violación por parte de Agostino Tassi -su profesor y amigo de su padre- ha eclipsado injustamente su obra. Es una época en la que estas agresiones se percibían como un deshonor familiar que había que resarcir y estuvo sometida a un juicio público que duró varios meses, en el que fue calumniada y sometida a exámenes físicos y torturas para averiguar si decía la verdad.
En cualquier caso, no va a ser un obstáculo para obtener grandes triunfos por su destreza como pintora y su gran tenacidad. Poco tiempo después, se casa sorprendentemente con un hombre al que no conoce, de dudosa reputación, una forma de conseguir la independencia de su padre. Se traslada a Florencia donde renuncia al apellido paterno y alcanzará el éxito. Pese a que en distintas fuentes se recoge que no sabía leer ni escribir, se instruye relacionándose con los mejores círculos artísticos e intelectuales, traba amistad con Galileo Galilei y trabaja para los Médici. Será la primera mujer en ser aceptada en la Accademia del Disegno de la que también formaron parte Tiziano y Miguel Ángel.
Tuvo que sacar adelante a sus dos hijas, Prudenzia y Francisca y hacer frente a las deudas de su marido. Ante estas circunstancias tiene la valentía de volver a Roma de una forma totalmente diferente a cuando se fue, como una artista de prestigio. En una ciudad con una gran rivalidad entre artistas, su obra era muy valorada por los mejores coleccionistas de arte, entre ellos el Papado. Se había convertido en imprescindible en muchos círculos de la élite donde solía ser la única mujer invitada.
La desaparición de su marido tras una trifulca, convertiría a Artemisia Gentileschi en una mujer independiente, controlaba sus encargos, su economía y todos los documentos eran firmados por ella como cabeza de familia. Se instala en Nápoles donde consigue crear uno de los mejores talleres de la ciudad con numerosa clientela procedente de toda Europa. La elevada producción de pinturas a la que se ve obligada para atender esta demanda hace que su obra pierda originalidad y con ello se inicie su etapa de decadencia aunque gracias a su fortuna daría la mejor vida y educación a sus hijas.
En 1638 se traslada a Greenwich ayudando a su padre en un encargo de la reina Enriqueta María de Inglaterra. Tras permanecer unos años en Londres regresa a Nápoles donde continuó pintando hasta el final de sus días (1653).
El naturalismo desarrollado durante el Barroco favorece la captación de mujeres heroicas, el coraje y la proeza física, siguiendo siempre el discurso que marca la Contrarreforma. Sustituye la belleza femenina pasiva en un momento en que el artista tiene un nuevo papel público donde se admite un mayor abanico de conductas. En sus obras más representativas pinta imágenes en las que las protagonistas son mujeres fuertes que se protegen y defienden frente al poder de los hombres.
Sin ninguna duda, Artemisia Gentilleschi es una de las grandes pintoras de la historia, una mujer que fue capaz de dirigir su propio taller de pintura con una producción artística ininterrumpida, un hecho conseguido por pocas artistas. Algunas fuentes la reconocen como una de las principales tenebristas de principios del siglo XVII. Sin embargo, tras su muerte, sus cuadros en diversas ocasiones fueron atribuidos a su padre, a Caravaggio o a otros pintores reconocidos. Al igual que en otros casos, su nombre desaparece de la historia del arte hasta el siglo XX. Como curiosidad y como muestra de la calidad de su trabajo, una de sus obras se expuso en el Museo del Prado al menos desde principios del siglo XX.
"Mientras viva tendré el control sobre mi ser”.
ARTEMISIA GENTILESCHI
Fuentes:
Chadwick, W. (1999). Mujer, arte y sociedad. Ed. Destino.
Caso, A. (2005). Las olvidas. Una historia de mujeres creadoras. Ed. Planeta
Susana y los viejos (1610)
Dánae (1612)
Yael y Sisara (1620)
Judith y su sirvienta (1625)
Aurora (1627)
Ester y Asuero
(1625-1635)
Venus durmiente (1630)
Autorretrato como alegoría de la pintura (1638-1639)