¿Por qué la metodología por proyectoS?

¿Por qué la metodología por proyecto es adecuada para conseguir una formación fiel a nuestra identidad?

La metodología por Proyectos encaja de manera especialmente interesante con la Pedagogía Ignaciana por varias razones:

    1. El trabajo por Proyectos aporta experiencias no “enlatadas” (Conocimientos transmitidos de manera común para todo el alumnado) sino que se adquieren por la EXPERIENCIA VIVIDA que es la única, según la Pedagogía Ignaciana, que puede llevar a la ACCIÓN CONSECUENTE.
    2. El aprendizaje se resuelve siempre donde el alumno está, no donde se supone que debe estar o donde el currículo pretende que esté, y se verifica allí donde el alumno está, en su CONTEXTO personal, grupal y social, que será distinto en cada caso. En definitiva, aprender por proyectos facilita la misión de la atención a la diversidad.
    3. Ese aprendizaje se puede ACOMPAÑAR de manera más individualizada porque se puede OBSERVAR por parte del educador, y se podrá ajustar “según tiempos, personas y lugares”.
    4. Partir de la EXPERIENCIA VIVIDA mientras se trabaja en el proyecto fuerza y facilita la comunicación, estimulando la REFLEXIÓN ignaciana.
    5. Pero para llegar a esa REFLEXIÓN tenemos que entrenar a nuestro cerebro en diversas destrezas de pensamiento (solución de problemas, clasificación de modelos, diseño de patrones, predicción), de uso de la imaginación, de contemplación, de descubrimiento de los sentimientos.
    6. Al incorporar esas experiencias y la reflexión al trabajo diario, el aprendizaje a través de los proyectos facilita incorporar contenidos, trabajo de habilidades y de actitudes CONECTADAS CON EL PERFIL DE SALIDA DEL ALUMNADO y con el MODELO DE SOCIEDAD AL QUE ASPIRAMOS.
    7. El trabajo por PROYECTOS permite integrar más metodologías en su proceso; eso facilita el carácter esencialmente ecléctico de la P.I. (Doc.: Pedagogía Ignaciana, un planteamiento práctico: nº7) Porque la esencia de la P.I. es que debe ponerse en juego y reinventarse constantemente, como lo lleva haciendo durante cinco siglos, aprovechando todo el acervo de las corrientes pedagógicas y científicas.
    8. Aprender por PROYECTOS es una tarea en común, evita el error frecuente de que aprender “es un vicio solitario”, facilita el esfuerzo porque es gratificante y motivador. Aprender de los demás, aprender con los demás, es esencial. La experiencia comunitaria es esencial en la P.I.
    9. Aprender por PROYECTOS integra el error, no como algo penalizable sino como un momento más, sumamente importante, del proceso investigador; un momento “cumbre” para el aprendizaje por descubrimiento. La P.I. necesita integrar el error como experiencia porque sin error no hay reflexión posible sino un aprendizaje “copia y pega” de dogmas. El error y el fracaso, integrados en el aprendizaje, son esenciales para la madurez, el discernimiento, la libertad, la autonomía, la responsabilidad y la búsqueda de la verdad.
    10. Aprender por PROYECTOS integra las emociones como un elemento esencial para el aprendizaje: aprender es algo, indisociable de la persona. No es cosa exclusiva del cerebro como órgano. La P.I. aboga por la integralidad del aprendizaje.
    11. Aprender por PROYECTOS implica poner en juego las COMPETENCIAS y facilita su EVALUACIÓN FORMATIVA. Los conocimientos no “transmutan” de manera “mágica” en competencias: tienen que ponerse en juego unos a otros, unos desde otros, unos con otros, de manera constante e interactiva.
    12. La creatividad no es una destreza innata: se aprende, se enseña y se entrena. Es cierto que depende de las redes neuronales de cada persona, pero está demostrado que los márgenes de su aprendizaje son enormes. El trabajo por PROYECTOS exige solución de problemas que surgen a menudo fuera del plan: en un clima comunicativo abierto y receptivo, sabemos que la creatividad fluye y que los patrones con que trabaja se muestran de unos a otros con más facilidad en entornos de equipo.
    13. En el trabajo por PROYECTOS, los instrumentos que ayudan los decide el equipo: en este punto, resulta muy interesante observar cuándo deciden hacer uso de las Nuevas Tecnologías y cuándo no, y hacérselo notar e incluso registrar. Los instrumentos nunca son fines. La responsabilidad en su uso, las consecuencias éticas, ecosistémicas, globales, las dependencias, pueden trabajarse en el aula de manera eficaz trabajando por PROYECTOS. La Pedagogía Ignaciana tiene como clave y centro lo humano. La reflexión de la dialéctica hombre-máquina puede ser muy enriquecedora.