En Honor


Al Sagrado Corazón de Jesús


El Reino del FIAT Divino

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Cada enseñanza es un Latido de Amor Divino de Jesús para cada hijo



Latido 

De Amor Divino


Ofrecimiento 38°

Vol. 6-128


el alma debe vivir en mi corazón, y las mismas virtudes, debe hacer de modo que las raíces estén en mi corazón y desarrollarlas en su corazón; de otra manera se pueden tener las virtudes naturales, o bien de simpatía, las cuales se llaman virtudes a tiempo y circunstancia, y son mutables; mientras las virtudes que la raíz está fija en mi corazón y desarrollada en el alma, son estables y se adaptan a todos los tiempos y a todas las circunstancias"


El Reino del FIAT Divino

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

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"Las verdaderas virtudes 


deben tener las raíces en el corazón de Jesús, 


y desarrollarse en el corazón de la criatura"


 De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 6-128 Agosto 25, 1905

(1) Esta mañana al venir el bendito Jesús me ha dicho: 

(2) “Hija mía, el alma debe vivir en mi corazón, y las mismas virtudes, debe hacer de modo que las raíces estén en mi corazón y desarrollarlas en su corazón; de otra manera se pueden tener las virtudes naturales, o bien de simpatía, las cuales se llaman virtudes a tiempo y circunstancia, y son mutables; mientras las virtudes que la raíz está fija en mi corazón y desarrollada en el alma, son estables y se adaptan a todos los tiempos y a todas las circunstancias, y son iguales para todos, en cambio aquellas otras no, y sucede que sienten una caridad ilimitada por una persona, o sea, a un tiempo son todo fuego, hacen verdaderos sacrificios, quisieran poner la vida; pero se presenta otra, y aunque resulte más necesitada que la primera, en un momento se cambia la escena, se hacen de hielo, ni siquiera quieren hacer el sacrificio ni de oír, ni de decir una palabra, están desganadas y la despiden irritadas, furiosas; ¿es acaso esta caridad aquella que la raíz está fija en mi corazón? Ciertamente que no, por el contrario, es caridad viciosa, toda humana y de simpatía, que a un momento parece que florece, y en otro momento se seca y desaparece. 

Alguna otra es obediente a una persona, sumisa, humilde, se hace un harapo, de modo que aquella persona puede hacer con ella lo que quiera; pero con otra es desobediente, reacia, soberbia; ¿es acaso esta obediencia la que sale de mi corazón, que obedece a todos, hasta a los mismos verdugos? No, ciertamente. 

Otra es paciente en ciertas ocasiones, aun en sufrimientos serios, parece un cordero que ni siquiera abre la boca para lamentarse; pero ante otro sufrimiento, quizá más pequeño, monta en furia, se irrita, maldice; ¿es tal vez ésta la paciencia que la raíz está fija en mi corazón? No, ciertamente. 

Otra, un día es todo fervor, ora siempre, hasta transgredir los deberes del propio estado; otro día ha recibido un encuentro un poco desagradable, se siente fría, abandona de hecho la oración hasta transgredir los deberes de un cristiano, las oraciones de obligación; ¿es acaso éste mi espíritu de oración, que llegué hasta sudar sangre, a sentir la agonía de la muerte, y sin embargo no descuidé un solo momento la oración? Ciertamente que no, y así de todas las otras virtudes. 

Sólo las virtudes que están radicadas en mi corazón e injertadas en el alma son estables y permanecen, y resplandecen llenas de luz; las otras, mientras aparecen como virtudes son vicios, aparecen como luz y son tinieblas”. 

(3) Dicho esto ha desaparecido. Yo continuaba deseándolo, y ha regresado y ha agregado: 

(4) “El alma que me desea siempre se embebe de Mí continuamente, y Yo sintiéndome embebido por el alma me embebo del alma, de modo que dondequiera que volteo, la encuentro con sus deseos y la toco continuamente”.


Fiat Divina Voluntad