Monitoreo, Seguimiento y Retroalimentación

Una persona planifica de forma eficaz cuando determina con fundamento cómo acometer una tarea. Esto es, cuando señala de antemano los objetivos, las acciones prioritarias, el procedimiento para desarrollar la tarea y los controles que aseguren el cumplimiento del plan. Y todo organizando las diversas actividades con unos medios explícitos y en unos plazos concretos (Villa y Poblete, 2013:161). La planificación no debería ser considerada sólo como un elemento burocrático, sino como un instrumento que facilita tanto a docentes como estudiantes el proceso de enseñanza-aprendizaje.


Asumiendo esta perspectiva de formación integral, necesitamos que nuestras estrategias de enseñanza-aprendizaje estén a la altura de estos nuevos desafíos de formación en educación superior, lo que implica fortalecer la preparación de l@s docentes de la carrera, incorporando un conocimiento específico sobre el proceso de acompañamiento y monitoreo académico para mejorar la calidad del proceso formativo.


Como señala Zabalza (2013), el dilema se produce cuando la evaluación se <independiza> del proceso formativo:

 Se evalúa sólo al final de cada período y simplemente para contrastar el nivel de aprendizaje alcanzado. De esta manera, la evaluación sólo repercute sobre el alumno (que a la postre aprobará o suspenderá según el resultado) pero ejerce una incidencia nula sobre el conjunto del proceso formativo (las clases seguirán dándose de la misma manera, los programas seguirán siendo los mismos, la propia evaluación se hará de forma parecida sean cuales sean los resultados de la evaluación). De ahí que la evaluación acabe aportando poco a la mejora de los procesos de enseñanza (pp.151-152). 


Contemplando los propósitos y aprendizajes clave de la actividad curricular que realiza, unas preguntas orientadoras para pensar en el monitoreo y seguimiento de su Actividad curricular son:

¿Qué momentos/hitos estructuran su actividad curricular?

¿Qué hace en cada momento/hito? (metodología)

¿Cómo se articulan los propósitos evaluativos y las actividades evaluativas?

Considerando lo anterior, las siguientes preguntas pueden orientar el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes que deben desarrollar l@s estudiantes en su Actividad Curricular:

CONOCIMIENTOS

¿Qué necesitan saber l@s estudiantes?


HABILIDADES

¿Qué necesitan hacer l@s estudiantes?


ACTITUDES

¿Cómo necesitan saber/hacer l@s estudiantes?



Por último, no hay que perder de vista que los aprendizajes clave, la metodología, las actividades evaluativas y los recursos pedagógicos (o materiales de apoyo) están interrelacionados en el logro de estas competencias, y por tanto, el monitoreo y seguimiento es un proceso que involucra toda la Actividad Curricular, y no solamente aquellas dimensiones relacionadas con la evaluación calificada formal.



Referencias bibliográficas

Villa, A. y Poblete, M. (2013) Aprendizaje basado en competencias. Una propuesta para la evaluación de competencias genéricas. Tercera Edición. Vicerrectorado de Innovación y Calidad – ICE de la Universidad de Deusto. Bilbao: Mensajero del Grupo de Comunicación Loyola

Zabalza, M. (2013) Competencias docentes del profesorado universitario. Calidad y desarrollo profesional. Madrid: Narcea