En Honor
Al Sagrado Corazón de Jesús
El Reino del FIAT Divino
De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta
Latido
De Amor Divino
Ofrecimiento 45°
Vol. 12-61
Mi dolor es grande, las heridas de mi corazón son profundas
"las criaturas quieren desafiar mi justicia, no quieren rendirse y por eso mi justicia hace su curso contra las criaturas, y éstas de todas las clases, no faltando ni siquiera aquellos que se dicen mis ministros, y tal vez éstos más que los demás; que veneno contienen, envenenan a quien se les acerca, en lugar de ponerme a Mí en las almas quieren ponerse ellos, quieren hacerse rodear, hacerse conocer, y Yo quedo a un lado... Mi dolor es grande, las heridas de mi corazón son profundas, por eso ruega, y unida con los pocos buenos que hay, compadece mi acerbo dolor”.
El Reino del FIAT Divino
De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta
De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 12-61 Septiembre 4, 1918
Lamentos de Jesús por los sacerdotes
Mi dolor es grande, las heridas de mi corazón son profundas
Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús en cuanto ha venido me ha dicho:
“Hija mía, las criaturas quieren desafiar mi justicia, no quieren rendirse y por eso mi justicia hace su curso contra las criaturas, y éstas de todas las clases, no faltando ni siquiera aquellos que se dicen mis ministros, y tal vez éstos más que los demás; que veneno contienen, envenenan a quien se les acerca, en lugar de ponerme a Mí en las almas quieren ponerse ellos, quieren hacerse rodear, hacerse conocer, y Yo quedo a un lado; su contacto venenoso en lugar de hacer a las almas recogidas, me las distraen; en vez de hacerlas retiradas, las hacen más disipadas, más defectuosas, tanto, que se ven almas que no tienen contacto con ellos más buenas, más recogidas, más retiradas, así que no puedo fiarme de ninguno; estoy obligado a permitir que las gentes se alejen de las iglesias, de los sacramentos, a fin de que su contacto no me las envenene más y las vuelva más malas. Mi dolor es grande, las heridas de mi corazón son profundas, por eso ruega, y unida con los pocos buenos que hay, compadece mi acerbo dolor”.
Fiat Divina Voluntad