POR IRIA SANTOS
Este libro llegó a mis manos el año pasado, ya que fue una de las lecturas obligatorias del curso. Cuando me dijeron el título, pensé que no me iba a gustar, así que lo cogí con mala gana. Pero, para mi sorpresa, al abrir sus páginas y empezar a leer, me fue cautivando cada vez más.
Fernando Fernán-Gómez sitúa la historia de Las bicicletas son para el verano durante la Guerra Civil española. En esta, el autor narra las vivencias de una comunidad de vecinos a lo largo de la guerra civil en nuestro país: familias que pasan hambre, continuos ataques, muertes de familiares cercanos, sufrimiento... Entre todo este caos, Luis, hijo de una de las familias de la comunidad, quiere una bicicleta para llevar a una chica en verano, pero, durante la guerra, el verano no existe... “Sabe Dios cuando habrá otro verano.” El autor refleja claramente la tristeza y dureza de la sociedad española durante la guerra, por eso fue por lo que me gustó e incluso llegó a enganchar esta obra. La trama del libro no es muy complicada ni extensa, por lo que es fácil de recordar. Con esta obra Fernán-Gómez intenta acercarnos a la época de la guerra, a través de los protagonistas y sus diferentes historias. El libro es una obra de teatro, y la elección de este género permite a los lectores entender los sentimientos y posiciones de los personajes.
Recomiendo esta obra a todos los amantes de la historia de nuestro país, y no solo a ellos, sino a todo el mundo, ya que es una obra que hace a uno transportarse al pasado con nuestros protagonistas y vivir un poco más de cerca lo que nuestros familiares, no muy lejanos, vivieron en su día.
Aquí os dejo la escena final de la obra en la adaptación cinematográfica: