En Honor
Al Sagrado Corazón de Jesús
El Reino del FIAT Divino
El Reino del FIAT Divino
Latido
De Amor Divino
Ofrecimiento 20° Vol. 12-108
"El corazón de Jesús: Manantial de gloria y de gracias"
"Sé atenta en practicar las virtudes de mi corazón, para hacerme abrir los manantiales de mis gracias”
"por cuantas virtudes practicó mi corazón, tantas fuentes se formaron en él, y conforme se formaban, así salían innumerables ríos, que brotando hasta el Cielo glorificaban dignamente al Padre a nombre de todos, y estos ríos, desde el Cielo descendían para bien de todas las criaturas.
Ahora, también las criaturas conforme practican las virtudes, en sus corazones se forman las pequeñas fuentes que hacen brotar sus pequeños ríos, que se cruzan con los míos, y brotando junto con los míos glorifican al Padre Celestial y descienden para provecho de todos"
El Reino del FIAT Divino
El corazón de Jesús: Manantial de gloria y de gracias
Continuando mi habitual estado, mi amable Jesús me hacía ver su corazón santísimo diciéndome:
“Hija mía, por cuantas virtudes practicó mi corazón, tantas fuentes se formaron en él, y conforme se formaban, así salían innumerables ríos, que brotando hasta el Cielo glorificaban dignamente al Padre a nombre de todos, y estos ríos, desde el Cielo descendían para bien de todas las criaturas.
Ahora, también las criaturas conforme practican las virtudes, en sus corazones se forman las pequeñas fuentes que hacen brotar sus pequeños ríos, que se cruzan con los míos, y brotando junto con los míos glorifican al Padre Celestial y descienden para provecho de todos, y forman tal armonía entre el Cielo y la tierra, que los mismos ángeles quedan sorprendidos ante tan encantadora vista.
Por eso sé atenta en practicar las virtudes de mi corazón, para hacerme abrir los manantiales de mis gracias”.
Fiat Divina Voluntad
Latido
De Amor Divino
Ofrecimiento 20° Vol. 12-108
"El corazón de Jesús: Manantial de gloria y de gracias"
"...las criaturas conforme practican las virtudes, en sus corazones se forman las pequeñas fuentes que hacen brotar sus pequeños ríos, que se cruzan con los míos, y brotando junto con los míos glorifican al Padre Celestial y descienden para provecho de todos, y forman tal armonía entre el Cielo y la tierra, que los mismos ángeles quedan sorprendidos ante tan encantadora vista.
Por eso sé atenta en practicar las virtudes de mi corazón, para hacerme abrir los manantiales de mis gracias”