Avances y desafío de las auditorías internas ante la emergencia sanitaria

En otras oportunidades la Contraloría ha señalado^[1] la importancia de que las auditorías internas proporcionen a la administración activa una perspectiva confiable cuando los riesgos aumentan y cambian rápidamente, así como la orientación y el acompañamiento, mientras fomentan la preparación para el futuro y ayudan a las Instituciones a reaccionar y recuperarse de los efectos de la emergencia sanitaria. En ese sentido, las auditorías internas enfrentan desafíos en este contexto, tanto para dar continuidad a sus servicios, como para generar valor desde su rol, mediante una función estratégica, ágil y oportuna. A partir del análisis de los resultados de una consulta a 204 auditorías internas se identifican rezagos en su gestión, principalmente en aquellos temas críticos ante la emergencia.

Ante un contexto de incertidumbre y volatilidad como el actual, es necesaria la adopción de medidas que permitan a las unidades de auditoría interna ajustar su operación para alcanzar la prestación continua de los servicios, sin olvidar los elementos normativos que enmarcan el ejercicio de esa función. De acuerdo con los resultados de la consulta realizada a 204 auditorías internas, se observa que durante los primeros meses de la emergencia, las medidas adoptadas se han enfocado en ajustes a la operación, principalmente con acciones relacionadas con la activación del teletrabajo y el acceso remoto para las reuniones e interacción con la Administración Activa, requiriendo la aceleración digital en la mayoría de esas unidades (ver figura N.° 1)

Es importante indicar, que es necesario que los ajustes en la operación de las auditorías internas sean acompañados de las modificaciones respectivas en su plan anual de trabajo, de manera que se garantice la generación de valor y los aportes a las administraciones. Al respecto, un 19,4% de las auditorías internas indica una reducción del alcance de sus servicios y la cancelación de estudios ante la emergencia, lo cual refleja una afectación en la continuidad de su operación; además, un 18,6% señala que no ha realizado ajustes ni actualizaciones a su plan anual de trabajo, esto a pesar del tiempo transcurrido desde el inicio de la emergencia.

En línea con lo anterior, ante la incertidumbre y la volatilidad que representa la emergencia sanitaria, es relevante que las auditorías internas analicen y ajusten también sus servicios, de manera que mediante una visión estratégica orientada a los resultados se atiendan oportunamente sus propósitos.

La emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto la rapidez con la que los riesgos cambian y pueden impactar la gestión de las instituciones públicas, por lo que resulta relevante que las decisiones se tomen con base en datos que posibiliten la gestión de esos riesgos^[2], los cuales serán mayores entre más susceptible sea la organización y cuanto más expuesta se encuentre ante esa emergencia y sus efectos^[3]. También demanda que los servicios de auditoría interna se adapten según la vulnerabilidad de la institución, en términos de la susceptibilidad, la exposición y su capacidad de adaptación.

Al respecto, la consulta realizada a las auditorías internas permitió construir un índice que valora los ajustes experimentados en los servicios de auditoría, asesoría, atención denuncias, advertencias e investigación, respecto a si estos han aumentado, disminuido, o si se han mantenido, de forma que aproxima el cambio en el esfuerzo que se refleja en esos servicios ante la emergencia. Este indicador muestra que el nivel promedio de cambio en el esfuerzo de las auditorías internas ha sido del 46,9%, en una escala de 0-100, lo que indica la persistencia de brechas de adaptación en esta etapa de la emergencia.

Particularmente, un 72,3% de las auditorías internas presentan niveles de variación del esfuerzo inferiores al 50%, lo cual obedece a que en su mayoría señalan que han mantenido o disminuido sus esfuerzos en cada uno de los servicios, tan solo en promedio un 17% de los servicios presenta algún incremento. Además, las características de la emergencia y sus efectos exige de las auditorías internas esfuerzos adicionales, principalmente en aquellas instituciones en las cuales los niveles de vulnerabilidad son mayores; sin embargo, los resultados evidencian que el promedio de variación del esfuerzo en las instituciones con vulnerabilidad alta y media es de tan solo un 53,6%, y 46,9% respectivamente.

Es importante que dicho esfuerzo se complemente mediante el análisis continuo de los riesgos, los escenarios posibles, las amenazas y los desafíos que enfrentan sus instituciones públicas, de manera que se seleccionen los cursos de acción que les permitan a las auditorías internas tanto la continuidad de sus servicios, como una mayor orientación hacia los temas críticos y las áreas prioritarias en las cuales se necesita agregar valor.

La Contraloría, mediante la reflexión denominada “Importancia de la auditoría interna estratégica, ágil y oportuna en tiempos de crisis” señaló la relevancia de que los servicios de la auditoría interna se enfoquen en temas críticos y estratégicos para las instituciones públicas ante la emergencia. Por ejemplo, por su naturaleza toma importancia temas como el cumplimiento normativo, la gestión de riesgos, las operaciones, entre otros.

De acuerdo con los resultados de la consulta, los servicios de auditoría relacionados con estos temas críticos no han sido objeto de estudio con una cobertura amplia, esto a pesar de su relevancia. Particularmente, un 20,9% de las auditorías internas indica que no han prestado servicios en relación con alguno de esos temas, dicho porcentaje alcanza un 40,3% si se consideran aquellas que tan solo han contemplado 1 o 2 temas, de al menos 12 identificados.

Además, al cotejar las áreas de susceptibilidad a nivel institucional con el porcentaje de auditorías internas que no cuentan con servicios vinculados a la gestión financiera, la operativa, de recursos humanos y de tecnologías de información, los resultados reflejan que existen brechas importantes en aquellas áreas en las cuales los niveles de susceptibilidad son mayores, ya que en promedio el porcentaje de auditorías sin servicios relacionados es alto (ver figura N.° 3). Particularmente destacan, la gestión de los recursos humanos y la gestión de las tecnologías de la información, con niveles importantes de susceptibilidad y porcentajes altos de auditorias internas sin servicios asociados.

Como parte de las gestiones antes mencionadas, destacan los servicios de atención de fraudes, así como los servicios de auditoría relacionados con el análisis del entorno, las tecnologías de información y la seguridad de la información. En esas áreas, menos de un tercio de las auditorías internas han ofrecido algún servicio, aún y cuando se encuentran en una de las gestiones más susceptibles durante la emergencia.

Las exigencias que imponen los efectos de la emergencia sanitaria, han requerido una respuesta oportuna y efectiva tanto a los riesgos ordinarios como a los emergentes por parte de la administración pública. En ese sentido, se requiere también una respuesta estratégica y oportuna de las auditorías internas; no obstante, a pesar de las gestiones realizadas por esas unidades para mantener la continuidad de sus servicios, persisten brechas importantes en cuanto a la orientación de sus servicios en temas críticos y estratégicos para las instituciones públicas en este contexto. Asimismo, conforme esta emergencia se prolonga, es primordial incrementar el esfuerzo de adaptación de los servicios de auditoría interna, principalmente para aquellas unidades pertenecientes a instituciones públicas con mayor vulnerabilidad, de manera que su función genere el valor esperado en cumplimiento de sus propósitos.

Más información en:

Importancia de la auditoría interna estratégica, ágil y oportuna en tiempos de crisis. Contraloría General de la República (2020).