William Butler Yeats

Los cisnes salvajes de Coole

Los árboles son bellos en otoño,

las sendas de los bosques están secas;

bajo el crepúsculo de octubre, el agua

refleja un cielo inmóvil;

sobre el agua que brilla entre las piedras,

cincuenta y nueve cisnes.


Diecinueve otoños han pasado

desde que los conté por vez primera;

vi, antes de terminar

a todos ascender súbitamente

y dispersarse en grandes semicírculos

sobre sus clamorosas alas.


He admirado a estos seres espléndidos,

mas ahora me duele el corazón.

Todo ha cambiado desde que al ocaso

por vez primera oí en esta orilla

el tañer de sus alas sobre mí

y pasé con un paso más aleve.


Aún sin fatigarse, amante junto a amante,

chapotean en los helados

arroyos amigables o se elevan;

sus corazones no han envejecido;

pasiones o conquistas, donde vayan,

aún los acompañan.


Pero ahora vagan sobre el agua inmóvil,

misteriosos, hermosos;

¿en qué cañaveral harán su nido,

al borde de qué lago o de qué charca

deleitarán los ojos de los hombres

cuando despierte un día y vea que han volado?


William Butler Yeats en Los cisnes salvajes de Coole (The Wild Swans at Coole) [1917]

Trad. Antonio Rivero Taravillo