arte del siglo XVIII

En el siglo XVIII la evolución del barroco lleva al rococó: la decoración se hace más densa y su estilo más movido. Aparecen los frontones curvos y partidos, las columnas salomónicas etc. A finales del siglo XVIII se va a desarrollar el Neoclásico como reacción contra el Barroco y el Rococó. 

Pinturas 

El neoclasicismo europeo nos legó grandes obras en todas las ramas de las artes aunque, quizás, recordemos más unas que otras. Estas sobresalientes mujeres no solo no necesitan tener una sección aparte en la historia del arte sino que son la genialidad a pesar de que se trate de velar sus logros asumiendo que obtuvieron ayuda 

PINTURA NEOCLÁSICA FRANCESA.

Francia país protagonista de la revolución es donde la pintura neoclásica se desarrolló con más fuerza. A falta de restos pinturas clásicas, si exceptuamos a las pinturas pompeyanas, se inspiraron en los relieves. 

Los temas más abundantes son las fiestas galantes y campestres, las historias pastoriles, las aventuras amorosas y cortesanas. Las composiciones son sensuales, alegres y frescas, predominan los colores pasteles, suaves y claros. La mujer se convierte en el foco de inspiración, ya que es la figura bella y sensual. 

Esculturas 

El rococó fue un movimiento artístico europeo de origen francés que se caracterizó por su estilo alegre y provocador, y el gusto por la decoración excesiva. Se manifestó en la pintura, la arquitectura, las artes decorativas y la escultura. 

Los escultores neoclásicos renunciaron a cualquier dramatización o emoción en los rostros. Pusieron el interés en la claridad del contorno, en la suavidad de las formas y en el “decorum”, es decir, la serenidad de los personajes esculpidos 

El neoclasicismo se presenta como un arte nuevo, sereno y equilibrado ante el agotamiento de las formas del Rococó, con su lenguaje vacío y reiterativo. Sus postulados son pureza, exactitud, luminosidad, exactitud, equilibrio y fidelidad a las artes del pasado, es decir, al Clasicismo.


El rococó a diferencia del barroco, se caracteriza por la opulencia, la elegancia y por el empleo de colores vivos, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del barroco. Es un estilo aristocrático, revela el gusto por lo elegante, lo refinado, lo íntimo y lo delicado.

 La arquitectura Rococó ofrece una notable diferencia entre cómo se diseñan interiores y exteriores: los interiores se decoran con profusión, de manera exagerada, dando pie a la fantasía y el color, mientras los exteriores son sencillos y contenidos en lo que a decoración se refiere.