TÍTULO ORIGINAL Autorretrato
TÉCNICA Óleo sobre lienzo
DIMENSIONES 45.5 X 36.7 cm
FECHA 1940
LOCALIZACIÓN Smithsonian American Art Museum
Jones se autorretrata en este lienzo cuando contaba con 35 años de edad. Es una imagen de medio cuerpo en la que se representa como pintora en el estudio, frente al caballete, mientras sus manos sujetan diversos pinceles. Es un momento congelado, interrumpida en plena tarea mientras dirige su mirada hacia el espectador, al igual que hicieron otras pintoras como Artemisia Gentileschi.
Como parte de su primera etapa pictórica hay una clara influencia del arte de vanguardia europeo que se observa en la pincelada suelta, el trazo grueso y oscuro que delimita las formas y una ruptura con el sistema de representación de profundidad propia del Renacimiento perceptible en un fondo sin profundidad que parece un telón.
Sin embargo, hay elementos que vinculan la obra a la cultura africana que investiga a lo largo de toda su vida entre los que destacan las tallas de arte africano tradicional colocadas estratégicamente detrás de la protagonista. Mediante estos símbolos, nos lanza un mensaje reivindicativo vinculando su identidad a sus orígenes africanos.
Loïs Mailou Jones (Boston, 1905-Washington 1998) nace en el seno de una familia de clase media. Fue hija del primer afroamericano en obtener el título de derecho en la Suffolk Law School y nieta de esclavos.
Sus padres la animaron a dibujar y pintar cuando era pequeña. La propia artista destacó la gran importancia que tuvo para sus diseños aprender a pintar desde niña copiando imágenes florales de libros sobre arte japonés. Desde los catorce años asiste a la Escuela Superior de Artes Plásticas en Boston y a clases en el Museo de Bellas Artes de la misma ciudad como becada. Ya entonces investigó sobre las máscaras africanas que utiliza para crear el vestuario de una innovadora escuela de danza.
Aunque continúa con una extensa formación en diseño se decanta por estudiar pintura en la Universidad de Harvard. Pronto comenzó a trabajar como docente pero no lo tuvo fácil, ya que inicialmente comprobó el racismo institucional de Nueva Inglaterra al ser rechazada por ser negra, instándole a ir al Sur para ayudar a gente.
Consigue ser profesora por primera vez en una escuela preparatoria afroamericana de Carolina del Norte donde imparte clases de pintura, dibujo y acuarela, y fue entrenadora de un equipo de baloncesto femenino. Allí pinta obras donde muestra un gran compromiso social y con el medio rural.
En 1930 se convierte en profesora en la Universidad de Howard, Washington, en la que es docente durante cuatro décadas, hasta su jubilación.
Vive los años de la Gran Depresión en la que los artistas bajo patrocinio del gobierno de Estados Unidos pasan a desarrollar un lenguaje que refleja el panorama social que existe. Se ponen en marcha proyectos federales y programas públicos de arte que apoyan el reconocimiento laboral de las mujeres a través de subsidios, la realización de murales o concursos donde se presentan obras sin firmar. En estos programas se incluye a los artistas afroamericanos, pero la realidad es que tanto los hombres como las mujeres de color se encuentran con múltiples barreras. A la vez y contradictoriamente, en unos años con cifras elevadas de paro, se señala la diferencia entre los géneros con el objetivo de reducir el número de mujeres que trabajaban de forma asalariada. Con la llegada de los años 40, el fin de la Segunda Guerra Mundial y la política de bloques en la Guerra Fría, frente a la gran diversidad de estilos que componen la vanguardia estadounidense, tanto la crítica, como las galerías privadas y el gobierno, aúpan el expresionismo abstracto como estilo genuinamente estadounidense determinado por grandes individualidades masculinas como Jackson Pollock. Loïs Mailou Jones escapa a todas estas dinámicas pasando largas temporadas fuera de su país.
Participa en el movimiento cultural conocido como Renacimiento de Harlem o New Negro Movement. Este movimiento se desarrolla con la denominada Gran Migración Negra cuando más de seis millones de afroamericanos huyen de las políticas racistas de los estados del sur de EEUU hacia las grandes ciudades. Harlem, un barrio de Nueva York, se convierte en los años veinte en un núcleo creativo para la cultura afroamericana sin precedentes en la literatura, el jazz y la pintura que se utilizan como elementos reivindicativos.
Pero si algo caracteriza su estilo es la evolución constante que acompaña los viajes que irá realizando a lo largo de su vida. Gracias a una beca se traslada a París en 1937 donde se siente más valorada y menos juzgada por ser negra que en su lugar de nacimiento. Afirma que es allí donde siente su primera sensación de libertad. Allí contrae matrimonio con el también pintor Louis Pierre-Noël, aunque volverá a Estados Unidos por su activismo negro y los lazos que la atan a su comunidad.
En 1968 es becada por la Universidad de Howard y se involucra en una investigación sobre las artes visuales afroamericanas en la que recopila entrevistas, fotografías y diapositivas recogidas en Haití, África y los Estados Unidos. Su objetivo es documentar el arte contemporáneo de la diáspora africana. Viaja a un total de veinte países de ese continente en diferentes años compartiendo los resultados en exposiciones y conferencias entre estudiantes y docentes.
Estos viajes a África y a Haití, donde acude por primera vez a los 65 años, son trascendentales en su estilo. De una inicial influencia impresionista y del arte de vanguardia europea visible en imágenes más realistas, pasa a una estética muy ligada a la cultura afrocaribeña realizando pinturas con fondos de estampados vibrantes y formas simplificadas en las que utiliza un colorido brillante y contrastado.
Recibió el reconocimiento del presidente Jimmy Carter en 1980 por su destacada contribución a las artes y varios títulos honoríficos de universidades estadounidenses.
Afirmó que su mayor aportación al mundo del arte fue ser “una prueba del talento de los artistas negros”. Sin duda, consiguió hacer realidad su objetivo, ser una artista orgullosa de sus raíces tanto americanas como africanas y que no fuera etiquetada como “mujer negra”. Sus obras se encuentran en colecciones permanentes en museos alrededor de todo el mundo y varias becas de estudio estadounidense relacionadas con el arte llevan su nombre.
"La mía es una exploración silenciosa, una búsqueda de nuevos significados en color, textura y diseño. Aunque a veces retrato escenas de gente pobre y luchadora, es un gran placer pintar."
LOÏS MAILOU JONES
Fuentes:
Chadwick, W. (1999). Mujer, arte y sociedad. Ed. Destino.
Brother Brown (1931)
Les fétiches (1938)
Jardin du Luxembourg (1948)
The lovers somali friends (1950)
Suriname (1982)
Initiation Liberia (1983)
Moon masque (1971)
We shall overcome (1988)