El drama

de las obras públicas

en el Perú

Guillermo W. Coloma Elías

El drama

de las obras públicas

en el Perú

El caso del segundo puerto de la República

La Ley que dispuso la construcción

de los nuevos Edificios Públicos de Mollendo (Subprefectura, juzgados, cuartel de Policía y Cárcel)

El contrato de construcción

y sus especificaciones técnicas

La increíble demora

en las obras de edificación que duraron ocho años

El anhelo de los mollendinos

para la construcción del nuevo Hospital

Los años que tardó la obra

y el abandono de la misma por el Gobierno

El proyecto para la construcción de un

Hotel de Turistas en Mollendo

El nuevo Camal o Matadero de Mollendo

construido por el Contrato Ugarteche

e inaugurado en 1945

La fundación del Asilo de Ancianos de Mollendo

Las obras públicas, en el Perú, algunas veces, han provocado incontables problemas por defectos en su planificación y ejecución, quedando, en algunas ocasiones, inconclusas y abandonadas a su suerte, a pesar de los enormes costos que le significaron al Tesoro Público. Por esta razón, nos referiremos, en este libro, al drama de las obras públicas inconclusas, en el Perú, tomando como ejemplo el caso de Mollendo, que fuera el segundo puerto de la República.

Don Guillermo W. Coloma Elías fue un personaje muy importante en el Sur del Perú y desde muy joven participó en la administración pública, especialmente en Mollendo, en donde se encontraba establecida la importante empresa aduanera familiar. En los documentos que conservó se registra parte de la historia de de la región, y en el presente libro, titulado “El drama de las obras públicas en el Perú. El caso del segundo puerto de la República”, el décimo octavo de la Colección de Documentos Históricos de Mollendo y la provincia de Islay, que fuera fundada por su hijo don José Coloma Gygax, se incluye toda la información relacionada con este problema, transcribiéndose cada documento literalmente, indicándose el periódico, lugar, fecha y página, o el notario público, según sea el caso.

En el libro encontrarán los investigadores toda la documentación referente a la construcción de los Edificios Públicos de Mollendo (nombre oficial que se le dio al nuevo local de la Subprefectura, los juzgados, el cuartel de la Policía, la Cárcel, etc., ubicados en la plaza Grau del puerto). También se transcribe la documentación relacionada con la construcción del nuevo Hospital de Mollendo, del nuevo Camal o Matadero y del nuevo Hotel, así como la fundación del Asilo de Ancianos.

Es necesario tener presente que existe una norma legal de suma importancia para Mollendo, la Ley N° 7847, promulgada el 9 de octubre de 1933 por don Oscar R. Benavides, Presidente de la República, la cual se transcribe literalmente en el capítulo I de este libro. Mediante mencionada Ley se fundó el Asilo de Ancianos de Mollendo y se dispuso se concluyera la obra de la nueva iglesia parroquial. Además, se dispuso se construyera un nuevo Hospital, así como los nuevos Edificios Públicos de Mollendo.

Se ordenó, mediante esta Ley, que “El cobro de dos soles por tonelada de petróleo por concepto de muellaje que se cobra por el puerto de Mollendo, pasará a ser entrada de la Beneficencia de Islay, la cual recabará directamente este impuesto” [sic]. Con la suma recaudada se debían llevar a cabo todas las obras mencionadas, y al concluirse ellas el dinero restante, captado por concepto de muellaje de petróleo, pasaría a ser renta de la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo.

El Presidente don Oscar R. Benavides, en su Mensaje al Congreso, de 1939, señaló que “La ley número 7847 [del 9 de octubre de 1933] ordena que el 25 % del impuesto de muellaje que paga el petróleo a su paso por la provincia de Islay, debe dedicarse a la edificación de un cuartel para la Policía de Mollendo. Los trabajos deberán iniciase en breve”, cosa que no ocurrió inmediatamente, sino el 2 de mayo de 1940. En esa fecha, don Guillermo W. Coloma Elías, Subprefecto de la provincia de Islay, fundó e instaló la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, de la cual, además, fue su primer Presidente (capítulo II).

Se indicaba en la prensa arequipeña que “El terreno donde se construirá el Cuartel es el que ocupa actualmente la Subprefectura, Comisaría y Oficina de Extranjería, debiendo, además, expropiar tres propiedades” y que “Incluso las expropiaciones, demandará un gasto de S/. 130,000, que la Comisión tratará de financiar, con la renta del 25 por ciento de los impuestos que se pagan por la internación del petróleo”. La Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo entregó a la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, la suma de S/. 36,185.65, que tenía recaudados hasta ese momento, por concepto del mencionado impuesto al muellaje del petróleo.

El Presidente don Manuel Prado, en su Mensaje al Congreso, de 1940, afirmaba que “Se han aprobado los planos para la construcción del Cuartel de Mollendo, obra que, bajo la supervigilancia de una comisión especial [que preside don Guillermo W. Coloma Elías], se llevará a la práctica con los fondos creados por la ley 7847 [del 9 de octubre de 1933], que establece un impuesto de muellaje al petróleo que pasa por la provincia de Islay”.

La demolición de los edificios de madera de la antigua Subprefectura y Cuartel de Mollendo, se llevó a cabo el año 1942 (capítulo III), informándose que “Se han iniciado los trabajos para la construcción del Cuartel de Policía y locales para el funcionamiento de la Subprefectura, Jefatura Militar, etc.”, y que “Están muy adelantados los trabajos de derribo del Cuartel de Policía, en cuyos terrenos habrán de levantarse las nuevas construcciones que habrán de constituir las Oficinas de la propia Policía y Subprefectura”.

El contrato para la construcción de los Edificios Públicos de Mollendo fue realizado en 1944. Intervinieron don Guillermo W. Coloma Elías, Subprefecto de la provincia de Islay y Presidente de la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo y don Hernán Boggio Allende, en representación de la empresa constructora de don Juan Voto Bernales Corpancho. Este importante documento se transcribe íntegramente en el capítulo IV de este libro.

En el contrato se registran todas las especificaciones técnicas. La minuta del contrato para la edificación de los nuevos Edificios Públicos de Mollendo fue suscrita el 18 de noviembre de 1944 por don Guillermo W. Coloma Elías, Subprefecto de la provincia de Islay y Presidente de la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo y don Hernán Boggio Allende, representante de la empresa constructora de don Juan Voto Bernales Corpancho (capítulo V).

Se incluyen, en el capítulo VI, las especificaciones técnicas para la construcción de los Edificios Públicos de Mollendo (Subprefectura, Juzgados, Cuartel de Policía, Cárcel, etc.), ordenadas por unidad, cantidad, precio unitario e importe, y están divididas por plantas, agregándose, al final, un resumen con los costos por cada planta y el costo total de la obra. Para la construcción, tal como se indica en las especificaciones técnicas, se debió realizar la “nivelación, relleno y corte” del desnivelado y escarpado terreno en donde se levantó la obra. Además, para la fachada se proyectó un acabado de gran calidad: “Fachada de cuarzo” dice en las especificaciones técnicas, abarcando trescientos cuarenta metros cuadrados (340.00 m2.) de ese apreciado material (que se debe recuperar, retirando la pintura que indebidamente lo recubre).

La Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, presidida por don Guillermo W. Coloma Elías y en sesión del 18 de noviembre de 1944, aprobó la minuta del contrato para la construcción de los nuevos Edificios Públicos de Mollendo (capítulo VII).

En el capítulo VIII se incluye la información que ofreció la prensa limeña sobre el avance en las obras de construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, indicando que “están dando término a diferentes obras públicas […] – Cuartel, Cárcel y Oficinas Públicas, que se construyen al frente de la plaza Grau”; además, las obras eran continuamente visitadas por el Subprefecto don Guillermo W. Coloma Elías, que también era Presidente de la Junta respectiva.

Pero, lamentablemente, por decisión del Gobierno, en 1945, como se verá en el capítulo IX, la Junta encargada de su construcción dejó de presidirla el Subprefecto de la provincia de Islay, encargándole el mando de ella a “una autoridad militar residente en Arequipa”, tal como se informaba, con preocupación, en la Ciudad Blanca, comentándose, además, en la prensa limeña que “Como era de esperar, al no poder estar el control necesario en contacto próximo y directo con la obra referida, los términos del contrato se han conculcado [sic], dando, por consecuencia, la suspensión de las obras que se venían ejecutando, con todos sus lamentables perjuicios para la población”. Por esta razón, seguramente, la obra tardó tantos años hasta volverse casi inacabable.

La paralización de las obras de construcción de los Edificios Públicos de Mollendo (capítulo X) fue comentada por la prensa de Lima, indicando que “Es una lástima que esta obra, cuyo compromiso de entrega, creemos, ya se ha vencido, quede en la misma condición que el Hospital nuevo, es decir, inconclusa”. En Arequipa, se informaba que “La construcción de los edificios públicos que se emprendiera en época pasada, debe continuar, ya que ello puede ser el índice de lo que deba hacerse allá. El pueblo está alarmado por la paralización, pues aparte de lo que significa en la parte moral del vecindario mollendino, también hay que tener en cuenta lo que representa en la economía general y en el ornato de la ciudad”.

Los Edificios Públicos de Mollendo fueron parcialmente terminados de construir en 1948 (como se puede comprobar en la documentación que se encuentra en el capítulo XI), habiendo durado las obras nada menos que ¡ocho años! En Lima informaban que “El local para Oficinas Públicas, ha sido tomado por la Policía para hacerlo cuartel, Subprefectura y Cárcel, pero como este edificio tampoco está terminado, la situación de los detenidos y de los presos no es satisfactoria”. El Decano de la Prensa Nacional afirmaba también que “Frente a la Plaza Grau existe un edificio destinado a las oficinas públicas y habitación para los funcionarios, cuya edificación se inició hace varios años y la misma que se llevó a efecto con variaciones de distinta índole y modificaciones, a tal punto, que el referido edificio ha quedado inhabitable e inconcluso, pero esto no obstante, se ha instalado allí la Subprefectura, la Policía, pero los Juzgados de Primera Instancia se hallan aún en sus antiguos locales. Se juzga indispensable que los fondos que existen para esta obra se inviertan para su conclusión”.

En cuanto a la construcción del nuevo Hospital de Mollendo, obra que quedó a medio terminar y finalmente fue abandonada y destruida, por haber sido mal planificada por el Gobierno central, en el capítulo XII se reproduce la información publicada en Lima, referente a que la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo había solicitado al Gobierno la construcción de un nuevo Hospital, y que “Han sido aprobados los planos respectivos y se dispone de dinero”. Además, ya se habían recibido esos planos elaborados por el Ministerio de Salud Pública, habiéndosele solicitado, “la memoria descriptiva y el presupuesto general de la obra”. En un aviso publicado por la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo, en Lima (capítulo XIII), informando “Habiendo sido aprobados por el Supremo Gobierno los planos y presupuestos para la construcción del nuevo hospital en este puerto, todos los interesados pueden presentar sus propuestas en pliego cerrado y sellado, hasta el día 24 de junio de 1941, ante la Secretaría de la Beneficencia, de acuerdo con las bases que pueden verse o solicitarse a dicha Secretaría. Las propuestas serán abiertas ante la Junta de Almonedas de la Beneficencia, el día señalado anteriormente a horas cuatro de la tarde”.

Don Manuel Prado, Presidente de la República, en su Mensaje presentado al Congreso en 1941, al referirse a la “asistencia hospitalaria” en el Perú, afirmaba que “Mientras se elabora el plan técnico que es indispensable estudiar para dotar a la República de un mayor número de hospitales, el Gobierno ha prestado apoyo para construir o ampliar los nosocomios en el Callao, Arequipa, Mollendo, Andahuaylas, Huancayo, Puno, Huanta, Paita, Sullana, Piura, Ayaviri y Sicuani”. Además, por Resolución Suprema de 10 de diciembre de 1941, rubricada por el Presidente Prado, se dispuso, en su artículo primero: “Adjudícase en forma gratuita, a la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo, los veintitrés mil quinientos metros cuadrados (23,500.00) de terrenos eriazos que solicita, en el puerto de Mollendo, conforme al plano que tiene presentado, y cuyo perímetro afecta la forma de un rectángulo de cien metros de frente sobre la proyectada prolongación de la Avenida Independencia, por doscientos treinta y cinco metros de fondo”. Asimismo, en el artículo segundo de esta norma legal se dispuso que “Queda expresamente establecido que la cesión del terreno mencionado se hace con el exclusivo objeto de que la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo construya en él un Hospital”.

El Presidente don Manuel Prado, en su Mensaje al Congreso, de 1942, reproducido en el capítulo XIV, informaba al país que “Se encuentran aprobados los respectivos planos y presupuestos para la construcción de hospitales en Pampas, Lamud, Aplao y Jumbilla y para la ampliación de la Maternidad de Lima, Hospital Goyeneche de Arequipa, Belén de Huaraz, San Vicente de Paúl de Tarma y El Carmen de Mollendo”. Y en el diario “El Comercio”, de Lima, se señalaba que en Mollendo, “están dando término a diferentes obras públicas, pudiendo informarse, en detalle, que la obra más antigua es el Hospital, que no puede terminarse todavía, aunque siguen trabajando en la colocación de puertas, etc.”.

El Presidente Prado, en su Mensaje al Congreso, de 1944, informaba al país que “Están actualmente en construcción los hospitales de Chivay, Aplao, Andahuaylas, Ayacucho, Trujillo, Mollendo, Camaná, Contumazá y San Miguel (La Mar) y el dispensario y pabellones para tuberculosos en Tacna”. Y aún en el año 1947, como se puede apreciar en el capítulo XV, el Presidente don José Luis Bustamante y Rivero, en su Mensaje al Congreso de ese año, al referirse a los hospitales del Perú, afirmaba que su Gobierno estaba abocado en “terminar el de Mollendo”, cosa que jamás sucedió ya que quedó paralizada definitivamente la construcción del nuevo Hospital de Mollendo.

En el Decano de la Prensa Nacional, en 1948, se lamentaban de que “Las pocas obras públicas que tiene Mollendo en construcción son: el Nuevo Hospital, comenzado hace muchos años, que se halla paralizado, sin cerco y con una gran cantidad de pabellones abandonados”. Además, el General don Manuel A. Odría, Presidente de la República, en su Mensaje a la Nación de 1949, afirmaba que “Está en estudio y se llevará a cabo la construcción de 40 hospitales en diversos lugares de la República y se terminarán los de Huancayo, Mollendo, Camaná, Aplao, Ayacucho y Puno”.

Los mollendinos exigían permanentemente a los sucesivos gobiernos, la terminación de la construcción del nuevo Hospital, ya que pasaban los años y no se avanzaban las obras debido a que en Lima carecían de interés en ellas. En el capítulo XVI se transcribe la noticia publicada 1949 en Lima, en la que informaban que “Las autoridades y personas representativas de Mollendo han enviado un memorial al Gobierno, con el propósito de que se cumpla, por la Junta Pro Desocupados, de entregar los fondos necesarios para la terminación del hospital, cuya construcción se comenzó en el año 1942. En esta obra han hecho inversiones importantes la Beneficencia y el Gobierno, pero hasta el presente no se ha conseguido terminar la construcción”. En Arequipa, también en 1949, anunciaban que “Un grupo de instituciones representativas de la población mollendina acaba de subscribir un memorial dirigido al señor Presidente de la Junta Militar de Gobierno [General don Manuel A. Odría], en cuyo texto se hace una exposición detallada del estado de las obras del nuevo Hospital, comenzado a construir en 1942 y que hasta hoy se halla inconcluso, no obstante la urgencia de este establecimiento para atender las necesidades asistenciales de la provincia de Islay”.

Este diario se refiere también al local del antiguo Hospital, indicando que “Mollendo, desde hace muchos años, cuenta con el Hospital del Carmen, un local destinado a nosocomio, que si bien, en un principio, satisfizo las exigencias de la población, el natural deterioro de una edificación de madera y las muchas deficiencias puestas en evidencia por los adelantos de la ciencia médica, han determinado que este viejo Hospital sea totalmente inaparente para la utilidad a que está destinado, careciendo de la higiene y comodidades que demanda un establecimiento de esta naturaleza y siendo, además, incapaz de albergar la considerable cantidad de enfermos, que, procedentes de toda la provincia, afluyen a Mollendo en procura de atención”.

Agregan, al referirse al nuevo Hospital, que “Los planos y presupuestos de la nueva obra se sometieron a la aprobación del Supremo Gobierno, y hace aproximadamente siete años [en 1942] que comenzaron los trabajos, estando, hasta la fecha, inconclusos y sujetos a deterioro por acción del tiempo”. Además, “La obra del nuevo Hospital para Mollendo se levanta en un lugar muy aparente y ventilado, frente al Estadio Municipal […], cuya edificación experimentó serios contratiempos con las repetidas alzas en el precio de los materiales, que motivaron rectificaciones en los presupuestos y posteriormente, a solicitud de la Sociedad de Beneficencia de Mollendo, se pidió la rescisión del contrato suscrito con la firma constructora, quedando, en consecuencia, paralizados los trabajos poco tiempo después de haber sido iniciados”.

Al año siguiente, por Resolución Suprema del 27 de enero de 1950, según informaban en Arequipa, “se ha aprobado el anteproyecto para la terminación del nuevo Hospital de Mollendo, preparado pro los Departamentos de Hospitales y Arquitectura y Construcción, disponiéndose que en un plazo de 60 días sea posible reiniciar los trabajos de construcción del Hospital, en el primer trimestre de 1950”.

Este diario, al referirse a esta obra inconclusa, hace una denuncia muy grave: “la planeación resulta defectuosa porque no se calculó el aplanamiento del terreno […], de donde resultó que los pabellones construidos, que son varios, están a diferentes alturas, siendo, por lo tanto, imposible, conducir un enfermo de un pabellón a otro y tampoco entrarlo o sacarlo del local”. Concluyen afirmando que “Total que la obra, que costó tantísimos miles, era un desastre, por lo cual se abandonó, pues las reparaciones costaban muchos miles”. En Arequipa, en 1950, al referirse al problema de la construcción del nuevo Hospital, informaban que “Los trabajos prosiguieron algunos meses, se levantaron varios pabellones; vino después un “impasse” entre la Beneficencia de Mollendo y la firma Voto-Bernales, entredicho que según sabemos, fue concluido, y por último, las obras empezadas quedaron paralizadas por completo”

Se debe tener siempre presente que todos los problemas que se presentaron en la construcción del nuevo Hospital de Mollendo se debieron única y exclusivamente, a la incapacidad del Gobierno Central, ya que en Lima se aprobó la ubicación del mismo, al disponer la utilización de un terreno con una gran pendiente, tal como ya lo hemos visto, y además, también en la Capital de la República aprobaron los planos y las especificaciones técnicas que condujeron a ese grave error arquitectónico y al derroche de una gran cantidad de dinero del Erario público. Este es un penoso ejemplo del drama de las obras públicas inconclusas, en el Perú.

Con respecto a la construcción de un nuevo Hotel en Mollendo, debemos recordar que el Presidente don Manuel Prado, en su Mensaje al Congreso, de 1943, reproducido en el capítulo XVII, al referirse a los nuevos hoteles para turistas (construidos en Arequipa, Chala, Huancayo, Huánuco, Machu Picchu, Piura y Tingo María), informaba a la Nación que “en el programa de construcciones se ha incluido los proyectos para los de Urubamba, Yurimaguas, Huaraz, Yungay, Chimbote, Ayacucho, Nazca, Cajamarca, Mollendo y Chachapoyas”. Cabe señalar que en Mollendo había consenso de que era indispensable contar con un hotel moderno y dotado del mayor confort. Así lo hacía saber el diario “Noticias” de Arequipa al comentar sobre la clausura del antiguo Hotel Ferrocarril, joya arquitectónica de madera que jamás debió haber sido destruida (y que debería reconstruirse en su mismo lugar, reproduciendo sus características originales). Pero el antiguo Hotel Ferrocarril fue demolido y nunca se construyó el ansiado Hotel de Turistas.

En lo referente a la construcción del nuevo Camal o Matadero de Mollendo, mediante el contrato suscrito entre el Concejo Provincial de Islay y don Manuel Ugarteche, se acordó la edificación de diversas obras públicas en Mollendo, así como la solución del problema del agua potable (capítulo XVIII). Toda la información referente a este hecho se encuentra en la obra “Documentos del Contrato Ugarteche y el saneamiento urbano de Mollendo (1926-1935)”, de don Guillermo W. Coloma Elías. Entre las nuevas obras se incluía la construcción del nuevo Mercado de Mollendo (1926-1927), declarado Monumento Nacional por su valor histórico y arquitectónico, y el nuevo Camal, ubicado en el lugar llamado El Chungungo, cuyas obras quedaron casi concluidas al momento del golpe de Estado contra el Presidente don Augusto B. Leguía, en 1930.

Los elementos del hampa que siempre combaten contra del desarrollo de los pueblos fueron enemigos declarados del contrato Ugarteche y profirieron una serie de calumnias al respecto. Pero el padre don Juan B. Arenas, uno de los mayores promotores de la suscripción de este contrato (siendo él, además, uno de los firmantes del mismo), no podía haberse equivocado en su decisión. Lo cierto es que las obras de construcción del nuevo Camal de Mollendo quedaron paralizadas en 1930, y recién en 1935, como se aprecia en el capítulo XIX, el Concejo Provincial de Islay convocó a una licitación en la que se estipulaba que el contratista “acabará de construir el Camal […] aprovechando todo lo construido”. La licitación no tuvo ningún resultado positivo.

Siendo Presidente don Manuel Prado, se decidió concluir las obras de construcción del Camal (capítulo XX), informándose en Lima que “Es propósito del Gobierno convertir en realidad necesidad tan sentida”. Y se indicaba, en 1944, que “Como se sabe, está ya terminado el nuevo camal, para el servicio higiénico y eficiente de este ramo”, pero le faltaban los “implementos de matanza” y un muro perimétrico. El Camal de Mollendo, construido por la Empresa Ugarteche de 1928 a 1930, fue inaugurado en 1945, como aparece en el capítulo XXI, y así se informa en Arequipa: “El nuevo edificio del Camal se halla en funciones por disposición municipal, lo cual ha sido bien recibido”.

Como ya lo hemos visto, el Asilo de Ancianos de Mollendo fue fundado por Ley N° 7847, del 9 de octubre de 1933, siendo Presidente de la República don Oscar R. Benavides. Como en toda ciudad o pueblo, siempre ha habido personas caritativas que han deseado establecer pequeños refugios para los ancianos, sin contar con los fondos necesarios, y quedando todo como un simple anhelo o sueño. Por ello, como se prueba en el capítulo XXII, la verdadera fecha de fundación del Asilo de Ancianos de Mollendo es el 9 de octubre de 1933 y su fundador fue el Presidente Benavides. Se debe tener presente que en Mollendo no existió ningún asilo verdadero antes de la fundación del Asilo de Ancianos, por medio de esta Ley.

Además, por Resolución Suprema de 18 de abril de 1940, rubricada por don Manuel Prado, Presidente de la República y siendo Ministro de Salud Pública el Dr. Constantino T. Carvallo, Subprefecto de la provincia de Islay don Guillermo W. Coloma Elías y Director de la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo don Hernán L. Zuzunaga, fue aprobado el “proyecto de construcción del Asilo de Ancianos de Mollendo, que, con las modificaciones introducidas por la Sección Técnica respectiva, de la Dirección General de Fomento, asciende a la cantidad de treinta y cinco mil trescientos un soles oro 53/100”. En esta norma legal se disponía además que se autorizaba a la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo “con cargo a los fondos acumulados en la cuenta “Construcción Asilo”, que lleva la mencionada institución, en conformidad con la ley N° 7847”.

En Lima, en 1950, se informaba que “A iniciativa del presidente de los Leones mollendinos, doctor Oswaldo Cornejo del Carpio, se ha acordado, por esa institución reconocer como Día del Asilo de los Ancianos de Mollendo, el 29 de junio, de modo que todos los años se harán agasajos y festejos para contentar a los numerosos ancianitos que viven en el Asilo, donde son atendidos magníficamente por la Beneficencia Pública”. El Dr. Oswaldo Cornejo del Carpio fue fundador y primer Presidente del Club de Leones de Mollendo. Estuvo casado con doña Olga Coloma Polar (hija de don Ernesto Coloma Elías y de doña María Polar y Ugarte de Coloma) y fue un destacado abogado y maestro arequipeño que residió muchos años en Mollendo. Era hermano político de don Hernán Zuzunaga Flórez (casado con doña Elsa Cornejo del Carpio), hijo de don Hernán L. Zuzunaga, que como ya lo hemos visto, presidió la Beneficencia mollendina en 1940.

Don Guillermo W. Coloma Elías (Arequipa, 1884 – Mollendo, 1955) fue hijo de don Cayetano Coloma y Valencia (Oficial del Ejército de Reserva de Arequipa en la Guerra del Pacífico) y de doña Rosario Elías y Rivera. Contrajo matrimonio en Mollendo con doña Esther Gygax y González, hija de don Adolfo Gygax, Cónsul del Imperio Alemán en Islay y Mollendo y de doña Fortunata González y Ponce de León. Fue Gobernador de la Plaza de Mollendo desde 1935 hasta su fallecimiento, en 1955 (en los gobiernos de los Presidentes don Oscar R. Benavides, don Manuel Prado y Ugarteche, don José Luis Bustamante y Rivero y don Manuel A. Odría). Por esta razón es que debió hacerse cargo de la Subprefectura de la provincia de Islay en varios periodos.

Este libro está dividido en veintidós capítulos y al final se incluye un índice onomástico y toponímico que facilitará su consulta a todos los investigadores. El primer capítulo se refiere a los antecedentes de la construcción de los Edificios Públicos de Mollendo (Subprefectura, juzgados, cuartel de Policía, Cárcel, etc.), del nuevo Hospital y la fundación del Asilo de Ancianos de Mollendo (Ley N° 7847, del 9 de octubre de 1933); el segundo, a la instalación de la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, el 2 de mayo de 1940 (presidida por don Guillermo W. Coloma Elías, Subprefecto de la provincia de Islay); el tercero, a la demolición de los edificios de madera de la antigua Subprefectura y Cuartel de Mollendo; y el cuarto, al contrato para la construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, realizado el 22 de diciembre de 1944, en el que intervinieron don Guillermo W. Coloma Elías, Subprefecto de la provincia de Islay y Presidente de la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, y el representante de la empresa constructora.

El capítulo quinto trata sobre la minuta del contrato para la edificación de este inmueble; el sexto, sobre las especificaciones técnicas para su construcción; el séptimo, se refiere a la sesión de la Junta Encargada de la Construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, de fecha 18 de noviembre de 1944 y presidida por don Guillermo W. Coloma Elías; el octavo, al avance en las obras de construcción; el noveno, a los problemas en la construcción de los Edificios Públicos por cambios en la Junta encargada de su construcción; el décimo, a la paralización de las obras de construcción; y el undécimo, a la terminación parcial de la construcción de los Edificios Públicos de Mollendo, en 1948.

Además, el capítulo duodécimo se refiere a la solicitud que hizo al Gobierno la Sociedad de Beneficencia Pública de Mollendo para la construcción de un nuevo Hospital; el décimo tercero, a la aprobación del proyecto de construcción de un nuevo Hospital en Mollendo por el Gobierno del Presidente don Manuel Prado; el décimo quinto, al inicio de la construcción del mismo; el décimo quinto, a la paralización definitiva de la construcción del nuevo Hospital; y el décimo sexto, a las gestiones infructuosas para la culminación de la construcción de esta obra, que quedaron sin terminar y años después fue destruida.

En el capítulo décimo séptimo se trata de la aprobación, por parte del Gobierno del Presidente don Manuel Prado, de la construcción de un nuevo Hotel en Mollendo; el décimo octavo, se refiere a la construcción del nuevo Camal o Matadero de Mollendo, el año 1926, por el Contrato Ugarteche; el décimo noveno, a la paralización de la construcción del nuevo Camal de Mollendo por la caída del régimen de Leguía (1930) y las gestiones del Municipio para la conclusión de la obra; el vigésimo, al reinicio de los trabajos de construcción del mismo; el vigésimo primero, a la inauguración del nuevo Camal de Mollendo, en 1945 (construido por la Empresa Ugarteche); y el vigésimo segundo, a la fundación del Asilo de Ancianos de Mollendo, por Ley N° 7847, del 9 de octubre de 1933.

Este libro será de mucha utilidad para los investigadores, ya que ofrece toda la documentación referente a los problemas que afectan a las obras públicas en el Perú y que a veces se tornan en un verdadero drama, como las que se llevaron a cabo en Mollendo y no se terminaron nunca o fueron parcialmente acabadas y puestas en uso a pesar de haber quedado inconclusas.

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