¿QUÉ SON?
De acuerdo con Díaz Barriga y Hernández (2002), los mapas conceptuales son representaciones gráficas de segmentos de información o conocimiento conceptual, por medio de las cuales es posible explorar el conocimiento almacenado en la memoria de un estudiante e incluso realizar procesos de negociación de significados en la situación de enseñanza.
Mientras que para Rodríguez y Moreira (2018), un mapa conceptual es un diagrama que indica relaciones significativas entre conceptos, el cual sirve para representar interacciones entre los mismos, que dan lugar a proposiciones, cuya finalidad es expresar el significado que se le atribuye a los conceptos a través de su selección y del nexo que se establece para unirlos (p. 11). En palabras más simples, los mapas conceptuales son representaciones gráficas elaboradas por el alumnado (o en algunos casos por el personal docente), que no sólo representan la cantidad de conocimientos que posee el alumnado, sino también por el nivel de organización interna que establece entre los conocimientos integrados en sus esquemas.
Esta estrategia fue desarrollada por Joseph Novak y se fundamenta en la teoría del aprendizaje significativo propuesta por David Ausubel en la década de los 60’s, la cual define este tipo de aprendizaje como “el proceso mediante el cual la información nueva interactúa con los conocimientos previos en formas complejas y, como consecuencia de ello, se producen nuevos significados que enriquecen la estructura cognitiva en mayor o menor grado” (Hernández, 2006 p. 87). Dicho con otras palabras, aprender significativamente significa construir significados “conectando” la información nueva, con aquella que hemos adquirido de manera previa, reajustando y reconstruyendo ambas informaciones en este proceso.
Es importante mencionar que en palabras de Notoria (1992), este tipo de estrategias no corresponde a una técnica de inmediata aplicación, sino que se refiere a un método con un contexto teórico amplio y un valor que depende de la meta de aprendizaje que ayuda a lograr y su eficacia.
CÓMO HACER MAPAS MENTALES CON SOPORTE MULTIMEDIA A TRAVÉS DE CANVA
A continuación se muestra el modelo de un mapa mental con soporte multimedia elaborado a partir de Canva, dé clic en el recuadro para dirigirse al mapa mental:
Ejemplo de un mapa mental con soporte multimedia para la materia de Biología I
(dé clic para visualizarlo)
¿CÓMO EVALUARLOS?
Los mapas conceptuales son herramientas útiles en cualquier momento de la evaluación. En la evaluación inicial pueden ser utilizados para determinar los conocimientos previos del alumnado y a partir de ello adaptar las prácticas educativas en favor del estudiantado, así mismo en la evaluación formativa son útiles para realizar monitoreos del progreso del alumnado en su adquisición de aprendizajes y finalmente, durante la evaluación sumativa es posible estimar el grado de aprendizaje en relación con los objetivos educativos propuestos. Además es probable hacer uso de dos estrategias para la evaluación: la primera corresponde a la elaboración del mapa por el alumnado para la posterior valoración del personal docente o del propio estudiantado, y la segunda corresponde a la elaboración del mapa por parte del profesorado como parte de una orientación que le ofrecerá al alumnado la posibilidad de establecer conexiones, cubrir lagunas e identificar errores en los enlaces conceptuales (Fernández y Cebreiro, 2003).
David Ausubel postuló que los conocimientos previos del alumnado constituyen el factor que más influye en el aprendizaje, por lo que el uso de estas recursos durante los procesos de evaluación diagnóstica son una valiosa herramienta que permitirá planificar los procesos educativos acorde a ello, promoviendo el desarrollo de aprendizajes más significativos.
Cuando se utilizan estos instrumentos dentro de los procesos evaluativos, es importante considerar que su objetivo no debe ser verificar el conocimiento con el propósito de clasificar al estudiantado, sino obtener información pertinente de la manera en que este estructura, jerarquiza, diferencia, relaciona, discrimina e integra los conceptos de una determinada unidad de estudio (Rodríguez y Cabreira, 2018).
A continuación se muestra el ejemplo de una rúbrica para evaluar mapas mentales, elaborada a partir por Domínguez-Marrufo, Sánchez-Valenzuela y Aguilar-Tamayo en 2010.
RECOMENDACIONES
Si se opta por utilizar esta estrategia como parte del proceso de aprendizaje y evaluación, es necesario brindar al estudiantado opciones de herramientas para llevar a cabo sus mapas de manera sencilla y adecuada, ello con el objetivo de evitar hacer innecesariamente complicado el diseño de sus organizadores gráficos (los mapas o redes), pues el objetivo no es evaluar la calidad gráfica del mismo, sino sus contenidos. Al respecto, una alternativa adecuada es solicitarles que lo realicen a través de softwares o sitios web de diseño gráfico libres y simplificados que cuenten con plantillas personalizables, como pueden ser los sitios de Canva o Lucidchart.
Es importante resaltar la necesidad de establecer procesos de autoevaluación entre el estudiantado, con el objetivo de potenciar procesos evaluativos mucho más reflexivos y enriquecedores. En relación con lo anterior, es posible facilitar el uso de rúbricas al alumnado, para que hagan uso de ellas al momento de evaluar sus propios productos y procesos o el de sus compañeros, brindando a la vez al profesorado la oportunidad de ahorrar tiempo y recursos al hacerlo. No obstante, esto no significa que el personal docente omita su responsabilidad de monitorear las devoluciones brindadas por el alumnado, y emita la suya propia a través de la retroalimentación.
En el caso de las hetero evaluaciones realizadas por el profesorado, es posible que el personal docente extraiga más evidencias del conocimiento del estudiantado si se le pide que lo explique brevemente de manera oral o por escrito.
Así mismo, Ahumada (2013) expresa la importancia de seguir las siguientes recomendaciones:
Solicitar al alumnado la explicación detallada de los elementos constituyentes de los conceptos.
Utilizar situaciones que les permitan aplicar los conceptos en la vida cotidiana o profesional.
Valorar las explicaciones o interpretaciones diferentes del concepto.
Procurar que el estudiantado demuestre la comprensión profunda del concepto.
Utilizar pautas de observación numerando correlativamente los conceptos colocados para revisar las conexiones resultantes entre conceptos.