¨Las animas¨del estado Guarico.

Hace unos días, e impulsado por la curiosidad, me decidí investigar sobre otras devociones venezolanas hacia las animas. En este caso, escribí algunas lineas, - si se quieren marginales-, sobre otra de nuestras devociones, en este caso, la del anima de Taguapire.

Esta devoción en particular, es muy interesante, ya que es venerada bajo dos personalidades diametralmente distintas y en dos lugares geográficos distantes: Francisca Duarte, cuyo santuario se encuentra a pocos kilómetros de la población de Santa Maria de Ipire, y la de Rosendo Mendoza, cuyo santuario se encuentra cerca del pueblo de San Rafael de Orituco. Ambas ubicadas en el estado Guarico.

La historia de Francisca Duarte o “Mama Pancha” no tiene una ubicación cronológica precisa y se pierde en la memoria de los tiempos. Mujer de recio carácter, excelente comadrona y buena persona, murió de paludismo. Trasladada en una hamaca para darle cristiana sepultura, es depositada a los pies de un árbol de taguapire, en cual no pudieron moverla, viéndose obligados a sepultar el cuerpo al pie del mismo.

Un llanero que descanso al pie del árbol, pidió un milagro, prometiendole a el anima poner un cerco de palma en su tumba. Al faltar a su promesa, recibió con gran espanto la visita del fantasma de Francisca Duarte, por lo que decidió levantar un pequeño túmulo, que con el tiempo, daría origen al santuario.

La leyenda de Rosendo Mendoza es muy precisa. Era nativo del caserio “el criollo” y era un hombre respetable, con conocimientos sobre hierbas curativas. Sin embargo, esto no le sirvió para sobrevivir al cólera; Murió en 1926. Iba camino a Altagracia de Orituco buscando su curación. Muerto en el trayecto, fue enterrado a los pies de un árbol de Taguapire. A diferencia de Francisca Duarte, hay registro de las personas que lo acompañaron en su agonía, de las cuales uno de ellos, llamado Natividad Arocha, edifico la capilla que sirve de santuario a esta devoción y velo por ella durante algunos años.

Aunque no la he nombrado y también merece un estudio profundo, en el propio estado Guarico también se venera el anima de “pica Pica”, cuya historia tiene como punto común la de un cuerpo enterrado a los pies de un árbol. Es muy posible que las tres advocaciones partan de un hecho en común.

En el caso de Francisca Duarte, probablemente la discregacion de la devoción se deba al espíritu “matriarcal” de la creencia. La Fe popular se inclina mas hacia las vírgenes que los santos, y eso se debe al peso de la figura femenina dentro de nuestra cultura.

A diferencia de las animas de Guasare, que están casadas con una circunstancia histórica, esta creencia en particular es un buen ejemplo de sincretismo cultural, bastante interesante. En lo personal, dejando totalmente a un lado los cuestionamientos sobre la fe, creo que las creencias de estas “animas del camino” forman parte de un acerbo cultural y patrimonial que debe ser conservado.