En medio de una apremiante situación fiscal, que pone en riesgo la efectiva y adecuada ejecución de prestaciones a la ciudadanía, se introducen en junio de 2019, los principios de sostenibilidad y plurianualidad mediante la Ley N°9696 que reforma el artículo 176 de la Constitución Política. La importancia radica en que el uso sostenible de los recursos públicos es pilar fundamental para legar a las generaciones futuras la posibilidad de gozar del Estado Social y Democrático de Derecho, siendo el Marco de Presupuestación Plurianual, una herramienta y requisito indispensable para instrumentalizar la visión de mediano y largo plazo en la toma de decisiones presentes, y los objetivos y metas estratégicas.

La Hacienda Pública debe mejorar el proceso de gestión de las finanzas públicas ante la creciente necesidad del retorno a la sostenibilidad fiscal y en procura del aseguramiento de la continuidad de los servicios públicos, así como en cumplimiento del mandato constitucional del Estado de procurar mayor bienestar. Para ello es necesario ampliar la perspectiva hacia un horizonte temporal más amplio que la anualidad.

Para ello, se debe avanzar en el desarrollo de un Marco de Presupuestación Plurianual que permita la vinculación entre las proyecciones presupuestarias e instrumentos de planificación de mediano y largo plazo.

Teniendo en consideración las etapas clave en el desarrollo de marcos de presupuestación plurianual y la experiencia jurídica internacional de países como Colombia, Uruguay, Brasil, Reino Unido, Suecia, entre otros, en contraste al contexto y desarrollo de la plurianualidad en el caso costarricense, se presenta una estrategia de operacionalización de este principio que incorpora: 1) factores transversales, 2) parámetros mínimos y 3) líneas estratégicas.

Dentro de los factores transversales, se destaca la necesaria gestión de las capacidades y la cultura dentro del proceso de implementación de la plurianualidad, así como de la transformación digital, la capacidad de construir credibilidad y los retos en materia de ajustes normativos que orienten dicha implementación.

A su vez, se identifican algunos parámetros mínimos que se deben regular con claridad, como la cobertura de los Marcos de Presupuestación Plurianual, el horizonte de presupuestación, los plazos de revisión, la articulación entre la anualidad y la plurianualidad y la necesidad de estructurar dichos marcos como actos administrativos indicativos que evolucionen gradualmente en términos de vinculancia.

Finalmente, se establecen líneas estratégicas que se constituyen en aquellos grandes desafíos que enfrenta el país que se deben ir superando en las diferentes variables y las distintas etapas, con el objetivo de poder operacionalizar de manera exitosa el principio de plurianualidad, a saber: integración, gobernanza, rendición de cuentas y articulación planificación-presupuesto. Costa Rica presenta condiciones básicas en el diseño y uso de los marcos de mediano plazo, por ello el estructurar una estrategia gradual, por medio de la definición de distintas fases, permitiría evolucionar hacia un estado de mayor desarrollo en el mediano plazo.