TÍTULO ORIGINAL Mujer campesina de la provincia de Tula
TÉCNICA Óleo sobre lienzo
FECHA 1910
DIMENSIONES 102 x 73 cm
LOCALIZACIÓN State Tretyakov Gallery (Moscow, Rusia)
Es una obra de juventud, representativa del movimiento artístico denominado “neoprimitivismo” en la que como su propio título señala, observamos un retrato de medio cuerpo de una campesina de la región de Tula, situada en el centro de la Rusia europea, a poco más de 100 kilómetros de Moscú. Utiliza elementos folklóricos como los grabados populares (denominados lubok) y los bordados propios de la población rural. Los mezcla con las características formales propias del postimpresionismo y el fauvismo como son las formas simplificadas, la pincelada empastada, un rico colorido contrastado delimitado por trazos gruesos oscuros y la falta de profundidad, con fondos planos. El resultado es una imagen que transmite una gran expresividad.
La familia de Natalia Goncharova poseía terrenos de cultivo en Tula, como aristócratas menores se ganaban la vida a través del negocio textil por lo que crece conociendo de cerca las condiciones de vida de los agricultores que trabajan, plantan y cosechan la tierra desarrollando una gran empatía con la población rural. Es el contexto en el que crea sus primeras obras, manteniendo a lo largo de su vida un vínculo muy fuerte con sus raíces lo que le hace defender activamente la conservación de formas de arte tradicionales como una manera de reafirmación cultural. Todo ello queda reflejado en este retrato en el que Goncharova nos presenta a una mujer que transmite humildad, sencillez y una vida de esfuerzo y trabajo.
Natalia Goncharova es considerada la artista rusa de vanguardia más importante del siglo XX. Pintora, ilustradora, grabadora y diseñadora de moda y escenografía, nace el 21 de junio de 1881 en la ciudad de Negaevo en Rusia. Ingresa en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú donde conoce a Mikhail Larionov el que será su compañero de vida. Durante la Revolución Rusa de 1905 contra el zarismo la escuela sirvió de refugio para activistas políticos ya que simpatizaban con sus ideales.
Junto con otros artistas forma el grupo “Sota de diamantes”. Desde su primera exposición la obra de Natalia Goncharova destaca sobre el resto convirtiéndose en líder del movimiento artístico denominado neoprimitivismo. En él fusionan un arte con una fuerte identidad rusa con las innovaciones del arte occidental. Goncharova, nacida dentro de una familia aristocrática rural venida a menos, plasma su simpatía por personajes marginales como pescadores o campesinos. Sus pinturas en las que representa población judía generan controversia dado que, bajo el régimen zarista, esta etnia era considerada de segunda sufriendo discriminación y violencia. Además, y a diferencia de sus colegas masculinos, gracias a sus imágenes religiosas y de desnudos es denunciada y juzgada por “blasfemia” y por pintar “imágenes corruptas” por saltarse la prohibición para las mujeres de copiar desnudos a partir de modelos.
Su obra recibe múltiples influencias del arte de vanguardia europeo. Fue una de las primeras artistas en Rusia que acogió el cubismo y el futurismo en pinturas en las que utiliza las máquinas y el movimiento como elementos de modernidad, en ellas descompone las formas y aparece el tiempo como cuarta dimensión. Junto con Larionov, crean el rayismo o rayonismo, considerada la primera escuela de arte abstracto ruso en la que plasman la intersección de los rayos de luz en el espacio.
En 1912 participa junto a Larionov en dos exposiciones de importancia, la primera en Munich junto al grupo expresionista El Jinete Azul, la segunda en Londres, en una muestra de arte postimpresionista. No obstante, el empeño de ambos en desarrollar un arte nacional ruso queda de manifiesto en la primera exposición rayonista titulada “Cola de burro” en la que incluyen ejemplos de arte infantil, rótulos comerciales y grabados en madera tradicional. Realizan una síntesis entre el arte de vanguardia occidental y elementos de su tierra natal que sigue presente en la primera exhibición individual de Goncharova en la ciudad de Moscú, donde expone más de 800 obras.
Ya en 1914 ambos viajan a París, centro del arte moderno europeo. Allí arranca su carrera como diseñadora de vestuario y escenografía, principalmente para los famosos Ballets Rusos de Sergei Diaghilev. Pese a que sus obras son expuestas en vida en museos tan importantes como el MOMA de Nueva York, pasa sus últimos años en la pobreza, debilitada a causa de una artritis reumatoide y recluida en su apartamento parisino donde muere en 1962, a los 81 años.
A principios del siglo XX, en la Rusia de los zares tiene lugar un florecimiento cultural sin ningún precedente en el que se mezclan características culturales propias con las corrientes de la modernidad occidental. Sin embargo, se trata de un fenómeno con una característica diferencial con respecto a cualquier otro movimiento de vanguardia: la gran participación de mujeres, la consideración con la que eran tratadas en condición de igualdad con respecto a los artistas hombres y la importancia de su aportación. Tuvo mucho que ver la eliminación de la discriminación tradicional de las artes aplicadas frente a las consideradas bellas artes (pintura, escultura y arquitectura).
También eran tiempos en los que existía un código de comportamiento muy rígido determinado por la clase social a la que se perteneciera. Natalia Goncharova, como mujer de familia aristócrata y con ideales muy progresistas, siempre destacó en medio de este panorama, demostrando una gran valentía al enfrentarse a las convenciones, al perseguir la libertad y rechazar los roles de género tradicionales. Se maquillaba con diseños abstractos, convivió con su pareja sin casarse durante largos años, vestía pantalones (restringido a los hombres en la época) y recorrió las calles de París en acciones públicas junto a artistas futuristas.
La calidad de su obra hace que tanto Natalia Goncharova como Vladimir Larionov sean considerados los inauguradores del arte de vanguardia rusa prerrevolucionaria.
"Los pintores franceses modernos me abrieron los ojos y comprendí la gran importancia y el valor del arte de mi tierra natal y, a través de él, el valor del arte de Oriente”.
GONCHAROVA
Fuentes:
www.tate.org.uk/tate-etc/issue-46-summer-2019/natalia-goncharova-modern-trailblazer-christina-lodder
Chadwick, W. (1999). Mujer, arte y sociedad. Ed. Destino.
Joven con barba (1906)
Esquila de ovejas (1907)
Pilares de sal (1908)
Lino (1908)
Pescadores (1909)
Virgen y Niño (1911)
Flores (1912)
El bosque (1913)
Ciclista (1913)