En Honor
Al Sagrado Corazón de Jesús
El Reino del FIAT Divino
El Reino del FIAT Divino
Cada enseñanza es un Latido de Amor Divino de Jesús para cada hijo
Latido
De Amor Divino
Ofrecimiento 41°
Vol.8-27
"Mi corazón en el momento de mi Pasión"
En mi corazón palpitaban todas las vidas humanas, que con sus pecados estaban todas en actitud de darme la muerte, y mi corazón a pesar de su ingratitud, llevado por la violencia de amor les restituía a todos la vida, por eso palpitaba tan fuerte, y en mi latido encerraba todos los latidos humanos, haciéndolos resurgir en latidos de gracia, de amor y de delicias divinas”
El Reino del FIAT Divino
"Mi corazón en el momento de mi Pasión"
(1) Continuando mi habitual estado, en cuanto ha venido el bendito Jesús, parecía que se acercaba a mí y me hacía oír los latidos de su corazón, los oía muy fuerte, y en su latido palpitaban muchos otros pequeños latidos. Y Él me ha dicho:
(2) “Hija mía, en este estado se encontraba mi corazón en el momento de mi Pasión.
En mi corazón palpitaban todas las vidas humanas, que con sus pecados estaban todas en actitud de darme la muerte, y mi corazón a pesar de su ingratitud, llevado por la violencia de amor les restituía a todos la vida, por eso palpitaba tan fuerte, y en mi latido encerraba todos los latidos humanos, haciéndolos resurgir en latidos de gracia, de amor y de delicias divinas”.
(3) Y ha desaparecido. Después de esto, habiendo pasado una jornada de muchas visitas, me sentía cansada, y en mi interior me lamentaba con Nuestro Señor diciendo: “Aleja de mí a las criaturas; me siento muy oprimida, no sé qué cosa encuentran o quieren de mí, ten piedad de la violencia que me hago continuamente para entretenerme Contigo en mi interior y con las criaturas en el exterior”. En ese momento ha venido la Reina Mamá y me ha dicho levantando su mano derecha y señalando hacia mi interior en el que parecía que estaba el amable Jesús:
(4) “Hija amada mía, no te oprimas, las criaturas corren a donde está el tesoro, y como en ti está el tesoro de los sufrimientos, donde está encerrado mi dulce Hijo, por eso vienen a ti. Pero tú mientras tratas con ellos no te distraigas de tu tesoro, haciendo amar a cada uno el tesoro que en ti contienes, cual es la cruz y mi Hijo, así los demás se irán enriquecidos”.