Las terrazas del Ebro

Otra forma de visualizar la geología de una zona es a través de los cortes o secciones geológicas. La imagen inferior representa un perfil o corte topográfico a lo largo de la transversal Delicias-Expo 2008 en el que se incluye la geología previsible en el subsuelo. El relieve va descendiendo hacia el N a través de varios escalones hasta la posición del río Ebro. Bajo los niveles de suelos agrícolas y aportes antrópicos se desarrollan entre 20 y 30 metros de depósitos fluviales del Ebro. Estos materiales descansan sobre los yesos y sales del antiguo lago salino de Zaragoza. Además de estas unidades, dentro de los niveles de gravas del Ebro, podemos identificar otro cambio, el nivel freático. Éste es la superficie a partir de la cual los poros de los sedimentos se encuentran rellenos de agua. En los casos en que el nivel freático intersecta la topografía aflora el agua (como ocurre en el propio cauce del Ebro) mientras que en el resto del barrio se encuentra, en algunos casos, superando los 9 metros de profundidad.

El contacto entre los materiales cuaternarios (fluviales del Ebro) y los materiales evaporíticos (las sales de Zaragoza) no se distribuyen de forma homogénea, sino que aparecen a través de una topografía irregular. Estos contactos irregulares, conocidos a nivel de toda Zaragoza, sólo pueden explicarse a través de hundimientos del terreno (subsidencia) que fueron rellenados por la actividad fluvial del Ebro (anomalías de espesor de las terrazas del Ebro debidas a subsidencia).

El análisis de los datos del subsuelo de La Almozara ha permitido elaborar los siguientes mapa, de espeoresde materiales cuaternarios y de la topografía del techo de las sales

Si realizáramos un sondeo (excavación) en La Almozara encontraríamos unos metros de materiales asociados a la actividad del hombre y antiguos suelos agrícolas. Por debajo y hasta entre 20 y 40 metros de profundidad encontraríamos los depósitos asociados a la actividad del Ebro (terrazas compuestas por gravas, arenas y limos). Estos depósitos descansan sobre los materiales salinos de los yesos de Zaragoza. Otro aspecto a considerar es que estos materiales solubles se encuentran, en todo momento, bajo las aguas del Ebro, por lo que la posibilidad de disolución de dichos materiales está siempre presente en todo el entorno de Zaragoza. La disolución de las sales produce la aparición de cavidades en el subsuelo, las cuales al propagarse a superficie generan simas o dolinas. Esto produce, que como en buena parte de la ciudad de Zaragoza, la probabilidad de que aparezcan dolinas sea alta. El conocimiento de las dolinas de Zaragoza muestra que éstas suelen tener periodos de actividad de varios siglos, de forma, que muchas de las que existen hoy en día, ya existían en el pasado. Este aspecto suele utilizarse para evaluar lo habitual de la presencia de dolinas en una determinada zona. En La Almozara, aunque existe agua en el subsuelo y además hay materiales solubles, la densidad de dolinas en superficie no es muy alta. Esto supone que aunque puedan aparecer dolinas en la zona, porque se dan los condicionantes geológicos, no es algo habitual y además, desde el punto de vista histórico, no se conocen casos que hayan afectado al suelo urbano consolidado del barrio.